𝟐𝟎. me estoy enamorando?

7K 496 86
                                    

(120 votos para el siguiente cap🫶🏻‼️)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(120 votos para el siguiente cap🫶🏻‼️)

Hector's pov

Creo que besar a Celina se volvió mi actividad favorita en todo el mundo. Lamentablemente, tuve que ir al vestuario, para la charla directiva. Cuando terminó, me duché, y mientras nos terminábamos de alistar, hablamos un rato con un par de colegas.

—Que cabrón este Fort. Mete goles dentro y fuera del campo —dijo Juan

—Vieron cómo lo miraba desde las gradas? —añadió Bernal

Sonreí y me encogí de hombros. Pero por dentro, me sentía en la cima del mundo.

—No es para tanto, cualquiera de vosotros puede hacer lo que yo hice —hablé

—Que tío tan humilde —dijo Marc, provocando risas

—Sí, claro, cualquiera. Solo tres goles en un partido y un pivón comiéndote la boca para festejar —se burló Unai, dándome una palmada en la espalda

Me vestí rápidamente y me aseguré de que tenía todo antes de salir. Los chicos seguían bromeando, pero solo podía pensar en una sola cosa. O, mejor dicho, en una sola persona. Necesitaba ver a Celina otra vez.
Cuando finalmente salí del vestuario, la vi esperándome en el pasillo, con esa sonrisa que tanto me gustaba. Su sonrisa se ensanchó al verme, causando que mi corazón diera un vuelco. Me acerqué a ella y rodeé su cuello con mi brazo, abrazándola

—Esperaste mucho?

—Sí. Me estaba por ir —contestó, poniendo los ojos en blanco

Reí suavemente y la sostuve con más firmeza. Su proximidad y su sonrisa me hacían sentir como un idiota.

—Vamos a esperar a tus padres? —le pregunté, señalando con la cabeza donde los padres de Celina estaban charlando con los míos

Celina se giró y los miró también, antes de asentir en silencio.

—Sí, seguramente tardan un rato —respondió, apoyando la cabeza contra mi pecho

Suspiré, pensando en cuánto me gustaría que nadie estuviese allí. Los adultos finalmente terminaron de hablar y nos despedimos de todos. Los padres de Celina se subieron a su coche, mientras que ella venía caminando a mi lado, con las manos metidas en los bolsillos. La observé de reojo, y ella parecía nerviosa.

—Donde tan nerviosa? —pregunté, para provocarla

Me lanzó una mirada fulminante, pero luego soltó una risa suave.

—No te intentes hacer el fuckboy, Fort. Pareces un pelotudo.

Solté una carcajada, mirándola. Me encantan las cosas difíciles. La acerqué más a mí, dejando que mi mano se deslizara alrededor de su cintura. La sentía tan pequeña y frágil a mi lado, que es imposible resistirme.

—Venga. Sé que estás nerviosa —insistí, mordiéndome levemente el labio.

—Qué manera de decir boludeces.

Su cuerpo se tensó ligeramente ante mi contacto. Pero luego, se relajó un poco, dejando escapar un pequeño suspiro. Su respiración era agitada y podía oír cómo su corazón latía rápidamente. Ella se giró ligeramente para mirarme a los ojos, todavía con una expresión desafiante.

—Relájate un poco, Ferraris.

—Es que vos me estresas mucho —bromeó, sacando la lengua

—Entonces te desestreso.

Mis palabras salieron sin pensar. Fue una respuesta automática. Su expresión pasó de ser divertida, a estar prácticamente roja y seria.

—Qué onda Fort? Estás re atrevido hoy.

—Pues ya conoces el efecto que tienes en mí, guapa. Vamos a mi casa antes de que
te lleve a los baños —dije, ya desesperado

Su rostro se sonrojó aún más ante mis palabras. Luego arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

—De dónde sacaste que voy a ir a tu casa?

Sonreí, divertido por su intento de indiferencia. Sabía que en realidad ella quería tanto como yo, sólo se hace la dura.

—Por favor —susurré, deslizando mi mano desde su cintura hasta su cadera.

—Bue, si tanto instistís —contestó divertida, separándose

Sin perder más tiempo, la tomé de la mano y caminamos por el estacionamiento, hasta que finalmente llegamos a donde estaba mi coche. El trayecto hasta mi casa fue peor que el infierno. Cada minuto que pasaba parecía una eternidad. No podía quitarle los ojos de encima. Aproveché que estaba conduciendo para acariciar suavemente su pierna con una mano, mientras conducía con la otra. Finalmente, llegamos. Estacioné el auto en el garaje, y entramos a mi casa. Cerré la puerta detrás de mí, y miré a Celina.

—Antes de lo que sea que pase... Quiero hablar con vos, Fort —dijo, sentándose en el sofá

Inmediatamente supe de lo que quería hablar. Suspiré, sentándome al lado de ella.

—Déjame comenzar. Lo siento. En verdad lo siento, Ferraris. No solo por mi indiferencia, si no también por cómo te traté todo este tiempo.

—Yo también te pido perdón. Por mi trato y por no saber hablar las cosas —dijo, mirándome apenada

Sus palabras tocaron una parte de mí a la que no estaba acostumbrado a que nadie llegara.

—Quiero que seas consciente de que no fuiste una más para mí. No lo eres. Realmente me importas, y cada vez que estamos juntos, me doy cuenta de que lo que siento por ti va más allá de todo lo físico. La primera vez que estuvimos juntos... Joder, fui un imbécil. Lo sé. Me arrepiento una y mil veces de las cosas que te dije. Pero... lo que pasa entre tú y yo... es algo más que lo físico para mí. Mucho más.

La miré a los ojos, notando que estos estaban algo cristalizados. Me sentí la peor persona del mundo.

—Te prometo que no volveré a ser ese idiota indiferente, Ferraris —volví a hablar

—Te creo —dijo, con la voz quebrada— Perdón Fort, estos días estoy muy sensible

Me acerqué ella y la rodeé con un brazo, atrayéndola hacia mí para que apoyara la cabeza en mi pecho. No quería soltarla en ese momento. Sentía que necesitaba estar cerca de ella, consolarla y hacerle saber que realmente me importaba, y que podía contar conmigo para lo que sea. Nos recostamos los dos en el sofá, abrazados, disfrutando de la cercanía del otro. Acaricié suavemente su pelo, y sentí cómo su respiración finalmente se regulaba. Se había quedado dormida. Le di un beso en la frente y la observé un rato. Es tan hermosa que podría observarla durante horas.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | hector fortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora