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Al fin pudo librarse del horario escolar de ese día, y del australiano peliazul que estaba siendo algo molesto. Se dirigía en dirección al departamento de su novio, llevando consigo unas hamburguesas para cenar, y una caja de donas como postre.

Luego de entrar al edificio y subir por el ascensor hasta el piso 8, caminó por el pasillo hasta la puerta correspondiente, tocando el timbre.

- ¡¿Quién?! —Se oyó la voz desde adentro del departamento—

- Entrega especial para un chico especial~ —Dijo en un tono coqueto, oyendo pasos acercarse hasta que la puerta se abrió y pudo verlo—

¿Cómo podía lucir tan lindo con una remera holgada de color blanco, pantalones de pijama a cuadros y su cabello húmedo? Bueno, era totalmente posible porque lucía increíblemente hermoso.

- Llegas tarde —Murmuró el pelirrojo, tratando de lucir molesto pero los ojos del castaño escaneándolo de arriba a abajo no le hacían tan fácil la tarea—

- Son las 6:26 Hyung.

- Eso para mí es tarde.

- Traje comida y postre.

- Pasa.

Dicho eso pasó, sonriendo divertido y saludando a los mininos que caminaban por la sala de estar. Se sentó en el sofá, y segundos después el mayor lo siguió, sentándose a su lado.

- Espero que tenga hambre, porque traje dos hamburguesas para cada uno —Habló el menor, dejando las bolsas plásticas, con cajas dentro, sobre la mesita frente al sofá, dejando también otra caja más alargada al lado— Y también donas.

- Traeré refresco y comemos —Dijo el mayor, levantándose para ir hacia la cocina, deteniéndose un momento para mirarlo con advertencia— Quédate aquí.

- No me moveré Hyung —Rió con diversión ante la mirada de ojos entrecerrados que le dedicaba su novio, aunque estaba pensando si hacerle caso o no—

Minho fué hacia la cocina rápidamente, para sacar dos latas de Coca-Cola del refrigerador, notando que le quedaban otras cuatro, pensando en que tendría que comprar más luego.

Se dió media vuelta, dando un pequeño salto hacia atrás al ver al castaño recargado del otro lado de la isla que estaba detrás suyo. Casi dejó caer las latas que tenía en su mano.

- ¡¿Qué te dije que hicieras?! ¡¿Entiendes todo lo que digo al revés?! —Se exaltó. Lo había asustado, parecía un fantasma apareciendo así tan de repente—

- No, pero me gusta ver como se enoja —Le sonrió, coqueto, como siempre, acercándose lentamente al mayor, aunque solo dió dos pasos antes de que este notara sus intenciones y escapara, rodeando la isla para regresar a la sala de estar. Rió por eso—

- ¡Ni lo pienses! Dije que íbamos a comer, me estoy replanteando el haberte dicho que vinieras —Se tiró en el sofá de nuevo, destapado una de las latas de refresco para tomar un par de sorbos—

- Ah, Hyung... Bueno, luego de comer podemos hacer algo más divertido —Habló mientras caminaba hacia él, sentándose a su lado y comenzando a sacar las cajas de las hamburguesas—

- ¿Algo más divertido...? —Su mente inmediatamente le jugó en contra, yendo por otro camino, teniendo pensamientos no muy puros que se digan. Negó con la cabeza rápidamente, sintiendo su cara arder ligeramente— ¿Qué exactamente?

- Ver una película por ejemplo. O, también podríamos ver esa serie que estábamos viendo hace un tiempo, aún no la hemos terminado —Dijo sonriendo con inocencia, extendiéndole una caja con dos hamburguesas dentro—

^✿°• Mi Novio Tsundere •° ✿⁠^ | HanKnow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora