¿Por qué tienes que ser tan así?

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Se acerca a mi.
Me acercó a él, imitándole.

Daniel se sigue acercando más, por lo que yo tengo que seguir acercándome a él.

Hasta el punto en el que nuestras narices chocan. Y cada uno siente la respiración del otro.

-Recuerda que me tienes que repetir en todo. -dice antes de acortar la disancia por completo.

Y noto el roce de nuestros labios. Como me muerde el labio inferior, para después introducir el suyo entre los mios. En mi boca empiezan a saltar chispas al ver el jugueteo de lenguas. Y esas chiscas llagan hasta mi estómago, donde explotan haciéndome sentir un cosquilleo impresionante en él.

Se separa un poco de mi, pero aún así quedamos a milímetro.

-Recuerda que me tienes que repetir en todo. -digo imitamdole, antes de lanzarme a besarle.

Le muerdo el labio suavemente, tal y como el hizo hace a penas unos segundos. Y después fundo mis labios con los suyos de nuevo.

Y esa corriente eléctrica que solo siento cuando me toca o me besa, o incluso al tenerle cerca, comienza a invadir mi cuerpo de nuevo.

Y me separo de él por falta de oxígeno. Quedándome a milímetros, como antes.

-Creo que has ganado el juego.

-Yo nunca pierdo. -sonrío victoriosa.

-Mm... Eso habrá que verlo. -me reta.

-Cuando quieras. -digo desafiante.

Una fresca brisa inunda toda la terraza, lo que hace que comience a tiritar.

-¿Tienes frío?

-Un poco, la verdad.

-Toma. -dice quitándose la chaqueta y tendiendomela.

-Gracias. -digo poniendomela.

Pero ahora es él el que empieza a tiritar.

-¿Tienes frío? -digo en su mismo tono.

Daniel abre mucho los brazos.

-Dame calorcito anda.

Sale una carcajada de mi boca. Y me achucho a él para darle calor.

-Así mejor eh. -le digo.

-Pues si la verdad... -dice mirándome a la vez que me sonríe.

[...]

Me despierto, en un sofá rojo. En la misma terraza que estaba ayer con Daniel. Pero esta vez Daniel no está. Eso sí, llevo su americana negra puesta. Los zapatos de tacón no los llevo puestos, están debajo de la mesita de madera. También tengo una manta amarilla puesta por encima.

Cojo el móvil y miro la hora: las diez menos veinte. Me levanto del sillón, un poco perezosa. Es muy temprano para mi. Y voy descalza hasta el borde de la terraza. Contemplando el hermoso amanecer de Sevilla. Aún que hace un calor para morirse.

Dejo que la brisa mañanera ondeé mi pelo. Seguidamente me acerco a la piscina. Cojo agua con las manos y me lavo la cara. Después me recojo el vestido por la parte de abajo. Me siento al borde de la piscina y meto los pies en ella.

De repente noto unas manos en mi cintura, que haven que me incline hacia delante, y no se como, termino empapada en la piscina.

Me giro y veo a Daniel riéndose.

Este se va a enterar.

-No sabes lo que acabas de hacer. -le amenazo.

Me acerco al borde de na piscina.

-Ayudame a salir, anda. Que no puedo con el vestido.

Dani, entre risas, me tiende la mano. Pero yo en vez de salir de la piscina. Le agarro la mano y le tiro a la piscina conmigo.

Me hecho a reír. Se que no se lo esperaba.

-Uy, la acabas de liar. -me amenazaba sacando su cabeza del agua.

Y rápidamente me hace una aguadilla.

Cuando salgo a la superficie me subo a su espalda.

-¿Y si hubiera muerto ahogada?

-¿Enserio crees que te dejaría morir?

-Mm... -me quedo pensativa.

-¿Te lo estas pensando? ¿De veras?

Hace que me ría.

Daniel hace un extraño,movimiento de cintura. Haciendo que yo, que antes estaba en su espalda, ahora esté en frente suya. Rodeando su cintura con mis piernas.

-¿Por que tienes que ser tan así?

-Tan así, ¿como?

-Tan única. Tan perfecta. No sé, tienes algo que no tienen las demás.

-¿Perfecta? No soy perfecta. -digo entre risas- Todavía hay muchas cosas que no sabes de mi.

-¿Como cuales?

-Por ejemplo, a veces que siento insegura, tengo miedo, me pongo de malhumor, estropeo las cosas, pierdo la paciencia, me doy por vencida. Estoy llena de imperfecciones. Como tu, como yo, como todos. El problema esta en que muchas veces, no me conocen, me juzgan de alguna manera. Amo escuchar musica, me gustan los días nublados, me gusta el sonido de la lluvia. Aprender a leer ha sido el mayor regalo. Nunca he maltratado a un animal, ni pienso hacerlo. Odio "salir de Shopping". Mi mayor miedo es confiar demasiado en las personas, la muerte no me preocupa lo más mínimo. Siempre quise ver un cielo completamente estrellado y compartirlo con alguien. Mi estación favorita es el otoño, me encanta ver las hojas caer de los árboles y los hermosos paisajes naranjas. Tengo días en los que me consume todo pero siempre digo que todo esta bien. Suelo imaginarme cosas raras e imposibles. Cuando hablo soy directa y sincera. Tengo una mente muy creativa, no se si eso es bueno o malo. Siempre soñé con vivir en una casa del árbol. Siempre quise ser una de esas personas las cueles no les importa lo que la gente dice, pero no creo serlo. Grecia, Roma, París, Londres, Escocia y Munich son los lugares que mas me gustaría visitar. Veo programas de detectives, odio el chocolate negro y otras muchas cosas, y por cierto, nunca voy a madurar. Soy una chica perfectamente imperfecta. No soy alta, no tengo buen cuerpo, no me dan miedo las calorías. Si paseamos seguramente me tome un helado. Lloro demasiado, pero soy tan divertida que a veces te dolerá cada centímetro de tu cuerpo de tanto reírte. No me gusta mentir, pero aveces lo hago para protegerme. Hablo demasiado y me enfado mucho, aunque se me pasa rápido. Puedo prometerte que no te aburridas conmigo. Soy muy vergonzosa. Canto en la ducha. Cuando quieras te doy un concierto. -apunto.

-¿En la ducha? -pone cara de pillo.

-Iba con ironía retardado. -pongo una mueca extraña. Que le hace reír a Daniel.

Mi única verdad. {Jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora