el idiota del elegido

el comienzo

Cada vez que las dos lunas se llenan y el cielo decide juntarse, se abre un portal de luz magnífica. Quien nazca bajo estas condiciones será bendecido por todos los dioses, convirtiéndose en el elegido para traer paz al mundo, dotado de un poder similar al de una deidad menor.

—Amigo, solo te pregunté cuánto está el pan. La verdad, el elegido es un idiota —dijo Kael riendo. 

—Ah, cierto. Son cinco veracas.

Kael salió de la tienda con el pan y se dirigió a casa. Por el camino, veía carteles del elegido, Máximus. Sentía una mezcla de envidia y frustración, pero decidió centrarse en otras cosas. Su calma fue interrumpida cuando esqueletos comenzaron a emerger del suelo.

—¡Carajo! No puede ser... —murmuró, al ver que la luna mayor estaba visible a pesar de ser de día.

Pateó a un esqueleto antes de que pudiera salir por completo y corrió hacia su hogar. Mientras esquivaba a los no-muertos, vio a un anciano intentando proteger a su nieto, ambos asustados. Kael dudó, pero cuando un esqueleto se acercó al anciano, dejó de pensar y lanzó una patada voladora que lo derribó.

—¡Niño, vete! —gritó Kael, y el chico, asustado, huyó con su abuelo.

Los esqueletos rodearon a Kael, mientras, en un spa de aguas termales, Máximus disfrutaba de un baño.

—Señor, un nigromante está atacando un pueblo, ¿no va a ayudar? —preguntó su mayordomo. —Seguro que hay magos o policías, estoy muy relajado. —Pero... —Nada de peros, estoy relajándome. Si no te callas, te despido. —Está bien, jefe.

De vuelta en el pueblo, Kael luchaba con los esqueletos. Logró derribar a uno, usó su cráneo como escudo y le arrebató el brazo a otro. Después de un rato, notó que el pan que había comprado estaba duro como una piedra y lo usó como arma, derrotando a varios esqueletos.

De repente, una figura apareció detrás de él y lo lanzó con fuerza.

—Es hora de que te convierta en uno de mis esqueletos —amenazó el nigromante.

Kael le lanzó el pan a la cabeza, aturdiéndolo momentáneamente luego comenzaron a luchar en un combate que kael estaba desventajado pero en un descuido puedo Aprovechar para agarrar el bastón del nigromante, aplastando la perla que contenía su poder. Una descarga eléctrica recorrió a Kael, pero debilitó al nigromante, que envejeció rápidamente hasta convertirse en polvo. Los esqueletos se desintegraron, y uno de ellos pareció agradecer a Kael antes de desaparecer.

Cuando los aldeanos salieron, en vez de agradecerle a Kael, corrieron hacia Máximus, que había aparecido para llevarse el crédito.

—Oye, elegido, dame algo para recuperarme —exigió Kael. 

—¿Con qué derecho? 

—Mira, pedazo de basura, no hiciste nada. Yo hice todo aquí, y no me importa quien sea estoy herido y por tu culpa, y tú ganas mucho dinero solo por ser el elegido, así que dame algo para recuperarme.

 —¿Quieres un minuto de fama? Luego lo tendrás. Respondiendo con burla 

Kael le dio un puñetazo. Todos se quedaron asombrados, y Máximus, furioso, intentó impresionar creando un gran ataque de fuego. Kael se acercó y le dio otro golpe.

—Te daré algo más tarde, pero deja de molestar —susurró Máximus. —Me sirve —respondió Kael.

De vuelta a casa, Kael sacó un huevo que había robado y su madre suspiró, al menos había traído algo. Su hermana le pegó en el estómago.

—¡Kael! ¿Y la comida?

Más tarde, su padre llegó con malas noticias: habían escuchado rumores de una inminente guerra contra Khetzan, y su país estaba involucrado. Bridget, descendiente de Uzziel, que había derrotado a dos elegidos anteriores, probablemente sería entrenada intensamente.

Los días pasaron y una mañana Kael despertó primero, escuchando la alarma nuclear. Pateó la puerta de su hermana y la cargó en brazos, luego despertó a sus padres.

—¡Debemos irnos de inmediato!

Todos salieron corriendo al coche, pero las calles estaban llenas de gente intentando escapar. Kael sintió un dolor de cabeza y vislumbró una pelea. Lira, su hermana, temía que el Rey del Caos estuviera cerca. Mientras esperaban, la alarma comenzó a sonar más suave, indicando que la explosión estaba cerca. Kael tomó a su hermana y corrieron con sus padres.

La bomba cayó. Estaban aliviados por haber escapado, pero ahora, alejados de la civilización, temían lo que podrían encontrar.