Karina
En cuanto escuché a Taeyong proponer el juego infernal que no hacía más que incrementar el odio de Kim Minjeong hacia mí me quedé helada. No quería pasar de nuevo por aquello y que la chica me volviera a tener el rechazo que tan poco me gustaba. Pero más helada quedé cuando volteé a mirarla y vi cómo escribía su nombre en un papel.
Entonces caí en la cuenta de que existía una mínima posibilidad de que nuestros nombres salieran juntos.
Imposible.
No se daría tal coincidencia.
¿Me apetecía besarla? Puede. Para mí un beso no es algo demasiado importante, ya me he besado con muchas personas. Pero me ponía nerviosa, ninguno de los anteriores me había odiado como Kim Minjeong lo hacía, aunque creía que ese rencor que me tenía estaba desapareciendo. No quería que el avance que había hecho con ella hubiera sido en vano y comenzase a huir de nuevo por un estúpido intercambio de saliva.
La voz de Taeyong me sacó de mis pensamientos.
—El juego tiene unas normas muy básicas. Los dos nombres que salgan se tienen que dar un beso—hizo una pausa dramática—. Un buen beso, no un rocecito de nada. Y debéis pensar bien antes de soltar vuestro nombre en esta bolsa, porque el que se niegue a darse un beso con quien le toque tendrá que cumplir un castigo. Esto se hace para no herir los sentimientos de nadie, no estamos en el mercado para escoger este sí este no, aquí o todos o ninguno.
—Me parece bien—dijo Minjeong levantándose de la cama y pasando por delante para soltar su papel en la bolsa. Al dirigirse de nuevo a su asiento paró delante nuestra—. Félix, deberías jugar.
—No me van estas cosas, ya lo sabes—respondió con timidez, pero con una sonrisilla nerviosa que daba a entender lo contrario.
—Oye, nadie te va a juzgar aquí, es para pasarlo bien—le animó Hyunjin a su lado.
—Fíjate, si hasta yo participo—rio la chica.
—Está bien—dijo con timidez.
¿Qué le pasaba a todo el mundo? Era salir de casa y empezaban a perder cualquier atisbo de timidez. Pero no les juzgo, yo era la primera a la que le entretenían este tipo de dinámicas.
—Estás desatada, Kim Minjeong—no pude evitar decirle algo.
—Me apetece dar algún beso, ¿acaso no puedo?—se puso a la defensiva en tono divertido.
—Claro que puedes, ¿algún objetivo en especial?—señalé con la cabeza el lugar en el que se hallaba Anton con la esperanza de que lo negara.
Pero se encogió de hombros.
—Puede—dijo mirándome intensamente.
Volvió a su sitio dejándome confusa y algo pensativa. Parecía que sí que le gustaba el chico tortuga.
Alguien preguntó en qué consistiría el castigo.
—Es sencillo. El que no cumpla será mi sirviente durante todo el día de mañana. Es decir, cumplirá todos mis deseos como si de un mayordomo se tratase.
—¿Y por qué sales tú beneficiado?
—Querido Jeno, porque todo el alcohol que te has bebido lo he pagado yo y porque estamos en mi habitación y el que se va a llevar la bronca mayor si nos pillan seré yo. Creo que tengo el derecho de aprovecharme un poco.
—Visto así tienes razón—contestó el chico.
—¿Alguien se opone a este castigo?—preguntó para cerrar la explicación nuestro anfitrión.
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Just Like A Movie | WinRina & Hyunlix
FanfictionKim Minjeong odia a Yu Jimin por una buena razón. Karina la odia por el simple hecho de no caerle bien. Las chicas tendrán que acercarse la una a la otra cuando descubren que sus mejores amigos se gustan, pero son demasiado tímidos para dar un paso...