XXIX

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Minjeong

Me desperté con Karina sobre mi cuerpo.

Que una persona te aplaste por completo no debería ser tan relajante, pero sentir lo calmada que estaba encima de mí hizo que mi felicidad aumentase. Alargué la mano para mirar la hora en mi teléfono. La luz ya entraba a través de las cortinas de la ventana, pero yo esperaba que no fuese muy tarde. Quería quedarme un rato más allí, metida en la cama junto a Karina.

Todavía eran las ocho, así que volví a acurrucarme junto a ella, quien se removió al notarme despierta.

—¿Hay que levantarse ya?—murmuró con la boca pegada a mi hombro.

—Todavía es temprano—susurré con voz de dormida.

—Yaay—celebró ella con pocas fuerzas y me apretó levemente.

—¿A qué hora nos vamos a levantar?

—Estamos de vacaciones, podemos quedarnos aquí hasta las diez.

Puse la alarma y solté el teléfono en su sitio.

—Creía que lo había soñado—habló ella de nuevo, sonaba como una borracha ya que no despegaba su boca de mi piel.

Aquel pensamiento me hizo reír.

—¿El qué creías haber soñado?

—Que me decías que te gustaba...creía que había sido un sueño. Espera...esto puede estar siendo un sueño.

Volví a reírme.

—Creo que deberías dormir un poco más, estás diciendo cosas sin sentido.

—¿Pero te gusto o no te gusto?

—Me encantas. Duérmete ya—besé lo alto de su cabeza y la estreché en mis brazos.

—Yaaay—volvió a celebrar con menos fuerzas aún.

No podía ser tan tierna.

Cerré los ojos de nuevo y no me costó nada volver a caer rendida.

Sonó la alarma y Karina regruñó. No nos habíamos movido ni un poquito, seguíamos en la misma postura. Empezó a restregar su cara contra mí, parecía un gato con sueño.

—Apaga eso—refunfuñó.

Paré el sonido de pajaritos que hacía mi despertador y abracé al bebé gigante que tenía por compañera de cama.

—¿Me das un beso de buenos días?—alzó su cara aun con los ojos medio cerrados.

—No, seguro que tengo mal aliento.

—Y yo, pero me da igual.

—Entonces a mí también.

Nos dimos un tierno beso en el que lo último que me importó fue la tontería que acababa de mencionar.

Luego estiré cada extremidad de mi cuerpo y rodé sobre Karina haciendo que se quejara. Terminé encima de ella, mirando el techo y con sus brazos sobre mi barriga. Dejé caer mi cabeza al lado de la suya sobre la almohada.

—Se lo tenemos que contar a los chicos—dijo Karina apoyando su mejilla contra la mía.

—Creo que lo saben ya.

—Sí, pero no conocen los detalles. Aparte, no podemos desvelarles que todo comenzó porque queríamos unirlos a ellos.

—Sí...me parece increíble que el plan se haya dado la vuelta y seamos nosotras las primeras en darnos cuenta que nos gustamos. Lix me ha dicho que todavía no se han dado ni un beso.

Just Like A Movie | WinRina & HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora