🧪 Capitulo 👨‍🔬40

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Los ojos comenzaron a escocerle, sin venir a cuento, al imaginárselo en brazos de otra mujer o de otro chico
Las hormonas iban a acabar con el.

Jeff puso los ojos en blanco.

-Si te lo hubiésemos dicho, no nos habrías creído. Tenías que darte cuenta por ti mismo.
Nattawin se hundió en el asiento mientras le entraban ganas de darse de cabezazos contra la mesa. -mile no es el motivo de que haya convocado esta reunión. ¿Podemos centrarnos, por favor?.

Con voz temblorosa les contó lo que había descubierto en el laboratorio y dedicó la hora siguiente a explicarles cuáles serían los siguientes pasos. Sus amigos estuvieron de acuerdo en presentar a la FDA las nuevas muestras, que Nattawin guardaba bajo llave. Después procederían
a analizar concienzudamente a los empleados. Tong no estaba de acuerdo en hacer una limpieza completa del departamento, debido a las indemnizaciones por despido, pero dijo que hablaría con Mike, el abogado
de la empresa, lo antes posible.

Al acabar, Nattawin fue a buscar a mile al laboratorio para que lo llevara a casa, pues su plan de prepararle un baño y encargar la cena era lo único sensato que había oído en la hora y media anterior.

El baño consiguió que volviera a sentirse un ser humano, al igual que el masaje en la espalda y el filete que mile pidió que le llevaran a casa.
Sin embargo, lo mejor fue cuando él lo tomó de la mano y lo llevó al dormitorio, donde lo desnudó y lo besó con tanto cuidado que el estuvo a punto de llorar.
Mile se quitó las gafas y el cuerpo de Nattawin se vio inundado por tantas emociones a la vez que apenas pudo resistirlo. Él lo tomó en brazos y se tumbaron juntos en la cama, abrazados tan estrechamente que era difícil
saber dónde comenzaba uno y acababa el otro.

Nattawin no se cansaba de acariciarle el maravilloso cuerpo

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Nattawin no se cansaba de acariciarle el maravilloso cuerpo. El calor de su piel incrementaba su deseo. Y luego vino su parte preferida, cuando él lo penetró deslizándose en su interior como si siempre hubiera estado
allí. Su cuerpo lo aceptó con facilidad y él lo lleno por completo. A medida que la presión y el deseo aumentaban, Nattawin lo miró a los ojos mientras él le hacía el amor. La profundidad de lo que le hacía sentir
lo abrumó y se dio cuenta de que no podía pasar por alto la conversación de unas horas antes.

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