Capitulo 1: La huida

6 0 0
                                    

En medio de una guerra entre ángeles y demonios, pensar en amor quizás sería cosa de locos, y más el amor de esta historia. Un ángel (yo), encargado de una de las prisiones de demonios más grande del mundo, me vi envuelto en el triángulo amoroso más loco e imposible de la historia, una recientemente atrapada demonia por salvar a otra, la cual es su amor, aunque eso en ese momento yo no lo sabía.

Tras una semana de interrogatorios, el procedimiento es que cada demonio sea interrogado por un ángel diferente para que la influencia de los demonios sobre sus mentes no sea un peligro. Yo sabía que tendría solo ese tiempo para poder intentar que algo sucediera, pero las cámaras de las salas harían que algo sencillo como expresar mis sentimientos fuera la misión más complicada que había tenido hasta ahora. Necesitaba ganarme su confianza lo suficiente como para no correr peligro a la hora de dejar que entrase en mi mente para poder explicarle la situación.

Llego el día, me tocaba interrogar a esa demonia en la que me había fijado desde que llegó a la prisión y en la cual no paraba de pensar. El primer día tendría que actuar con normalidad para que mis superiores no sospecharan nada, pero no podía ser muy agresivo para que ella no se cerrara y evitara tener contacto conmigo después. Al segundo día, empecé a hablarle de mi vida contando cosas cotidianas, como a cuántos demonios había sacado información, cuántos humanos había salvado, marcando a los demonios con un sello que les impedía poseer a ningún otro humano después de ser expulsado de su propio cuerpo. En ese instante ella soltó una carcajada y a mí me resultó raro y gracioso al mismo tiempo pues ella parecía no saberlo todo sobre los ángeles.

-¿Qué te resulta tan gracioso?- le pregunté después de reírme al mismo tiempo que ella.

-¿Cómo estás seguro de que era su propio cuerpo?- La joven demonia tenía un tono vacilón que en ese momento todavía me resultaba más intrigante.

-Verás, hay algo que parece que solo unos pocos demonios saben, sin embargo a nosotros nos lo enseñan como primera lección, y hasta que no lo dominamos no avanzamos en nuestra labor contra la guerra, aquí en el cielo me ves a mi pero en la tierra verías a un oficinista de Nueva York llamado Peter.

-Vaya, increíble, ¿Y eso qué tiene que ver con los demonios?- Ella seguía vacilante, bastante confiada de que eso no tenía nada que ver con ellos.

-Pues, resulta que si yo quisiera hablar con otro ángel en la tierra, tendría que dejar de esconderme detrás de mi recipiente, y al igual que puedo dejar de ocultarme, puedo ver el verdadero rostro de los demonios, lo cual es mucho más fácil con los más jóvenes, ya que al parecer vuestra generación elige recipientes bastante similares a su verdadero aspecto. - Disfruté un poco riéndome viendo cómo ella se quedaba sorprendida.

Después de eso, me siento en la silla y ojeo el informe de su captura. Ella me mira con disimulo y de vez en cuando le devuelvo la ojeada a ella. Con cada vistazo que le echo no puedo parar de pensar en besarla y decirle lo que siento, realmente no estaba ni prestando atención al informe hasta el punto de incluso pasar por encima de la parte que decía que se le había capturado gracias a que ella había protegido a otra demonia joven que la acompañaba, me doy cuenta y vuelvo a pasar por encima de ese párrafo del informe y esa vez lo leí con atención para darme cuenta de la verdadera situación.

-Así que tu captura fue posible por proteger a otra de las tuyas... Vaya, qué interesante —exclamé mientras me puse de pie con el informe en la mano. — ¿Quién es? ¿Tu hermana quizás? ¿Tu mejor amiga?

-Eso a ti no te importa- dijo ella con voz distante y desafiante- Y no vayas por ese camino, a ninguno de vosotros os va a funcionar eso.- dijo apartando la mirada del ángel y mirando hacia la cámara de la sala.

-Verás, es que me genera curiosidad lo que puede hacer que un demonio se arriesgue a ser capturado para salvar a otro, y más cuando creo que todos sabéis lo que hacemos aquí una vez ya no tenéis más información.- me volví a sentar, dejé el informe sobre la mesa y mientras la miraba me imaginaba siendo el que la rescatase y volviese a juntarla con su hermana.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora