En medio del caos⅓

Capitulo Veinticinco

[Un mes después]

Oficialmente hoy se cumple un mes desde mi última presentación. Deje de ir tan seguido a mis clases ya que el tiempo no me es suficiente, también deje de ir a la psicóloga, y todo eso para estar en la cabaña.

Limpiando, arreglando, cosinando o haciendo cualquier otra cosa.
Con tal de estar alejada de Amelia y Thomás...

Y no es que e dejado de amar a Amelia porque todavía la amo, es porque ya no soporto verla tan feliz al lado de Thomás mientras que yo estoy aquí sufriendo por su amor, sufriendo porque al menos me mire como lo mira a el.

Pero bueno, que más le voy a hacer...

También e intentando aprender más sobre mi collar. Este tiene la capacidad de atrapar almas y dejarme ver el "más allá" pero sin embargo apenas y puedo hablar con mi madre.
No me lo e puesto tan seguido desdé que me enteré de lo que es en realidad.

No estoy dispuesta a qué me maten por querer robarme este collar.

Y si me preguntan que estoy asiendo justo ahora...
Estoy esperando a que en algún momento Juan se digne en venir a entrenarme porque dicen que debo aprender a pelear.

-¡Ya llegué! — escucho la voz de Juan y salgo de mis pensamientos — disculpa por la tardanza pero es que Marcus no me dejó fácil el trabajo.

-Creí que Marcus no estaba.

-Llego hoy en la madrugada y ya está dando órdenes a todos. Así que cuídate — se paró a mi lado para recobrar el aliento y luego siguió hablando — ahora, empecemos con algo fácil, 50 vueltas alrededor del terreno de la casa.

-¿50 vueltas alrededor de la cabaña? Fácil...

-Si, pero debes llevar esto — dijo dándome una mochila — no te molestes en abrirla, solo vas a encontrar rocas.

Lo miré por un momento, esperando que me dijera que es una broma pero no lo hizo.
Al parecer habla enserio...

-Bueno, te voy a tomar el tiempo, ponte en posición — me puse la mochila y caminé a un lugar para empezar a correr desde allí — ¡Fuera!

★★★

Terminé de dar las 70 vueltas y me tiré al suelo.

Lo sé, eran 50 pero... Intenté saltarmelas y por eso Juan me dio un "castigo" pero bueno, ya las acabé.

-Una hora y media Katherine, ¡Una hora con treinta! — me reprocha Juan — ¡En mi primera vez duré 40 minutos!

Nisiquiera me molesté en decir palabras, no quería moverme para absolutamente nada. El simple hecho de existir ya me daba demasiado trabajo.
¿Soy yo o de repente hay demasiado calor?

-Bueno, levántate, ahora vamos a calentar.

Casi me desmayo a escuchar esa palabra.

-¡¿Calentar?! — Juan soltó una sonora carcajada.

★★★

-Ya con esto último podrás irte a duchar, enserio, lo necesitas — me reí sarcásticamente mientras escuchaba a Juan — parecerá milagro pero convencí a Joseph de pelear contigo.

-¡¿Qué tú hiciste que?!

-Solo van a practicar, no te va a matar si es eso lo que temes.

-¡Joseph no me habla grandísimo idiota! ¡Me odia!

-Joseph no te odia, no exageres.

Gruñi molesta. No quiero nisiquiera imaginarme lo que me hará.
Ohhh Dios, si no me llevas me mandan.

-Hola Juan, ya llegué — dice joseph llegando con Juan — Marcus me había mandado a la ciudad.

-Me lo imaginé, bueno, quítate la camisa para que le ayudes a Katherine a aprender a pelear.

Casi me ahogo al escuchar la palabra "quítate la camisa" mierda, esto se me va a hacer difícil ya que Joseph parece un Dios griego.
Lo miré atentamente mientras se quitaba la camisa.

-Primero déjame calentar — dicho eso empieza a trotar, a tal velocidad que me sorprende.

Luego de unos ¿10? ¿05? Minutos ya está de vuelta.
Se para enfrente a mi lanzándome dagas con la mirada y luego sonrie.

-Bueno Katherine, lo único que harás será esquivar los golpes de Joseph, si el te aguanta debes que soltarte, entonces...¡Empiecen!

Miré atentamente a Joseph, suplicándole con la mirada de que se fuera y no me golpeara pero como siempre... No me hizo caso.

Lanzo el primer, segundo y tercer golpe y ninguno lo pude esquivar.
Retrocedí un poco y sin darme tiempo a respirar o analizar ya tenía a Joseph sobre mi aguantando mis muñecas.

-Eres muy lenta, princesa.

Me soltó y me levanté rápido. Volvió a atacarme y de nuevo encestó el golpe, así uno tras otro.

Finalmente Juan tuvo piedad de mi alma.
-Ya está bien por hoy.

No pude nisiquiera voltear para volver a ver a Joseph porque este ya no se encontraba aquí.

Suspiré con aires de tristeza y me fui a mi habitación para darme mi merecida ducha.

★★★

Salí de la ducha ya vestida y me acosté con mi cel a la mano. Ya ni lo usaba porque no tenía con quién hablar, de todas formas, ya ni me abría con la gente, prefiero tragarme mis problemas, la única a quien se los cuento es a Zafiro y esto porque a ella no le puedo mentir.

Es teléfono empezó a sonar y mire el número en pantalla, no se quien es pero de todas formas mejor contesto.

-¿Hola?

-¡Katherine!

-Si, dígame.

-Pequeña te extraño demasiado,¿Cuando nos volvemos a ver?

-¿Con quién hablo?

-¿Acaso no me recuerdas? JAJAJA yo pensaba que me ibas a tener presente en tu memoria.

-Voy a colgar.

-Hazlo, pero recuerda, nos volveremos a ver mi pequeña niña.

La llamada se colgó y apagué el teléfono, ya a sido mucho por hoy.
Estoy exhausta, tanto física como mentalmente.

Me levanté con pesadez de la cama y me senté en mi escritorio, allí empecé a dibujar ya que estaba aburrida.
Me decidí por dibujar algo que tenga que ver con algún grupo de música, tal vez los BTS ya que a Amelia les encanta.

★★★

Baje a paso lento, la oscuridad de la noche acompañada con el silencio sepulcral es y siempre seguirá siendo mi combinación perfecta.

Comí algo rápido y salí de la cabaña.

Los arrullos del bosque se escuchaban completamente... Woow...

-¿Que haces allí? — escucho una voz a mis espaldas pero no me molestó en voltearme — ¿Kat?

-Solo nesecitaba un poco de aire, mejor anda a descansar.

-Es peligro — me dice Veroxica — no es seguro que estés aquí afuera tu sola....

-Tranquila, ya estoy muerta en vida.

-¿Porque lo dices? — solo me encojo de hombros — cada día estás más rara...

Dicho eso se va y me deja sola.
Sola conmigo misma.

Me a dolido todo lo que está pasando.

Joseph me odia, o al menos eso es lo que parece porque no me habla y cuando lo hace, lo hace con desprecio.
Amelia se volvió una hipócrita total, y aunque no me sorprende si me duele.

Estoy sola...

Sola estando acompañada, ¿Acaso hay algo peor que eso? No, no lo hay.
Me siento como si fuera a morir en cualquier momento y lo peor del caso es que si muero nadie se daría cuenta.

Aunque ya morí.
Morí el día en qué empecé a cambiar tan drásticamente....