Después de un día lleno de emociones y logros en la pista, Astin regresó al hotel con una mezcla de cansancio y euforia. La luz del atardecer se filtraba por las ventanas de su habitación, pintando tonos cálidos sobre las paredes blancas y el suelo de madera. Se dejó caer sobre la cama con un suspiro de alivio, sintiendo el peso de la intensa jornada de carreras en cada músculo de su cuerpo.
Jules entró en la habitación con una sonrisa ancha y un aire juguetón. Había sido testigo directo de la brillante actuación de Astin en su debut, y su expresión reflejaba orgullo y entusiasmo.
—¡Vaya, hermanita! ¡Lo hiciste genial ahí afuera! —exclamó Jules, dejando caer su bolsa en una silla y acercándose a Astin con efusividad—. ¡Ganar en tu primera carrera es impresionante!
Astin asintió, sintiéndose reconfortada por las palabras de aliento de su hermano. A pesar del cansancio físico, una sensación de logro y satisfacción llenaba su corazón.
—Gracias, Jules. Fue un día increíble —respondió Astin con sinceridad, levantándose para comenzar a deshacerse de su equipo de carreras.
Jules la observó con orgullo mientras ella se cambiaba de ropa. Repasaron juntos los momentos destacados de la carrera, recordando las emocionantes maniobras en pista y la estrategia bien ejecutada del equipo Mercedes. Cada recuerdo añadía un brillo especial a la primera experiencia de Astin en la Fórmula 1, fortaleciendo su determinación y confianza para futuras competencias.
Su cabello, suelto y ligeramente ondulado, enmarcaba su rostro con suavidad, mientras que un maquillaje natural realzaba sus rasgos. Jules la observó con aprobación, sabiendo que su apariencia reflejaba tanto su profesionalismo como su personalidad vibrante.
—Estás hermosapara la fiesta, hermanita —dijo Jules con una sonrisa.
Su expresión era una mezcla de satisfacción y anticipación por la noche que les esperaba.
—Estoy mocionada, feliz y un poco cansada, pero en el mejor de los sentidos. Hoy fue un día que nunca olvidaré —respondió Astin, mirando a Jules con gratitud—. Gracias por estar siempre ahí, apoyándome en cada paso del camino.
Jules asintió con una sonrisa llena de orgullo fraternal. —Siempre estaré aquí para ti, Astin. Estoy seguro de que conquistarás muchos más podios en el futuro.
Con esa promesa de un futuro brillante, Astin y Jules salieron del hotel, emocionados por la noche que les esperaba. Bajaron al lobby, donde los otros 22 pilotos ya se habían reunido, todos en un ambiente de camaradería y anticipación. El ambiente estaba cargado de emoción y el murmullo de conversaciones animadas llenaba el espacio.
En cuanto Astin y Jules aparecieron, Daniel, Lewis y Max se acercaron de inmediato. Daniel fue el primero en llegar, quitando a Astin del lado de Jules y levantándola en el aire en un gesto lleno de alegría y afecto.
—Mi chica se ve hermosa con cualquier cosa —declaró Daniel con una amplia sonrisa, haciendo que los pilotos cercanos se volvieran para ver de quién estaba hablando. Hasta ese momento, muchos sabían que Daniel salía con alguien, pero no conocían su identidad. La revelación causó un revuelo inmediato.
Checo Pérez y Esteban Gutiérrez fueron los primeros en acercarse, curiosos y sorprendidos.
—¿Quién es esta linda morrita que vi en el podio? —preguntó Checo, deteniéndose al lado de Daniel con una mirada inquisitiva.
—Es mi chica, Checo. Es la hermana de Jules —respondió Daniel, besando la mejilla de Astin antes de dejarla separarse para que saludara a Checo.
Astin sonrió ampliamente y se volvió hacia Checo, extendiendo su mano con confianza. —Así que tú eres Checo. Jules me cuenta que seguido lo amenazas en las fiestas con no llevarlo a comer tacos por no tomar tequila —dijo en tono de broma, haciendo que Checo frunciera el ceño por un momento antes de reírse al comprender.
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VÉRTIGO
FanfictionAstin Celin Dara Bianchi, la prometedora hermana menor de Jules Bianchi, ha crecido con una pasión inquebrantable por las carreras. A sus 19 años, en 2013, atrapa la atención del renombrado Toger Christian "Toto" Wolff, director de un equipo de Fórm...