UN ESPOSO PARA UN MAFIOSO--- CORRIGIENDO....

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Como dijo, haría lo que él le pida para hacerlo feliz.

—Ven, quiero mostrarte algo.

Lo lleva a la mesa. Saca para él uno de los vestidos de su esposo, se los muestra.

—Oh, vaya... son impresionantes. ¿Un modelo original? Pero aún no entiendo —dice ella, admirando

—. Necesito enviar 70 piezas como estas a Rusia y necesito que tú me prestes dos embarcaciones: una que solo sabremos tú y yo, y otra que no tendrá importancia, en la que también solo sabremos los dos. Enviaremos los vestidos, y en la otra también enviaremos vestidos, una pequeña colección de viejos vestidos que tomes sin importancia. ¿Puedes hacer eso por mí? Necesito tu firma y diseño para estos modelos.

—Entiendo... ¿Puedo saber por qué son tan importantes estos diseños para ti?

—No. Solo dime si cuento contigo o no. Sabes que soy hombre de poca paciencia y no me gustan los interrogatorios.

—Entiendo, mi amor. No te enojes, por favor. Estás algo tenso.

Lo masajea suavemente.

—Lo que necesites es tuyo, soy tuya, Jungkook. Si me necesitas, no dudaré en ayudarte.

Se sube sobre él para besarlo en los labios.

—Necesito que me des el contacto de un buen personal de costura, el mejor que tengas, y de un máximo de 20 personas.

—Hecho. Te los llevaré a donde me pidas.

 —Nam pasará a recogerte temprano para llevarte con ellos al búnker. Al estar ahí, déjalos a cargo de mi personal. Firmaremos unos documentos y permisos. Con eso, todo estará listo.

—Llamaré a mi personal para que preparen un envío desde aquí para ti, y podrás moverlo con mi sello personal. Si es importante para ti, le daré la importancia que necesites.

—Bien —dice, tomando de su trago.

Eso hace que Lisa lo aparte para besarlo. Le toca el miembro sobre la tela de su pantalón. Lo desea. Y Jungkook se deja llevar por los movimientos de Lisa. Ella saca su miembro mientras se arrodilla ante él. Está incómodo. Y es que la mujer que tiene al frente es guapa, dispuesta y sumisa, como a él le gusta. Pero Jimin, por alguna razón, no sale de su mente, ni con su miembro en la boca de la mujer más fogosa que conoce. Lo hace jadear de placer, hasta hacerlo venir, descargándose en la boca de la rubia, quien se saborea los labios. Está dispuesta a recibir un merecido castigo, como Jungkook sabe darlo.

La rubia se sube el vestido, mostrando que no trae ropa interior. Es traviesa. Eso le encanta a Jungkook. La folla como le gusta. Y sin poder evitarlo, se detiene. La rubia tiembla en el sofá, mientras que Jungkook está inquieto. Jamás le había pasado algo así. Se aleja de ella tras su orgasmo, que la tiene consumida. Jungkook la hace venir. Se levanta sin ganas de continuar. Es evidente que algo lo incomoda.

La imagen de Jimin: "Recuerda, cariño, lo que tú hagas, yo lo haré." Su respiración, la forma extraña en que su cuerpo reacciona a él, su pulso se acelera, su sonrisa tras ese guiño antes de irse... lo incomoda. Su esposo suele ser muy travieso.

—Jungkook, mi amor, ¿estás bien? —dice Lisa, bajándose el vestido.

—Estoy cansado. Te veré mañana.

—Entiendo... Bien, si hice algo...

Jungkook la interrumpe:

—Que pases feliz noche. Agradezco tu ayuda —dice señalando la puerta.