XXVIII

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Karina

Volvimos al hospital hablando de la comida. Los chicos probablemente habían notado que Minjeong y yo no nos dirigíamos la palabra, pero fueron precavidos y no mencionaron nada al respecto.

Pude ver a mi abuela muy poco tiempo más. A media tarde se quedó dormida y mis padres decidieron llevar al abuelo a casa para que pudiera descansar. Ellos también aprovecharían para darse una ducha y relajarse antes de volver. Gyu, los chicos y yo nos quedamos allí hasta que regresaron. Estuvimos aburridos y cansados durante horas, pero en un hospital tampoco hay mucho que hacer. Además, me encontraba mal por mi enfado con Minjeong, cosa que incrementaba mi cansancio.

Mis padres volvieron un par de horas más tarde, cuando ya se había hecho de noche.

—Ya podéis marcharos, Mingyu. Encargaos entre Jimin y tú de atender todas las necesidades del abuelo si se despierta. Mañana, cuando nos den el alta, llevaremos a la abuela a casa—mi madre nos estaba dando las instrucciones necesarias—. Jimin, tus amigos y tú tenéis que organizar las camas. Sabes donde están los colchones y mantas de sobra, úsalos como puedas y repartíos entre tu habitación y la nuestra. Dejad a Mingyu descansar, ha conducido muchas horas.

Asentí ante todas sus órdenes y unos quince minutos más tarde ya estábamos descargando las maletas del coche de mi hermano y entrando en la casa de los abuelos.

Tenía el mismo olor acogedor de siempre, pero todo estaba a oscuras y se notaba una extraña sensación de soledad.

—Mamá ha dicho que el abuelo ya está durmiendo. Yo voy a darme una ducha, comeré algo y haré lo mismo, ¿os podréis organizar solos?—preguntó Gyu.

—Sí, no te preocupes, ve a descansar.

—¿Dónde dejamos las maletas?—preguntó Jinnie.

—Seguidme al piso de arriba, vamos a hacer el reparto de habitaciones.

Cargamos con nuestras maletas y los guié hasta la habitación que yo solía ocupar cada verano.

—¿Vamos a dormir todos aquí?—preguntó Félix.

Minjeong no decía nada. Llevaba sin hablarme desde esa misma tarde en el hospital, cuando preguntó si quería que me sacara algo de beber de la máquina y la ignoré por completo. Estaba actuando de una manera muy infantil, pero quería que se diera cuenta de que estaba mal con ella.

—No. Nos podemos repartir dos y dos. Jinnie, tú duermes aquí conmigo.

—¿Estás segura?—preguntó Hyunjin ante ese cambio repentino ya que llevábamos varias noches con las parejas intercambiadas.

—Sí, la cama es pequeña, traeremos un colchón.

—¿Y nosotros?—habló Félix, ella solo miraba el suelo esperando órdenes. Me dio una punzada de tristeza verla así, pero no podía cambiar mi postura.

—Dormiréis en la habitación del fondo del pasillo, es la que normalmente usan mis padres.

Los llevé hasta su cuarto y me fui con Jinnie para hacer su cama.

—Oye—llamó mi atención estirando la sábana.

—Dime—yo tiré del otro lado para colocarla sobre el colchón.

—¿Qué te pasa con Minjeong?—lo dijo en bajito para que no nos pudieran escuchar.

—Nada.

—Karina—suspiró—. Sé que hay algo raro entre vosotras, hace unas horas erais inseparables y de pronto parece que no os conocéis de nada. Lleváis toda la tarde sin hablar.

Just Like A Movie | WinRina & HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora