Capítulo 1

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Una caligrafía pulcra se leía sobre aquel papel. Era una invitación lo que sostenía entre sus manos. Ni siquiera se sentía real.

La estrujó entre sus dedos, en lo que inhalaba el leve aroma a magnolia que aun se mantenía impregnada sobre esta. Wei ying quiso reír. ¿Realmente Zewu-jun se había tomado la molestia de llevarlo como su invitado?

Quizás el mundo del cultivo se había calmado desde el momento en el que decidió recluirse con su ahora familia. Agradecía que se hubieran tomado la molestia de solo ignorarlo por completo. Incluso el clan Jin, después de la muerte de Jin Guangshan había bajado su guardia.

Entonces... ¿Por qué volver a buscarlo ahora... después de tanto años?

—Wuxian —la voz de Wen Qing lo sacó de sus pensamientos—. ¿Estás seguro de que quieres ir solo?

—Jin RuLan ya llegó a este mundo, Qing-jie... 

Wei Wuxian se giró hacia ella, esbozando una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. No te preocupes, Qing-jie. Es mejor que me vaya solo. Si los llevo conmigo, solo causaré más problemas. Además, ¿quién cuidará de nuestro pequeño paraíso si no están aquí?

Wen Qing frunció el ceño, poco convencida por la bravuconería de Wei Wuxian—. No bromees con esto, Wuxian. Tu salud no ha sido la mejor últimamente. Prométeme que tendrás cuidado y que volverás pronto.

Salir del lugar que era su hogar, para enfrentar esas miradas de vuelta, sería enfrentarlo a él- 

-¿Qué clase de tío sería si no visito a mi sobrino?

—Hace mucho que no perteneces a Yummeng Jiang, Wuxian. Ir allá es una muerte segura —le recordó la Wen, pero Wei ying solo se encogió de hombros.

—Zewu-jun se tomó la molestia de tomarme como su acompañante. ¿Por qué negarme ahora? Mancharía más mi reputación como Patriarca.

Wen Qing asintió, resignada. No podía discutirle por cada una de sus decisiones, y si, realmente eran ellos los que le daban la oportunidad de volver a estar a su lado. Ella no se convertiría en una carga, si era para que volviera a brillar como antes—. Muy bien. Pero si no regresas en tres días, iré a buscarte yo misma, sin importar las consecuencias.

Antes de que siquiera ella pudiera seguir dándole más razones para no asistir, se fue alejando con hacia la cueva mata demonios, para recoger sus pertenencias. Su regalo lo había preparado incluso desde antes, si no iba, encontraría la manera de que llegara en mano del pequeño. Sin embargo, en lo que escondía sus tontas y vacías notas en una esquina, un nombre no dejaba de resonar en su cabeza.

Lan Huan.

Después de casi tres años de haberlo visto, el que escribiera para él lo sorprendió. Un escalofrío recorrió su espalda. Sí, realmente no quería verlo, porque no sabría que expresión debía de colocar.

¿Qué debía preguntar?

Pero si era Lan Huan el que preguntaba. ¿Qué debía de responder?

Wei Wuxian se dejó caer sobre la roca que utilizaba para descansar, su túnica entre abierta, solo mostraba marca tras marca oscura de la energía resentida haciendo estrago en su cuerpo. Quizás podía mentir, o ignorarlo por completo. Después de todo, un Lan no deber asociarse con el mal.

—Joven maestro Wei... —escuchó tan cerca de él que solo pudo gruñir esperando a que Wen Ning continuara—. Jiejie dice que es mejor que coma algo antes de partir.

—Dile que me iré mañana.

—Por lo mismo... joven maestro Wei, no ha comido nada aparte del desayuno.

Délcacomanie; XiXian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora