Después de atravesar el portal hacia el Recordatorio de las Almas, el paisaje que se mostraba ante Corin y Serana era en una palabra, lúgubre. Las estructuras que alcanzaban a observar no tenían absolutamente nada. También, los árboles o lo que parecían ser árboles no tenían vida.
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Corin: Este lugar se siente y es muy... extraño.
Serana: Es más que extraño. Yo diría que nos deben estar observando.
No había algo o alguien en específico que los estuviera observando, pero si tenían esa sensación de que estaban siendo vigilados. Corin inmediatamente observó al cielo y ahí había una especie de vórtice oscuro que parecía que en cualquier momento los podría absorber a los dos.
Sin mencionar que el portal por el que entraron seguía activo detrás de ellos, y ambos seguían en una especie de escalera de piedra. Ambos comenzaron a avanzar para empezar a buscar a la madre de Serana, Valérica.
Corin: ¿Crees que esa cosa de allá arriba sea donde se encuentran los Amos Ideales?
Serana: Puede que sí, puede que no. Esta es su dimensión, bien podrían estar en cualquier parte. Debemos tener mucho cuidado.
Finalmente bajaron del último escalón y empezaron la caminata, el lugar en sí parecía inmenso. Los dos se quedaron bastante pegados no querían separarse y terminar perdidos.
Corin: Entonces esas cosas son... ¿las almas?
Serana: Así es. Imagínate quien sabe el tiempo que pueden llevar aquí.
Mientras avanzaban y veían las raíces negras que adornaban el camino junto con varias piedras que parecían lapidas, vieron fantasmas con forma de personas que caminaban de aquí para allá y de vuelta o simplemente se recostaban sobre las estructuras. Las formas que tenían eran muy variadas algunas eran hombres, mujeres, incluso niños.
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Algunos llevaban ropas sencillas, otras ropas de aventureros con sus armas de combate e incluso algunos llevaban ropa que parecía de clase alta.
Además en ciertas ocasiones se veían almas que iban a gran velocidad pero su forma era el de una bola, pero iban sin rumbo, a veces daban simples vueltas en círculos y otras llegaban hasta cierto punto y luego regresaban por el mismo camino.
