'·. 𝐃 ｅ ｌ ｉ ｃ ａ ｔ ｅ .
Donde Celina y Hector se conocen debido a que sus padres son amigos. Automáticamente se odian. Aunque unas vacaciones juntos, podrían cambiarlo todo.
. . . she took me to the skγ
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"𝐼𝑠 𝑖𝑡 𝑐𝑜...
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Hector's pov
Cuando Celina salió dando un portazo, me quedé parado en medio de la habitación.¿Por qué siempre tenía que terminar así? Solté un suspiro y me dejé caer en la cama, pasando una mano por mi cabello. No quería admitirlo, pero algo en su mirada me había afectado más de lo que esperaba. Bajé las escaleras poco después, intentando aparentar normalidad. Mi madre estaba en la cocina, terminando de limpiar.
—Todo bien? —preguntó, mirándome
—Sí, mamá. Todo bien —respondí, sin mucha convicción.
—Celina salió bastante rápido, y parecía que estaba por llorar —insistió
Negué con la cabeza, tratando de evitar una conversación que no quería tener.
—Nada que no se pueda arreglar —mentí
—Espero que así sea. Es una buena chica, Hector —dijo, finalmente mirándome— No quiero que la lastimes.
—Joder mamá, que no lo haré —respondí, comenzando a frustrarme
—Lo que sea que haya pasado entre ustedes, deben solucionarlo. Además, este viernes van a venir a cenar
Suspiré al oír eso.
—Está bien
Subí de nuevo a mi habitación y me tumbé en la cama, mirando al techo. No podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido. Por qué siempre tengo que cagarla? Por qué no puedo simplemente decirle que me encanta? Pasé el resto del día intentando pensar en cualquier cosa que no fuera Celina.
Pero es imposible no pensar en ella. Desde aquella noche que la conocí, no dejé de hacerlo.
Al día siguiente, en una fiesta, me encontré con Bella.
—Bella. Qué tal? —la saludé
—Hector... Pues, bien —dijo, mirándome con desprecio
Suspiré, mirando hacia otro lado. No quería hablar de eso, no con ella.
—Celina también lo está pasando mal, sabes? —dijo, mirándome fijamente
—No me interesa. No sé por qué sacas tema de ella —mentí
Bella me miró con desaprobación una última vez antes de alejarse. Sabía que no estaba siendo justo, pero no podía evitarlo. Mi ego me consume. Y así, la guerra entre Celina y yo continuó. Parecía que estábamos destinados a ser enemigos. Simplemente está escrito.
El resto de la semana fue un infierno. Las cosas con Celina se habían vuelto insoportables. Había escuchado rumores de que habla mal de mí con su círculo, y eso solo me cabreó más. Decidí que si ella iba a jugar de esa manera, yo también lo haría. Empecé a salir más, a hacer tonterías solo para olvidarla. Cada vez que escuchaba su nombre, mi corazón se aceleraba. Pero no pienso admitirlo. Estaba desconcentrado, al ser Celina lo único en mi mente. Entrené mal, estuve muy callado, me fue mal en el instituto, etcétera. El viernes finalmente llegó, y como me esperaba, el entrenamiento estaba yendo fatal.
