Capítulo 35 ; "Besayúname"

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Ella gimió al sentir como unos dedos vagaban por su brazo, brindándole unas leves y agradables a su parecer, de buena mañana. Entrecerró los ojos, y los volvió a cerrar al sentir los rayos de sol penetrar en sus pupilas, movió su cara sobre el pecho desnudo de Justin a su lado, quién sonreía al verla despertarse a su tiempo. 

-Buenos días princesa. -sonrió él, pasando sus dedos por los sedosos cabellos de ella. 

-Buenos días príncipe. -correspondió a su sonrisa, besando castamente su torso. 

-No me molestaría despertar a tu lado cada mañana. -confesó él, lamiendo su labio inferior, como habitualmente hacia. -Además, cabe decir que despertar y que el clima esté como tu estado de animo, es lo único que podía pedir. 

Ella no pudo evitar sonreír por sus palabras. 

-Besayúname -pidió ella, haciendo un mohín con los labios. 

-Nena, ¿qué acabas de decir? -preguntó él, soltando una carcajada. 

-Significa que necesito de tus besos para combatir el día, como el desayuno. -sonrió. 

Él negó con la cabeza, a sus palabras, pero agachó la cabeza para hacer realidad su deseo. 

Los mejores besos son los de "buenos días". 

Sintió como sus labios se dejaban llevar por la caricia de estos, el beso era lento y apasionado a la misma vez, sintiendo como el tiempo frenaba a sus pies. Sintieron un pequeño sonido al separar sus labios el uno al otro, y abriendo los ojos al mismo tiempo, se miraron a los ojos, mostrando una sonrisa, sin mostrar los dientes. 

Son más profundos los besos que se dan con la mirada, porque con esos no besas los labios sino el alma. 

-Es la hora, ¿lo sabes, no? -preguntó Justin, enarcando una ceja hacia ella. 

Ella asintió con la cabeza, levantándose de la cama, en ropa interior, dirigiéndose al cuarto de baño que se ubicaba dentro de la habitación. 

Justin la siguió, del mismo modo que ella, y se apoyó en el marco de la puerta. 

-¿Te importaría si me uno a ti? -preguntó él, mordiendo su labio inferior con inseguridad. 

Ella le sonrió y negó con la cabeza. 

Justin hizo un gesto de aprobación y empezó a deshacerse de su ropa interior, al igual que ella, haciendo correr el agua tibia, entraron en el plato de ducha y el agua artificial de la ducha, los mojó a ambos de cabeza a pies. Ella sonrió al ver como Justin apartaba las gotas de agua que estaban decididas a entrar en sus ojos. 

Justin abrió uno de sus ojos y la observó, sonriente, abrió sus brazos y ella entró en ellos en un fuerte y reconfortante abrazo. 

-Congelaría este momento, y me quedaría para vivirlo para siempre. -comentó él, besando castamente su cabello mojado.

Minutos después, desayunados y listos para la marcha. 

Los dos se encontraban agarrados de la mano y dirigiéndose al auto de Justin, quién abrió para ella la puerta del copiloto donde ella iría, y le ayudó totalmente a sentarse en su asiento, ella le sonrió, y él cerrando su puerta, trotó hasta el asiento del conductor. 

Justin agarró el volante fuerte y puso su marcha para conducir por la calzada de la carretera hasta su apartamento, donde supuestamente se encontraba Ryan, durmiendo o holgazaneando como siempre hacia. 

Poco tiempo después ya se encontraba aparcando donde siempre solía hacerlo, apagó el motor y desabrochó ambos cinturones de seguridad antes de saltar fuera del auto antes de volver a hacer lo mismo y ayudarla a bajar de su asiento, caminando a un paso corriente y facilitando los pasos de ella, llegaron a la puerta, donde separaba los problemas que avecinaban. 

ereѕ nυeѕтra {נυѕтιɴ&тú} #Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora