Recluta

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Al día siguiente desperté como un niño feliz, desayuné con mis padres juntos en un día medio nublado como tanto me gusta a mí.

Alguien llamó a papá. <<Seguro es un cliente>> dijo. Contestó la llamada a alguien que solo le gritaba. Mi padre se metió de inmediato a su oficina y cerró la puerta.

-Quien lo llamará así gritando tan feo? – dijo mi mamá.

- Si pues, ¡Qué raro! – dije.

Mi papá salió de la oficina y llamó a mi madre. Ella entró y se cerró la puerta. Yo me quedé sentado mientras escuchaba que discutían. Escuche que ella comenzó a renegar y luego a lamentar casi llorando. Eso causó preocupación en mí que luego se transformó en tristeza.

Me fui corriendo a mi cuarto. Me puse a decir cosas como:<<Señor ¿Qué está pasando?>><< ¿Esto es por mi culpa?>><<Tengo miedo>> Cuando ya estaba entendiendo la vida ocurre esto. Debo seguir a pesar de todo lo que pase con la frente en alto, con honor hasta el final.

-Hijo!! ¡¡Ven!! ¡¡Rápido!! – gritó mi papá desde el primer piso.

-Rayos, esto se trata de mí – dije.

Llegué a donde estaban ellos.

-Hijo, esto es un momento serio y quiero que seas sincero con nosotros.

- Está bien, papá. Dime ¿Qué pasa?

- Has matado a estos dos hombres? – dijo mi papá mostrándome a dos negros muertos con todos sus órganos de la caja torácica salidos por su boca.

Cerré mis ojos por un segundo los cuales deseé que fueran una eternidad.

-No puede ser posible – dije.

-Dime ¿Lo hiciste o no? – me dijo mi papá.

-No, no sabía lo que hacía. Solo fue en mi mente.

-Ah, pero lo deseaste y mucho.

-Si.

- ¿Ahí está pues, ves lo que ocasionas?

-Lo siento mucho.

- Yo te dije, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

- ¿Por qué hiciste eso hijito? – dijo mi mamá con mirada de tristeza y decepción.

La miré pensando en explicarle el motivo de mi acción, pero no era suficiente para lo que ocasioné.

-Hijo, o te vas a la academia de iluminación o a cadena perpetua.

Me quedé estupefacto, así de grave está mi situación solo por el odio que sentí en mi corazón.

-Papá, voy...a la academia de iluminación.

- Sabes, tu vida jamás será la misma – me dijo mi papá.

- Lo sé papá, lo sé.

Mi papá llamó a la persona que le llamó antes para decirle que su hijo aceptaba ir a la academia de iluminación para poder controlar mis poderes y usarlos para servir al estado.

-Hijo, en unas horas vendrán a llevarte, hay que pasar un rato juntos.

Sonó nuevamente el celular de mi papá. Esta vez, era su hermano. Le llamó para que vea las noticias por tv. Le obedecimos y en el canal nacional se mostraba cómo alababan al nuevo presidente nuevaerista. Una multitud en la plaza principal no paraba de engrandecerlo.

-Te das cuenta hermano como alaban a ese anticristo – dijo mi tío por celular.

-Así es mano, de no creer – respondió mi papá.

STANDARD VERSION GÓTICWhere stories live. Discover now