Dejé una flor en ambas tumbas y esta vez no hubo dolor, los había perdonado de verdad. De hecho, me había perdonado a mí mismo y a la vida. No tenía nada por lo qué sufrir, la vida era maravillosa la vivía a pleno.
—Ojalá pudiesen verme —dije antes de irme.
El largo camino a casa lo hice en moto, ya casi era diciembre y quería sentir la brisa en el rostro, el largo camino del pueblo a la casa era poético, el aroma a tilo y eucalipto inundaban mis fosas. Al llegar a casa los perros me invadieron casi no dejándome entrar. Eran las 10 de la mañana y Julieta seguro duerme, imposible pedirle que madrugue, está demasiado cansada. Me asomé en la habitación y sí, ahí estaba ella, con Cony en su espalda y Álvaro en su pecho. Mi mundo entero, lo que cuidaría con mi vida y nunca dejaría ir. No entendía cómo mis padres habían desperdiciado y echado a perder un hogar, pero ¿quién era yo para juzgarlos si casi hago lo mismo?
—July —llamé en su oído—, traje el desayuno. Tomé a Álvaro y lo aparté para que los niños sigan durmiendo.
—Te fuiste muy temprano —se quejó y me dió un abrazo cuando se puso de pie.
—Es que debía ir al cementerio y a comprar y más tarde hace calor.
Mientras July se arreglaba preparé el desayuno en la isla de la cocina con vista al terreno. Tomé asiento y ella se apareció desde atrás abrazando mi torso y dándome besos en el cuello.
—Eres una pequeña castaña karateca, no te oí y me asusté —me quejé y ella se rió.
—Pero cuando te despierto de otra manera no te asustas —susurró en mi oído.
—Eso jamás —confirmé riendo y la agarré para traerla frente a mí y meterla entre mis piernas—, te amo tanto —confesé y besé su frente repetidas veces—, feliz aniversario.
—Yo te amo más y lo sabes, feliz aniversario, mi amor —contestó ella haciéndome sonreír.
Y justo en ese momento vemos aparecer a Cony y Álvaro por el pasillo, restregándose los ojos y pidiendo por mamá. Ya tenían 4 y 2 años, y nos hacían muy felices. Cuando Cony cumplió su primer año decidimos casarnos, apenas podía caminar para llevar los anillos y fue un momento tan lindo. A los tres meses de casados July volvió a quedar embarazada y esta vez fue un embarazo más tranquilo y armonioso.
—Ya deberíamos buscar el tercero —pedí cuando senté a Cony en mis piernas y Álvaro se fue con July.
Mi esposa me miró viendo si era en serio o no, pero notó que era verdad. Ella amaba la vida de familia, el hogar y los niños, y me enseñó lo hermoso que es tener un hogar.
—El año que viene, en marzo, cuando ellos vayan al jardín —propuso.
Pero tenía ganas de hacérselo ya mismo.
—Bueno —acepté.
—Ethan Connolly pidiendo otro hijo, aún recuerdo cuando me dijiste que no te iban las relaciones y que no eras un tipo de familia ¿Quién lo diría?
—Es que no había conocido el verdadero amor, contigo todo se hizo tan fácil.
—¿Fácil? —cuestionó.
—Fácil no fue nuestra relación —confirmé—, pero sí fue fácil amarte.
—Me vas a hacer llorar, Et...
—Ya te he dicho que mientras sea de felicidad estoy de acuerdo con que llores.
Gracias a que era nuestro aniversario y cuidarían de los niños para una cena lujosa y romántica que ella merecía, Julieta no quiso esperar hasta el siguiente año, y el regalo de navidad de este año fueron mellizos.
Éramos eso, un caos de emociones, pero ahora predominaban las felices. Por más difícil que parezca la vida, siempre puede ser mejor, todo es cuestión de desearlo lo suficiente. Esta es mi historia, y hasta aquí la cuento, el resto pueden imaginarlo.
Gracias por acompañarme durante tantos años con esta historia! Espero seguir viéndolas en mi perfil! No se pierdan mi nueva historia de romance y distopía ANION la encuentran en mi perfil. LOVEO ❤️

ESTÁS LEYENDO
Perpetuo - Saga Caos №4
Romance+18 Es necesario leer Castigo y Sempiterno para comprender esta última parte. Ethan y Julieta se despidieron y le dijeron adiós a su amor, la distancia y los años los cambiaron, o eso es lo que ellos crecían. Cuando sus rumbos vuelven a encontrars...