Solo podía admirar el sol que iluminaba toda su habitación, le encantaba como todos los días a cierta hora un rayo de sol entraba por su ventana y daba directamente a su cama, era una de las cosas que más de menos iba a echar de Menorca. Le quedaban a penas 15 minutos para irse al aeropuerto y los quería aprovechar haciendo su cosa favorita del mundo.
- Can I ride with you to the airport?- preguntó Joey subiéndose a la cama de Chiara quien lo cogió y lo tumbó encima de ella.
- I don't think you'll fit in the car, Joe- Al ver el puchero en su cara reculó un poco - We'll ask Ruslana's mom if she can drive you back once she leaves us at the airport, okay?.
Joey sonrió y le dio un abrazo a su hermana quien aprovechó para hacerle cosquillas y su risa iluminó las partes de la habitación a donde el sol aún no había llegado. Otra de las cosas que más iba a echar de menos.
- ¡GUIRI VÁMONOS!- Escuchó a Ruslana gritar mientras pitaba desde el coche de su madre.
- Okay Joey, let's get to that car before Ruslana decides to drive it into the house.
Joey y Chiara bajaron las escaleras de su casa y se encontraron a Emma, Josep y Jasmine hablando con Martin, Ruslana y su madre. Joey preguntó si podía ir al aeropuerto y la madre de Ruslana se comprometió a traerlo de vuelta. Chiara se despidió de su familia y se subió al coche seguida de Joey.
- QUE NOS VAMOS A MADRID, AMIGAS!!!!- Gritaba Ruslana sacando la cabeza por la ventanilla mientras su madre arrancaba el coche. Todos rieron ante las ocurrencias de la ucraniana ya acostumbrados a sus locuras.
Cuando por fin llegaron al avión y se sentaron en sus respectivos asientos, los tres amigos sintieron que por fin podían respirar pues habían pasado todo el verano ocupados sin tiempo para pensar y asimilar que se mudaban a Madrid los tres juntos a vivir la vida que desde pequeños habían pactado.
- No me puedo creer que esto sea real- Habló Martin mirando ilusionado a sus mejores amigas.
- Yo tampoco la verdad, no lo he asimilado todavía- dijo Chiara algo seria. Pues la medio inglesa sí que se había planteado en varias ocasiones si esta era la mejor decisión para ella.
Chiara, Ruslana y Martin se conocen desde los seis años y han sido inseparables desde entonces. A donde iba uno iban los demás y esto a los tres les parecía maravilloso pero Chiara llevaba un tiempo planteándose si esa comodidad era lo más acertado, pues sentía que igual se había privado de hacer otras amistades y vivir experiencias distintas por esta razón. No quería que le pasara lo mismo en Madrid y sus amigos eran conscientes de esto.
- Kiki, aunque estudiemos lo mismo y vivamos juntos no significa que no conozcamos a más gente, tranquila, verás como hacemos más amigos. - le dijo la pelirroja intentando animar a su amiga.
- Claro, si estaremos en una clase con mínimo 100 personas más, alguien habrá a quien le caigas bien- dijo Martin dándole un codazo para picarla un poco sabiendo que así le sacaría una sonrisa.
- Eso tú lo tienes más difícil que yo, eh- respondió Chiara riéndose – pero de verdad que me arrepiento un poco de no haber ido en junio al curso de iniciación ahora seguro que ya todo el mundo tiene su grupito.
- Si hombre y perderme San Juan, ni loca- respondió Ruslana quitándole importancia al asunto.
- Prioridades la verdad- respondió Martin – además en cuanto nos vean aparecer por la uni todos querrán ser nuestros amigos.
- Hombre, con lo chulitas que vestimos yo nos tendría respeto- dijo Ruslana chasqueando los dedos y poniendo cara de roneanta haciendo reír al resto.
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Arde
RomanceChiara se muda a Madrid con sus dos mejores amigos para empezar la universidad. Allí conocerá a Violeta y juntas se darán cuenta de la conexión que hay entre ellas mientras todo arde a su alrededor.