—No sé qué decir... —susurré finalmente, bajando la mirada.
—No tienes que decir nada si no quieres. Solo quería que supieras lo que siento —dijo él, levantándome el rostro suavemente con su mano.
—Es que todo esto es muy confuso para mí —respondí, intentando aclarar mis pensamientos—. Al principio, todo fue muy duro. Sentí que mi vida se había convertido en un caos, que me habías arrebatado mi libertad. Pero ahora, después de conocerte, después de todo lo que hemos pasado, no puedo evitar sentir que... que...
—¿Que qué? —me animó él, su voz suave y paciente.
—Que me importas más de lo que quiero admitir —dije finalmente, con un nudo en la garganta—. Pero también tengo miedo. Miedo de que esto sea solo una ilusión, de que tú cambies de opinión.
—Nadia, sé que he cometido errores, grandes errores, pero mis sentimientos por ti son reales. Nunca antes había sentido esto por nadie —dijo él, acercándose más y tomando mis manos entre las suyas—. No te pido que olvides todo de repente, pero dame una oportunidad para demostrarte que lo que siento es verdadero
Sus palabras me conmovieron profundamente. Sentí una mezcla de miedo, esperanza y algo más que no podía definir. Estábamos tan cerca que podía sentir su aliento en mi piel, y su sinceridad parecía derrumbar las barreras que había construido a mi alrededor.
—Nabil... —empecé, pero él me interrumpió suavemente.
—No tienes que decidir nada ahora. Solo quería que supieras cómo me siento.—
repitió por segunda vez .— Por favor, no te vayas —dijo, su voz cargada de emoción—. Dame la oportunidad de hacerte feliz.
La sinceridad en sus ojos y la ternura en su voz hicieron que mis defensas se derrumbaran. No sabía qué depararía el futuro, pero en ese momento, quería creer en sus palabras.
—Está bien —dije finalmente, asintiendo levemente—. No me iré. Intentemos esto juntos.
Una sonrisa de alivio y felicidad se dibujó en su rostro. Lentamente, se inclinó hacia mí, al verlo tan cerca intenté hablar pero corto la distancia que había entre nostros y junto sus labios con los míos , fue un beso lento y dulce que me hizo olvidar todo , mi familia, como había acabado aquí, solo eramos Nabil y yo.
En ese instante, supe que, a pesar de todas las dificultades, estaba dispuesta a darle una oportunidad a este nuevo comienzo.
Pasamos el resto de la noche hablando, compartiendo nuestros miedos, esperanzas y sueños. Poco a poco, fui sintiendo que una nueva conexión se forjaba entre nosotros, una conexión basada en la comprensión y la aceptación mutua.
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Fiha kher
Roman d'amourNadia, de dieciocho años, es obligada a casarse con Nabil, un mafioso rodeado de secretos. Atrapada en una red de intrigas y deudas, debe enfrentarse a figuras del oscuro pasado de Nabil. ¿Podrá encontrar el valor para decidir su propio destino? ...