XXV

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Karina

Subimos al bus y como si ya lo hubiéramos hablado, Félix se sentó con Jinnie y yo me situé junto a Minjeong. Ellos parecían tener una conexión especial y también entendían la que se estaba formando entre nosotras.

—Tienes que dormir—dijo Minjeong nada más sentarse a mi lado.

—No tengo sueño—todavía faltaban unas horas para que anocheciera del todo.

—Karina—se acomodó para mirarme—, anoche no pegaste ojo.

—Por lo menos dormí unas horas—reprendí.

—¿Dos? No es suficiente. Duérmete y no seas testaruda.

—Hazme mimitos y me duermo.

Ella accedió y comenzó a hacerme cosquillas en la mano para luego subir por mi brazo. Estaba medio adormilada y con mi cabeza apoyada en su hombro cuando necesité algo más.

—Minjeong—la llamé.

—Creía que ya te habías dormido.

—No me puedo dormir sin un beso de buenas noches.

—¿Quieres que avise al conductor para que venga a dártelo?—bromeó.

—Minjeong...—empecé mi queja.

—Lix y Hyunjin nos pueden ver—ellos se sentaban en la fila de al lado, un par de sitios por delante.

Abrí mis ojos y me enderecé para mirarlos.

—Están metidos en sus estúpidos juegos. Dámelo—susurré para que no nos escucharan.

—¿Estoy soñando o Yu Karina me está rogando por un beso?—preguntó en bajito para burlarse de mí.

—¿Sueñas normalmente con que te quiero besar? Creo que tu problema es más gordo que el mío—respondí con prepotencia.

—¿Sabes que te odio?—me miró conteniendo una sonrisa.

—Sí. Ahora déjate de estupideces y dame un beso de buenas noches.

Me dio un pico rápido que me supo a poco. Necesitaba estar con ella a solas y no en un bus repleto de personas.

—¿Qué estamos haciendo, Karina?—preguntó entonces Minjeong.

—No lo sé, solo estoy haciendo lo que me nace.

—Creo que deberíamos hablar de esto en algún momento.

—Lo hablaremos cuando estemos en privado, pero si te incomoda algo dímelo y paro.

Ella sonrió y tomó mi mano.

—Ni se te ocurra parar.

—Al menos podrías disimular un poco que te gusta tanto, vas a hacer que pierda el interés—no podía dejar de molestarla, me encantaban las caras que ponía.

—¿Sabes qué? Esto—se señaló a sí misma—, queda vetado para ti. No me vuelvas a tocar.

—No te enfades, era broma.

—Duérmete.

—No puedo si estás molesta.

—Pues no te duermas.

Me apoyé contra la ventana y la observé. Ella tenía su cabeza ladeada hacia el pasillo del bus.

—Minjeong—seguía sin mirarme—. Kim Minjeong...Kim Minjeong.

A pesar de mi insistencia no me contestó.

—Hazme caso, por favor.

—Ssssh, cállate.

Just Like A Movie | WinRina & HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora