6 de Agosto de 1945 / 7:00-08:15
Una suave brisa matinal recorre las calles del centro. Es una brisa agradable, fresca, con algo de humedad. Tom, un joven de 21 años, ha quedado con su amiga Lucy en una cafetería del centro. Él, la ama con todo su corazón, y hoy está decidido a declararse a toda costa. En vez de quedar con ella tendría que estar camino al aeropuerto, pues hoy se iba de vacaciones con la familia, pero ha preferido quedar con ella. A medida que se acerca al lugar de reunión, su corazón se
acelera y su mente se nubla. Al pasar por un escaparate se para un momento a mirar su reflejo.
- Joder, vaya pintas llevo, esto pasa por vestirse con prisas. – piensa Tom con cara amarga.
Todavía no ha acabado de procesar ese pensamiento cuando oye una dulce voz.
- ¡Tom! ¿Qué haces ahí parado? – pregunta la chica desde el otro lado de la calle. - ¡Lucy! Ya estás aquí. ¿Te he hecho esperar? - No te preocupes, acabo de llegar. ¿Entramos? - Claro. – dice Tom apenas controlando los nervios.Lucy y Tom entran a la vieja cafetería y se sientan en el sitio de siempre. Después de charlar un rato, Tom decide lanzarse.
- Lucy, debo decirte algo. - Claro, dime. - Verás... Lucy, yo... - dice Tom temeroso.
En ese momento, un sonoro chirrido inunda toda la cafetería, proviene del televisor. Todos los clientes, incluidos Tom y Lucy, se quedan mirando el aparato.
"Noticias de última hora. Aviso urgente a toda la población. Se han avistado aviones de guerra procedentes de Estados Unidos con intención de bombardear la zona. Abandonen la ciudad inmediatamente."
- ¿! Pero qué!? – aún no ha acabado Tom la frase cuando se oye un sonoro estruendo unas manzanas más abajo.
En ese momento, la gente entra en pánico y empieza a correr hacia la calle, a la deriva y sin rumbo, presa del pánico, allá donde les lleva el alma. Tom agarra a Lucy por el brazo y sale con ella a toda prisa de la cafetería.
- Tom... tengo miedo... - dice sollozando Lucy. - Joder, joder, ¿Qué hago? – piensa Tom con los nervios a flor de piel.Mientras piensa qué hacer y hacia dónde ir, un fuerte silbido recorre toda la calle, seguido de un nuevo estruendo, este más fuerte y cerca que el anterior, provocando un temblor que hace que ambos caigan al suelo.
- ¿Lucy estás bien? - Sí, estoy bien. - Gracias a dios, rápido, ¡vámonos!
Siguen corriendo por la maltrecha calle, a medida que diversos silbidos recorren la ciudad. De nuevo, uno de ellos suena muy cerca, demasiado cerca. Tom, en un acto reflejo, da un fuerte a empujón haciendo caer a esta de bruces contra el suelo unos metros más hacia delante. Él, sale despedido por la fuerte explosión de una bomba que ha caído a unos cuarenta metros.
- ¡Tom! ¡Tom! – grita Lucy temiendo lo peor.Al disiparse un poco la humareda, se percata que Tom está bajo unos escombros. - Oh dios mío... ¡Tom! ¡Te sacaré de ahí! – apenas pronuncia Lucy aterrada. - Déjalo Lucy, esto pesa demasiado...
Lucy intenta mover los escombros pero es inútil.
- ¡Por favor que alguien me ayude! – grita Lucy con todas sus fuerzas, en vano. - Lucy, rápido, coge esto – dice Tom, alargando como puede la mano que tiene libre. Es un billete de avión. Coge ese coche de ahí delante y vete, rápido. - No puedo dejarte morir aquí... yo... yo... te amo Tom – pronuncia Lucy con lágrimas en los ojos. - Lucy... yo... también... te... - susurra Tom, sin acabar la frase. - ¡Tom! ¡Tom! ¡Toooooom! – llora Lucy desconsolada, pues Tom ya no puede oírla.
Tom yace en el suelo, con una sonrisa. Antes de morir, pensó por un momento en que si no hubiera quedado con ella, ahora estaría a salvo, pero desecho ese pensamiento, pues había escuchado lo que quería oír y le reconfortaba saber, que ella se salvaría.
Lucy, destrozada por dentro, cogió un taxi con las llaves puestas, y se encaminó a toda prisa hacia el aeropuerto. Se prometía a sí misma una y otra vez que se salvaría, pues la vida de Tom no habría sido arrebatada en vano.
Más tarde, cuando Lucy ya estaba a salvo, un nuevo silbido atravesó toda la ciudad. En ese momento la eternidad se suspendió. El tiempo se detuvo. El espacio se redujo a un ínfimo punto. La tierra se abría y los cielos se desgarraban. Era el fin.
6 de Agosto de 1945 / 6:50
- Tom, Tom, despierta.
Tom abre los ojos y visualiza la silueta de una chica.
- ¡Lucy! ¿Eres tú?- ¿Lucy? ¿Quién es Lucy? Me parece que aún sigues soñando hermano.
Tom se frota los ojos para ver con más claridad. Está tumbado en la cama, y a su lado está Sarah, su hermana. Todo ha sido un sueño.
- Así que estaba soñando... - piensa Tom cabizbajo. - ¿Estás bien Tom? Hace un momento estabas con una cara de sufrimiento que me ha asustado y todo. Parece que estabas teniendo una pesadilla. - Sí, se podría decir que sí. Pero, era todo tan real... - Quizás no fuera un sueño exactamente. - ¿Qué quieres decir? - Verás, a veces la vida, en previsión de errores que vamos a cometer, nos los enseña en forma de sueños, para que no volvamos a cometerlos. Al fin y al cabo, ya sabes, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, o eso dicen. - ¿Cómo? - No me hagas caso, son cosas que oído de la abuela, ya sabes – sonríe Sarah.
Tom, al ver sonreír a Sarah, recuerda a Lucy y todo lo que ha pasado. Se niega a pensar que todo ha sido un sueño, no ha podido serlo...
- Bueno Tom, vístete que nos tenemos que ir, recuerda que nuestro avión sale en unas horas. - Es verdad, hoy nos vamos de vacaciones, no me acordaba. - Dónde tendrás la cabeza Tom...
En ese momento, a Tom le invaden los recuerdos, y toma una decisión. Se viste a toda prisa, coge el billete de avión, y se encamina hacia la puerta.
- ¿Tom? ¿A dónde vas? - ¿Qué a dónde voy? – pregunta Tom con una sonrisa.
Voy... a volver a tropezar...
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Dreaming Awake
Short StoryEn un día como otro cualquiera, Tom reúne fuerzas para salir en una cita con la chica que más ama en este mundo. Antes siquiera poder declarar su amor, la tragedia llegará a sus vidas, como si de una pesadilla se tratase.