Día 11.0

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°Español, Japonés, Mensajes y Voz del juego°

《Al terminar de cenar buscamos un ligar para poder dormir, lo encontramos y nos acomodamos para poder descansar bien》

Al día siguiente, me despertó Alice para que planeáramos la nueva estrategia, ya estábamos reunidos en la "sala principal" y Alice nos comentó lo que tenía planeado, que lo tenía en un mapa y con unas fichas con una figura, mientras comíamos algo que habían traído la noche anterior.

Alice: El Rey de espadas se acerca, justo como pensamos la ciudad es el campo del juego.

Tatta: Entonces huir de aquí es nuestra única opción.

Alice: Hay una manera de que no nos ataque.

Usagi: ¿Cuál es?

—Ir a otro juego.

Alice: Exacto.

Tatta: ¿Qué?

Alice: Si yo fuera el enemigo, no interferiría en el juego del otro.

—Como si tuvieran un acuerdo entre ellos. No interferirán en otros juegos.

Alice: Cada juego tiene sus reglas específicas, y si otro juego se interpone, las reglas se invalidarían.

Tatta: Pero, la verdad prefiero ya no jugar.

Kuina: Estamos siendo forzados a jugar con el Rey de espadas, aún si nos escondemos nos encontrara y terminara matándonos, de igual manera la visa vencerá.

Alice: Quizá, obtengamos información de los organizadores. Del porque nos obligan a participar, necesito respuestas, ¿las merecemos no creen?

—O la muerte de todos será en vano.

Kuina: ¿Qué tal si votamos? Yo estoy con Alice.

Tatta: De acuerdo también yo.

Kuina: ¿Y ustedes dos, Lina y Usagi?

—Yo hago lo que vote la mayoría. ¿Tu Yuyu?

Usagi:...Es por mayoría, ¿no? Opino igual que todos.

Tatta: Si estamos de acuerdo, ¿A dónde vamos?

—Dime que sea el Rey de tréboles, eso sería en equipos, ¿no?

Alice: Claro, ahí tenía pensado que vayamos.

Kuina: ¿Qué están diciendo, contra un Rey?

Alice: Creo que un Rey podría tener más información, y como dijo Lili los juegos de trébol son en equipo.

Kuina: Ah.. que valor tienen.

Alice: Quizás así podremos ganar.

Kuina: Siendo nosotros claro.

Tatta: Es cierto.

Kuina: Bueno, menos tú- le dijo a Tatta.

Tatta: Oye.

Nos quedamos en un breve silencio y notamos como es que Alice miraba a Usagi que estaba viendo ha un punto fijo.

—Bien— dije en lo que me ponía de pie,— mejor vayámonos antes de que el Rey de espadas se invite solo.

Todos estuvieron de acuerdo y se pusieron de pie para poder irnos. Cuando nos subimos al carro yo iba a manejar pero Tatta me quitó el puesto.

—¡Oye!

Tatta: Lo siento, pero esta belleza es mía.

Kuina: Aquí vamos otra vez, es asqueroso que te refieras así a el vehículo.

Mi RD para Alice in BorderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora