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Antes que nada, quiero darles las gracias por los 2k de votos. Estoy muy agradecida de que este libro por fin pueda llegar a ser lo que un pasado fue. Y si lo vuelven a eliminar, esta vez si tengo un respaldo.🤍

Ahora si, comencemos.
Disfruten la lectura.














Al llegar a casa, Jungkook tomo una ducha. El haber hablado con Hoseok lo hacía sentir más aliviado y calmado ahora. Aunque un poco incómodo con el hecho de que había por fin había aceptado que le gustaba su suegro.

Estaba mal, pero no se iba a engañar asi mismo más tiempo. El señor Kim le gustaba y pudo notarlo cuando estuvieron en el hotel, cuando no lo buscó. La incomodidad y tristeza que sintió por ello.

Pero no iba a pensar en eso ahora, necesitaba trabajar en algunas cosas antes de volver a trabajar mañana. Más sus acciones se vieron interrumpidas cuando escuchó la puerta del salón abrirse, los pasos de su aún prometida resonando al dirigirse hacia su habitación.

Jungkook cerró los ojos por algunos segundos. La boca sabiéndole amarga.

—amor, estoy súper agotada. —Un beso fue dejado en su cachete, la misma tirandose a la cama. —hoy hubo más pacientes de lo habitual.

Jungkook la miró, sus ojos tristes porqué Rose no lo merecía, no merecía lo que le había hecho. Ella era un ángel, única e inigualable. Una mujer bastante dispuesta a lo suyo, envidiable ante las demás.

Apretó los labios tenso.

—Rose... —el "mnh" de ella entre las almohadas haciéndolo continuar— mañana no llegaré a casa.

La chica giró su rostro a la dirección del mayor, con un puchero tierno en sus labios.

—es verdad que te pondrán mucho trabajó por los días que faltaste, ¿te quedarás en casa de Hoseok oppa? Vive cerca de la empresa— Jungkook asintió dudoso -mentiroso-, la chica enderezándose sobre la cama. Asintiendo mientras comprendía a su novio.—esta bien amor, lo entiendo. Tomaré un baño y a descansar.

Le sonrió, tan bonito como ella siempre lo hacía. Acercándose nuevamente para besarle la comisura de los labios y-

Oh.

¿Donde estaba la sensación bonita que sentía cuando Rose lo besaba ahí?

Solo sintiéndose peor.













Temprano en la mañana, Jungkook fue a trabajar. Aunque no tuvo la mente tranquila en ningún momento, no era mentira que estuvo casi todo el día ocupado. Aún así, salió antes de la siete. Sus planes ya en mente, dirigiéndose a esa casa.

Tembló un poco, estacionándose frente a esta. Bajando del auto mientras arreglaba un poco su traje un poco arrugado.

Tocando el timbre con el corazón acelerado.

Tragó.

—oh... Señorito Jungkook. ¿Qué hace aquí?— la señora Lee, siempre recibiéndolo con una sonrisa.—Pasa, hace frío afuera.

Saludándola, se inclinó un poco, dándole una sonrisa de labios cerrados como agradecimiento.

—el señor Kim... ¿se encuentra en casa?

—oh, si. — la mujer mayor cerrando la puerta, comenzando a caminar hacia el pasillo.— ya le aviso que está aquí, espéreme un momento.

La vio desaparecer por allí, sintiendo sus manos sudar y el corazón bombearle con más fuerza a los minutos que pasaban.

¿Qué estoy haciendo?

La señora Lee, asomándose por el pasillo nuevamente.

—El señor Kim está dispuesto a recibirlo, puede pasar.— sin más se reverenció con una agradable sonrisa en el rostro, viéndola caminar hacia la cocina.

Jungkook suspiró asustado, dirigiéndose rápidamente hacia la habitación de aquel hombre.

Necesitaba aclarar todo esto que sentía.

Y no tocó la puerta porqué está ya estaba abierta, el señor Kim jugando con un encendedor de color oro mientras se apoyaba de su escritorio. Dejando de respirar cuando el hombre lo miró y dejó de jugar con el objeto que se abría y se cerraba seguidamente. Más cuando sus ojos se encontraron, todo se detuvo.

Escaneándolo de arriba a abajo, dejando el objeto de lado para apoyar sus dos manos en la mesa mientras ladeaba la cabeza con una sonrisa ladina ahora en su boca.

—pensé que había sido otro visita. —sin más habló, Jungkook haciéndose chiquito ante la mirada tan penetrante del mayor.— Pensé que imaginé que mencionaban tu nombre.

Pudo sentir su cuerpo temblar, aquella sensación de necesitar de que lo tocara nuevamente llenándolo por completo.

—Dime Jungkook.— el hombre hablo bajo, acercándose a él con paso suaves y firmes. Más no se echó para atrás, necesitando la cercanía del hombre que se posicionó delante suyo, cerrando la puerta tras de él con una mano que rosó su hombro. — ¿te arrepientes?

Sus ojos se conectaron, la reparación del otro golpeando sus rostro. La agradable colonia del hombre frente de él, ahogándolo, sofocándolo cuando suspiró encantado. El Señor Kim miró su boca, sintiendo la mano del mismo ahora tocarle la mejilla. Levantándole la cabeza con un poco de brusquedad por la barbilla cuando la respuesta no fue dada.

Tembló, inclinándose ante la acaricia dada sobre la piel caliente.

—Más que eso, pero...—negó rápidamente a ver el hombre hacer un amague de alejarse, tomándole la muñeca que casi dejaba de tocar su rostro. Su voz, sonando ahogada.—te necesito.

Sabía que esta vez, si estaba perdido. Y no le importaba en lo más mínimo.





































Lo prometido es deuda.
No olviden dejar su estrellita⭐️ besos 💗

ᴍɪ ꜱᴜᴇɢʀᴏ-ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ+18 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora