Han YeRi recibe la llamada de sus amigos descubriendo una sorpresa. Una bebé ha sido dejada en casa de ellos sin explicación alguna, sólo una carta fue encontrada con la pequeña mencionando algo sobre una promesa.
Mientras se inicia la investigación...
YeRi sonrió enternecida ante el vídeo que Jimin le había enviado. Le respondió con un sticker recibiendo un mensaje por otro lado, lo abrió al tocar la pantalla leyéndolo:
NamJoon: Hola, YeRi. ¿Estás en clase? ✔️Entregado.
YeRi: En estos momentos tengo unos minutos libres antes de la próxima clase, ¿Pasó algo? ✔️Enviado.
NamJoon: No, nada. Sólo...quería saber si podemos ir a almorzar juntos. ✔️Entregado.
YeRi: Sabes que debo pasar por el trabajo de Jimin para recoger a Yuna. ✔️Enviado.
NamJoon: Ah, cierto, lo había olvidado. ✔️Entregado.
YeRi sonrió negando con la cabeza, NamJoon a veces parecía un niño.
NamJoon: Podemos llevar a Yuna :) ✔️Entregado.
YeRi: Mejor dejémoslo para otro día, ¿Está bien? ✔️Enviado.
Tardó un poco más para responder.
NamJoon: Está bien :) ✔️Entregado.
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Park Jimin amaba los animales, parecía tener más química o conexión con los gatos. Todos coincidían en ello, en la veterinaria inició como voluntario, debido a su desempeño allí quedó como trabajador fijo, ayudaba a bañar las mascotas, a cortarles el pelo o ayudaba en algunas cirugías de dichos animales, haber estudiado esa carrera en la universidad le ayudaba mucho en la actualidad.
Cuando YeRi llegó a la tienda encontró al rubio con la bebé en brazos haciéndola reír al hacerle cosquillas, la imagen era tierna y la risa de Yuna era contagiosa como la de cualquier bebé.
—Me alegra que se lleven bien.
—En eso estamos—le entregó el bolso de la pequeña y luego a Yuna—¿Todo bien en tu día?
—Tengo algunas evaluaciones que revisar en casa. ¿Y tú?, ¿Fue sencillo cuidarla?
—Una vez dejó de querer llorar fue más sencillo—asintió—¿Tu padre te dijo algo?
—No. No he podido hablar con él, lo llamaré luego. Despídete, Yuna—movió su manito. Salió de la tienda con ella recibiendo un mensaje en su celular.
Papá: Pasaré a verte esta noche. ✔️Entregado.
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—Así que Kwon MiHyun regresó al país el año pasado—YeRi le sirvió la taza de café a su padre. Era algo que no podía faltar en la vida de ese hombre, no importaba la hora, necesitaba del café para vivir.
—Así es—el señor Han tenía a Yuna dormida en brazos, la pequeña descansaba boca abajo en uno de sus brazos luciendo muy cómoda—Se fue a Estados Unidos por unos tres años, sus padres viven allá, no tiene hermanos ni hermanas.
—¿No hay parientes aquí?
—No. Nada.
YeRi frunció el ceño colocando sus manos en su cintura.
—¿No puedes enviarle un correo a sus padres?
—Lo pensé. No pude hacerlo hoy porque estuvo llena la comisaría, mañana apenas llegue a mi puesto lo haré—bebió de la taza saboreando aquel líquido oscuro.
—Otra cosa—indicó—¿Cómo hiciste para que se durmiera en segundos?
El señor Han se echó a reír negando con la cabeza.
—Cuando eras tan pequeña como Yuna solía colocarte boca abajo en mi brazo, te mecía suavemente y en segundos estabas dormida—comentó con orgullo—Tu madre lo intentó muchas veces y no lo conseguía.
—¿No quieres cuidarla también?
—Prefiero enfocarme en ubicar a su madre—se levantó de la silla—Será mejor que la lleves a su cuna.
YeRi la cargó con cuidado recostando su cabeza de su hombro, se dirigió a la habitación y acostó a la bebé en su cuna. La cubrió con su manta acariciando una de sus pequeñas manos, al volver con su padre tomó asiento con él en el sofá de la sala.
—¿Cómo le fue a Jimin cuidando de ella?
—Bien. Me envió un vídeo donde Yuna se voltea sola—se lo mostró al revisar su celular. Su padre la miró con atención entrecerrando sus ojos.
—Te encariñaste muy rápido.
—¿Quieres que odie a una bebé?
—Sólo decía—se encogió de hombros—Siento que los chicos están dejándote todo el trabajo.
—Papá—reprochó—No es así. Nos turnamos para cuidar de la bebé, sé que los chicos me involucraron sin yo quererlo, aun así no estoy molesta, lo estaré si me entero que Yuna es hija de uno de ellos.
—¿Crees que no lo es?
—Al principio sospeché de ellos, ahora los escucho negarlo y les creo—su padre rodó los ojos con una mueca—¿Por qué te desagradan los chicos?, son buenos amigos.
—No me gusta que seas la única chica entre ellos. ¿Por qué no tienes amigas mujeres?
—Porque me siento más cómoda entre hombres que entre mujeres—abrazó uno de los cojines.
—¿Quieres recordarme cómo los conociste?
—¿No recuerdas que estudié con JungKook en el último año?
—Cierto—asintió con su taza de café en la mano—Debo admitir que creí que ustedes dos tendrían algo.
YeRi se echó a reír a carcajadas, si JungKook estuviera ahí probablemente hubiera hecho lo mismo.
—JungKook nunca ha sido mi tipo, lo veo como el hermano menor que nunca tuve.
—Pero es mayor que tú.
—Por meses nada más—aclaró.
—Bueno y según tú, ¿Cuál es tu tipo?—quiso saber.
—No lo sé. No lo he pensado, nadie se ha sentido atraído por mí—le restó importancia mirando a la televisión. El silencio repentino y la mirada fija de su padre le hizo poner nerviosa—¿Qué ocurre?
—Nada.
El señor Han estaba seguro que entre esos siete chicos uno de ellos sentía algo por su hija. Podía apostarlo.
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