Esa noche Ismael se quedó hasta al otro dia.
Nos quedamos en el apartamento se los mellizos que era grande.
Los mellizos dormían en sus habitacion y nosotros en una que era aparte de la de la "madre de ellos" eso de las 23hs este llegue cansadisimo directo a dormir.
Por lo que nosotros casi ni lo oímos.
—Mañana tienes que revisar que el bebé esté bien.
—Sí, vas a acompañarme.
—Sí yo hubiese ido antes al medico, no hubiese ignorado las señales mi bebé estaría vivo —Sus ojos se aguaron y sus labios hicieron una mueca de dolor, estaba llorando sujetando su pecho ante aquel doloroso recuerdo. Lo abracé y trate de contenerlo —No fue tu culpa Ismael, tú no sabias de su existencia. Eras un jovencito que había sufrido un ultraje brutal, yo se que de poder hubieses tomado la mejor opción para ese bebé, pero ya esta.
Ven, ya no llores. ¡Vamos a dormir!
—¡Te amo Santiago, te hice mucho daño y me costó entender que te amo! ¡Me negaba aceptarlo, me negaba aceptar que me sentía atraído hacia ti, quería borrar esa sensación ese deseo. Tú eras un Alfa, yo quería serlo, ¿cómo podría desear a alguien qué era lo mismo a lo que yo deseaba ser? Te eche la culpa por hacerme sentir esclavo de mi naturaleza, hacerme sentir que jamás lo sería, pero aún tomando aquellas hormonas.Te seguía deseando, deseaba hacerte mio al mismo tiempo que me hicieras lo mismo.
Que ya no era algo de la naturaleza, era algo ya mío.
Tu olor, tu cuerpo me hacían desear más, estaba enamorado
Luego quize cambiarte, volverte algo que no eras que fueras un Omega mi Omega, pero tú no eras feliz, yo estaba haciendote miserable a cuesta de tu felicidad, pero ya no, saldremos de esta.
Ni bien se solucione esto, tu serás mi Alfa, yo seré tu Alfa, que al resto se meta su opinión donde no les de él sol. Tengo algo para ti. —Se fue un rato afuera y volvió para traerme algo del coche, era el libro que estaba leyendo cuando el estuvo en coma, «El hombre de las dos vidas» —Lo leí completo, y es hermoso; él al final en cada intento pospone su objetivo para darse cuenta de todo aquello que alguna vez lo enamoro de su esposo.
Al final el decide dejar en paz a su esposo ya que nadie es perfecto. Le dice que sabe su secreto, pero lo ama a pesar de todo.
Sabes que le dice su esposo.
—¿Qué?—Yo también te quiero.
—O sea que…
—Ambos Alfas deciden amarse a pesar de que serán juzgados. Y yo pienso hacer lo mismo ¡Dime aceptas ser mi Alfa, y dejas que yo sea el tuyo cuando todo esto termine!
—¡Si cariño acepto!
—Te amo
—¡Yo también. Siempre lo hice, siempre lo haré y, lo seguiré haciendo, Ismael! —Nos dimos un par de besos para luego dormir juntos; él abrazado a mí, y yo a él; debíamos descansar ya que mañana iríamos ver cómo iba nuestro bebé.
Al levantarnos nos topamos con el impostor que se preparaba para ir a trabajar.
—¿Cómo está tu esposo? ¿Alguna novedad?
—Nada, sigue en estado reservado. Lo inducieron a un coma. Tengo miedo, mucho miedo.
—Tranquilo vas a ver que él va mejorar.Prepare una leche para desayunar, y al girarme vi como Ismael me miraba con horror para luego decírmelo: ¡Santiago, le metiste 5 cucharadas de azúcar! Eso es mucho, él tenía razón —Señalando al Omega que se estaba tomando un café. —Me sentí otra vez culpable: ¿Acaso le estoy haciendo daño a mi bebé? Por lo que debido a mi sensibilidad, comencé a lagrimear.
—Yo no pensé que estaba lastimando al bebé, perdón.
—Nadie dijo eso, Santiago, solo que debes cuidarte un poquito más. Un poco menos azúcar, más agua no se.
—Piensas que seré malo como madre —Lo mire fijo mientras lloraba, estaba asustado ante tal realidad, ante la posibilidad, empeze a tener una ataque de ansiedad; me picaban las orejas, las manos, mi corazón latía aceleradamente ni hablar del aire sentía que se volvía pesado y cada vez costaba cada vez más respirar y respirar, mis feromonas empezaban a salir a flote invadiendo la casa con aquel aroma a café, aquel aroma a Alfa me intoxicaba, irónico, debido a tanto tiempo con aquella medicación y hormonas, y ahora con el embarazo por momentos las feromonas de los Alfas me hacía mal, y ahora me estaba intoxicando con mi propia feromonas. Me autoenvenenaba.
Ismael me ayudó a recostarme en el sofá y trato de calmarme dándome agua, y poniendome paño fríos ya que estaba levantando temperatura. —Yo avisaré al médico de la vuelta, y de ahí me voy a trabajar —Menciono el impostor.
Ismael solo asintió con la cabeza, mientras procedía a abanicarme con un plato de plástico de los mellizos.
Me dolía la cabeza sentía que explotaría, la nuca y ahora me dolia el pecho e irradiaba al brazo, como si fuese a sufrir un… infarto. Eso me hizo desesperar no podía sufrir un infarto, no, era muy joven para morir.
Necesitaba conocer al menos a mi bebé, verlo crecer, no podía permitirme tal hecho.
Comenzé a llorar más fuerte, como si jamás lo hubiese hecho en mi vida. –Ismael, no quiero morir, quiero conocer al bebé.
No me dejes morir, por favor, no me dejes morir. —Ismael, no entendía que me pasaba yo estaba en una crisis total de nervios, más lloraba más me desesperaba, pero lo extraño era que al llorar aquella sensación extraña iba desapareciendo lentamente, acaso iba tenido un ataque de pánico.
El medico me reviso, y mi temperatura estaba bien y ¿por qué me sentía con fiebre? Me tomo la presión, el azúcar y coloco el oxímetro en el dedo.
Efectivamente era un ataque de panico ante un desequilibrio hormonal, el doctor me extendió una orden para que pueda hacerme los estudios y los controles desde casa, ya que debía guardar reposo hasta que se estabilice el asunto. Mientras los oí muy vagamente hablar entre ellos: tiene el azúcar un poquito alta, no es diabetes pero tiene 125, por lo que debe cuidarse ¿El ya desayuno?—Sí, tomo leche con 5 cucharadas de azúcar.
—Cambiale a algún edulcorante, y que coma más vegetales y tome agua.Entonces es verdad, le estoy haciendo daño a mi bebé por lo que mi llanto volvió potenciado —Yo no quiero dañar a mi bebé, yo lo amo, yo jamás le haría daño.
En ese momento jamás se me cruzó en la cabeza que un futuro me lo toparia y nos tirariamos de las greñas, jamás. En ese momento solo podía llorar y llorar ante la posibilidad de que estaba lastimando a mi bebé, de tanto llorar me termine quedando dormido mientras el medico exclamaba:¡Mucha mucha agua!.
Desperte luego de un par de horas un poco más tranquilo mientras aquel aroma invadía la casa, al levantar la mirada los mellizos estaban allí sentados esperando su comida, y un olor a Omega invadia mi alrededor junto este podía sentir como una carne se cocinaba, un aroma familiar pero distinto.
Al levantarme allí estaba Ismael, cocinando, cortando vegetales para colocarlo junto aquella carne que se cocinaba con la salsa de tomate. –Ismael ¿acaso tú? –Ismael, solo siguió cortando vegetales para luego sonreírme un poco — Es un sacrificio que estoy dispuesto a hacer solo por ti, Santiago.
Te vi allí muy mal, desesperado llorando y me asuste empeze a largar mis feromonas y tú empezaste a calmarte, por lo que el medico dijo que era mejor eso a que sedarte, ya que afectaria el desarrollo del bebé. Yo no quiero que te pase nada a ti ni al bebé, estoy dispuesto a ser un Omega solo por ti y por el bebé, solo por ustedes. —En ese momento no me daba cuenta del gran sacrificio que Ismael hacia por mi, ya que renunciaba a su deseo personal para mí bien y el de nuestro bebé, por lo que sin duda ni bien esto se solucione haría lo imposible para que el puede cumplir esa gran necesidad de ser un Alfa, no iríamos a algún lugar remoto donde nadie nos conociera y viviríamos aislados como dos Alfas y nuestro pequeño. —Hize estofado de verduras con fideos.
—Ummm que rico.Comimos, y reímos un rato, pero algo me asustaba como haríamos para que nadie vea mal dos Omegas juntos ya que el disfraz del IMOAM era muy bueno, pero si dejaba de hormonarse sería cuestión de tiempo que se dieran cuenta que era un Omega.
Lo que sería una cuestión bastante complicada de resolver, pero juntos lo lograriamos —Sujetando su mano asustada ante el futuro incierto que nos esperaba.—Te amo mi Alfa —dijimos ambos a la vez para luego besarnos.
Continuara….