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Lana:


El olor a desinfectante comenzaba a marearme a pesar de haber estado ahí la mayor parte de mi vida, y que siempre haya convivido con el mismo aroma, a excepción de mi habitación que solía oler a vainilla.

Estaba recostada en la camilla de aquel pulcro hospital en el que había estado toda mi vida, mirando el techo solo podía contar los minutos, los segundos, ¿cuánto tardaría en que me volviesen a internar? Eran preguntas que frecuentaba pero a las que ya estaba acostumbrada, yo hice ya hace mucho tiempo que en algún momento el dolor incesante en mi pecho en algún momento cesaría, y dejaría de latir.

Toqué mi pecho que dolía débilmente, podía sentir el latido de mi corazón bombeando sin cesar, siempre era la misma rutina, mi corazón de repente dejaba de bombear sangre y mi corazón comenzaba a palpitar y palpitar y para cuando me daba cuenta ¡bum! Ya estaba siendo internada.

Mi condición fue dada desde que nací, por lo que llevo 17 años viviendo así. Nunca he salido del hospital y la verdad ni siquiera me molesto, he hecho amistades aquí por ejemplo con Luna, ella tiene autismo no muy grave y pudieron tratarla a tiempo pero eso no significa que esté del todo curada.

Si se preguntan por qué Luna está en el hospital conmigo, ¿por qué lo estuvo toda mi vida? pues es muy simple, sus padres, al enterarse de tal trastorno, decidieron que lo mejor era simplemente abandonarla. Se dice que ahora sus padres son ricos y tienen una hija que si es "normal" Luna finge que no le afecta, pero me ha confesado en varias ocasiones lo mucho que le duele.

Luna es un ángel, es tan tranquila pero en momentos se vuelve tan animada. En el hospital nos apodaron "las gemelas" esto se debe a que somos idénticas, cualquiera que nos vea pensaría que somos hermanas y fuimos dejadas en el hospital al mismo tiempo, por lo que para nosotras es verdad, porque ¡por favor! en verdad nos parecemos mucho, ella es rubia y yo igual, ambas somos de piel pálida y ojos celestes, solo que los de ella son más azulados que los míos y el hecho de usar la misma bata del hospital nos hace irreconocibles, ¡es muy gracioso en verdad!

Pero, volviendo al tema de mi enfermedad y mi vida en general, tengo cardiopatía congénita, esto quiere decir que mientras estaba en el útero de mi madre mi corazón no se desarrolló completamente. Y esto se debe a la familia de mi madre, ya que su hermana lo tenía o eso es lo que mi padre dice, pues a diferencia de Luna mis padres no me abandonaron en el hospital, sino que mi madre fue quien decidió abandonarme y dejarme al cuidado de mi padre George, pero le dicen Gigi (apodo que para nada le gusta, pero se tendrá que aguantar).

Mi padre es una persona... Bueno, no muy amigable que digamos, es algo (bastante) sobre protector conmigo, y no me molesta, pero he pasado 17 años en el mismo lugar, hay veces en las que lo único que quiero hacer es irme y disfrutar todo lo que pueda, pero lastimosamente no se puede ya que gracias a mi condición me veo obligada a evitar las cosas de alta intensidad, o sea que no puedo hacer nada que me sobre estimule, cosas como correr, demasiada adrenalina, etc.

Y ustedes pensarán que es aburrido estar sin poder hacer nada de eso, no puedo ni correr, subirme a montañas sucias, no tengo muchos amigos pues la mayoría o son mayores o demasiado pequeños, no puedo ir a fiestas, y cosas así. Pero cuando estás en el mismo lugar, con las mismas personas, y las mismas reglas, te terminas por acostumbrar y encuentras mejores cosas para hacer. Por ejemplo, gracias a mi estadía en el hospital durante toda mi vida he aprendido una serie de cosas que no me pueden afectar en lo más mínimo a mi condición, cosas como:

Leer, mi padre suele traerme todo tipo de libros o cuadernos, también me gusta escribir poesía o cosas así, sé dibujar, y aprendí a tejer y acroche gracias a las ancianas de las otras salas, suelo jugar con los niños pequeños de vez en cuando, también paseo por el jardín interior que hay en el hospital, o simplemente visitar a la gente que hay en el hospital, a veces simplemente me encierro en mi habitación y miro estupideces en la computadora que me regaló mi padre, salgo a caminar con Luna, o simplemente dormir. Sé que para la gente "normal" esto les puede parecer lo más aburrido del mundo, pero para mí es lo necesario para mantenerme activo y no caer en una posible depresión, o alguna otra cosa peor que eso. Estoy completamente acostumbrada a vivir así, y la verdad ni me molesta.

Todo es normal en mi día a día, todo hasta que empiezo a toser sangre, en esos momentos es cuando más me alarmo porque puedo decir que lo mejor es morir, puedo odiar el dolor constante en el pecho, pero sé que todavía no es hora, no es el momento. Luego de comenzar a toser sangre, comienza el dolor en el pecho y comienza todo el estrés y la ansiedad que le genero a mi padre.

Yo en verdad lo quiero y el hecho de saber que es mi culpa, su sufrimiento, duele incluso más que mi enfermedad, ¿qué hará el cuándo un día yo no estaré? todo hubiera sido más fácil para él si simplemente se hubiera ido, y es por eso que considero a mi padre la persona más valiente en este mundo, ya que decidió no acobardarse a pesar de saber mi problema, decidió seguir conmigo aunque sabía que en algún momento yo no estaría, y sí, puede que logré vivir mucho tiempo, pero la verdad es que simplemente no sé si puedo, no creo lograr aguantar tanto tiempo o el suficiente para que mi padre me vea, pero lo intento, lo intento por él.

Todavía recostada, solo podía aspirar con más determinación el aroma a vainilla, ese aroma se me hacía tan relajante como el olor a lavanda, en verdad siempre lo he adorado. Todavía mantenía mi mano en mi pecho que subía y bajaba un ritmo bastante tranquilo a mi parecer, mi corazón comenzaba a latir lentamente mientras al mismo tiempo una pequeña lágrima caía por mi mejilla. Abrí los ojos y me volteé para mirar la ventana, estaba completamente nublado, odiaba los días nublados, me hacían recordar la soledad y no me gustaba el aroma a tierra mojada, nunca entendí que tenía efecto especial, supongo que no lograré entenderlo nunca.

Me acurruqué en la camilla para acomodarme de una manera más cómoda, esperaba que mañana fuera un día menos nublado y tenía un pequeño presentimiento de que algo bueno pasaría, espero que así sea.

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1202 palabras.


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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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