Me presento soy Alexia

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Siempre la parte mas difícil de comenzar un viaje es aprender a como iniciar a narrarlo. Aquí me pregunto que tipo de escritura debería utilizar. ¿Debo ser ordenada y llevar un registro calendárico? O quizás pueda dejar fluir mi verborragia libremente. Ya sabrás tu interpretar la informacion aquí expuesta ¿Verdad?

Aquí lanzo una pregunta al aire ¿Por qué estas leyendo esto? ¿Tienes curiosidad sobre la mente rota de una chica que se mece en la cuerda floja? Tal vez solo quieras leer esto y decir que soy edgy. Sea cual sea la verdadera razón agradezco que tomes el tiempo de leer esto.

No era mi intención hacer de mis heridas espectáculo pero, la maldita curiosidad morbosa me ha inspirado a probar "¿Qué pasaría si?" 

Supongo que ahora debería presentarme, pero ¿Quién soy en realidad? Soy una persona real... o quizás la extensión de la mente de alguien más. Sea como sea mi nombre es Alexia Abreu ¿Cuál es el tuyo?

Nací en alguna parte del mundo hace más de 24 años, en una edad muy rara. Se supone que estoy en la flor de mi vida, sin embargo, el ambiente tan marchito me hace creer que mi florecimiento fue más fugaz de lo que pude controlar.

Dentro de lo que cabe, mi infancia fue feliz. Al menos, lo poco que recuerdo me hace pensar que de niña pude brillar como nunca antes brillé... o después.

De niña me consideraban una especie de prodigio; Era buena en muchas cosas, en la escuela, en la música, en la escritura. Pero, ¿Qué fue de todo eso ahora? ¿Para que me sirvió todo eso? Nunca fui popular pero siempre tuve amigos, aunque me sentía brutalmente sola.

Verás, te contaré un poco sobre aquella dulce etapa: 

Cuando era niña fui victima de una amistad condicionada. Esto significa que si no podía cumplir con los estándares del grupo me veía castigada con la exclusión social. Así que muchas veces fui Alexia la invisible, Alexia la niña del basurero y otros motes que preferiría no mencionar. Esto me hirió pero a su vez me enseño una lección, necesitaba saber como encajar con cada persona individualmente y a su vez como "comprarlas" para evitar el escrutinio social. Me volví muy habilidosa en pretender y mentir. 

Podría contar la típica historia de que fui la pobrecita niña elegida al final para jugar con la pelota. Pero he de decir que no soy la heroína de la historia, ni siquiera me consideraría a mí misma una villana trágica porque eso le daría demasiada poesía a eventos malos.

He de admitir que, por mis ganas de pertenecer, me volví igual que el resto. Fui despectiva, cruel e incluso llegué a despreciar a compañeros. Lo irónico es que, haciendo memoria, he llegado a concluir que si hubiese forjado amistad con los niños a los que acosé, quizás hubiese conseguido un amigo verdadero. Tal vez solo tenía miedo de desafiar el status quo y luchar contra las cosas con las que no estaba de acuerdo. Me gustaría decir que eventualmente lo hice, pero mentiría; yo siempre fui parte de la corriente y jamás rechacé aquellas ideas.

Más adelante pretendo profundizar en mi etapa de formación académica y personal. Pero creo que por ahora debo hablar sobre un pilar fundamental: ¿Quién rayos es Alexia? Algo que para un grupo será un tema tabú y para otro un tema absurdamente trillado: mis padres.

¿Qué puedo contar sobre mis progenitores? Él es un viejo neurótico, y no estoy siendo despectiva, literalmente es un viejo, ambos lo son. Yo fui la última de los vástagos, la bendición... el accidente.

No voy a culparlos por nada... sé que hicieron lo que pudieron con lo que tenían, pero el resultado de todo es que a veces hubiera deseado no tener que venir a este mundo.

Pero bueno, dije que te contaría sobre mis padres ¿no?

Él es un hombre chapado a la antigua, trabajador y responsable. Pero con crudos problemas mentales; Un diagnostico de esquizofrenia sin tratar, neurosis y fuertes indicios de narcicismo. Olvidé mencionar que este dulce hombre no cree en la ciencia ni en la medicina.

Esto me hizo crecer sin una figura paterna real, solo estaba él, un hombre que pagaba la cuentas, y que muy rara vez actuó verdaderamente como un padre. 

Luego esta ella, mi madre, de ella desconozco si tiene alguna tara mental, pero si se que tampoco esta bien del todo. ¿Imaginan la unión entre una persona esquizofrénica y neurótica y una persona sumamente sensible y peleonera? Ahora imaginen a esas dos personas que se niegan a separarse intentando criar a una pequeña.

Si quieres más detalles, te los daré:

Mi padre es un hombre cuyo lenguaje de afecto es el billete. Jamás he tenido una conversación verdaderamente profunda con él, ni una sola vez. Lo único que he aprendido de él es que ante un daño, la forma de repararlo es regalar dinero; cosa que sé que es incorrecta, pero realmente no conozco otra forma.

Y luego está mi madre, una mujer muy dulce pero que a veces solo me veía como un basurero emocional y un salvoconducto para canalizar su odio contra mi padre.

Muchas veces fue despectiva conmigo cuando era niña, diciéndome que mi padre era 'mi rey' solo porque yo no podía entender realmente los conflictos que ambos tenían.

Otra cosa que olvidé mencionar: múltiples veces tenía que ocultar cualquier tipo de malestar para evitar ser regañada. Por lo tanto, soy incapaz de quejarme de forma directa, ya que si me enfermaba era mi culpa. Y como cereza del pastel, jamás he podido hablar con ellos sobre mis problemas de ansiedad o depresión, debido a que según ellos solo estoy exagerando o "estoy demasiado joven para estar enferma".

Pero honestamente quiero dejar de hablar sobre mis padres. Estoy segura de que eventualmente saldrán a la luz más cosas relacionadas con ellos. Sé que esta introducción sobre ellos es somera y divagante, pero no te asustes. Aunque mi discurso sea errante, no significa que sea delirante; es solo que mi flujo de pensamiento es inquieto y errático. Así que por ahora, esto queda hasta aquí.

Quiero hablar sobre una relación aún más complicada, y quizás mucho más tabú de criticar: mi relación con Dios.

Como una niña que creció en un hogar cristiano, fui educada en dichos valores. Y aunque nunca fui demasiado a la iglesia, siempre me interesé por aprender de Dios. La idea de tener un padre celestial que me amaba incondicionalmente y que quería lo mejor para mí siempre me dio una fuerza especial.

Todas las noches traté de conversar con Dios, le hablaba sobre lo que me preocupaba, sobre lo que observaba y sobre lo que sentía. Nunca supe si él me escuchó, pero se convirtió en una especie de refugio contra todo lo malo que me rodeaba.

Pero nada dura para siempre, y por más dulce que un sueño pueda parecer, eventualmente hay que despertar.

Y honestamente debo admitir que hasta la fecha guardo un dejo de envidia hacia aquellos que mantienen su fe intacta y para quienes Dios es un pilar inalienable. Realmente me gustaría estar en sus zapatos, pero para mí los pilares de ese templo se derrumbaron de forma precoz, y me di cuenta de que mis palabras se habían perdido en el aire todos esos años.

Pero aquí me pregunto, ¿la culpa es mía? Y no estoy tratando de ser cínica ni burlona... Honestamente me pregunto si soy culpable de haberme visto incapaz de mantener mi fe. Porque en serio traté, traté con todas mis fuerzas, pero creo que el agnosticismo fue personalmente un golpe frío y cruento de realidad, del cual ya jamás pude escapar.

Ahora mi pregunta es ¿cómo termino de escribir esto? ¿Debería simplemente parar o debería despedirme de algún modo?

Supongo que quiero agradecerte a ti, por tener el valor de adentrarte en mi mente y acompañarme simbólicamente en este viaje. Gracias y... si de alguna forma esto te ayuda, supongo que está bien.

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⏰ Última actualización: Jun 29 ⏰

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