Erik

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—¿Seguro que estás bien? —inquiero, acariciando el rostro mojado de René. Noto que sus mejillas adquieren color y desvía la cara de inmediato para secarse con una toalla.

Vinimos al baño de una de las cabañas para asearnos. Todos tomamos rumbos distintos para explorar el club.

—Estoy bien. No es la primera vez que me llevo un buen golpe —ríe—. No soy tan delicado —se observa en el espejo y alisa su cabello.

Me emocionó pasar el día con él. Verlo jugar y sudar me volvía loco. Y ahora finalmente tenemos un poco de intimidad. Estoy nervioso.

—Me gustó verte como árbitro —menciona—. Eres bueno y... responsable.

—Gracias —sonrío—. Tú jugaste muy bien.

—No es cierto.

—Bien, al menos fuiste el único que no cometió ninguna falta. ¿Vas a cambiarte? —pregunto, al ver que saca una camiseta de su bolso.

—Sí. Ya vuelvo.

Entra con todo y bolso a un baño, y permanezco de pie frente al lavabo, con el corazón acelerado. Tenía la esperanza de que lo haría frente a mí, y me emocioné al fantasear con su torso. También me entró la curiosidad por la parte del pecho.

Sale del baño con un pantalón gris y una camiseta blanca, ajustada. Sus bíceps son grandes y se marca su pecho. Parecen pectorales de hombre cisgénero, con pezones y todo. Es raro verlo sin traje. Se ve muy sexi. Ahora se coloca un reloj con correa café.

—¿Vas a cambiarte? —pregunta.

—¡Sí! Yo... —Hurgo en mi mochila. Sólo me cambiaré la camiseta porque yo no sudé y estoy prácticamente limpio.

Me despojo de la prenda, y me observo frente al espejo. René es alto y atlético. Su cuerpo es magro. Yo soy más corpulento que él, pero no estoy marcado. Incluso tengo un poco de barriga. No me avergüenza que me vea sin camiseta. Me avergüenza su reacción al verme sin ella.

Parece demasiado sorprendido.

—¿Qué pasa? Me asustas —digo.

—¡Lo siento! No esperaba que te desvistieras frente a mí.

—Bueno... no... es como si fuera la gran cosa. ¿No te quitas la camiseta en casa?

—No estoy acostumbrado... Bonito tatuaje.
En mi hombro tengo el logo de Jaguares.

—Ah, gracias. Me lo hice hace en la universidad. Es el logo de una banda que me gusta mucho.

—¿Te ejercitas a menudo?

—Lo hacía. Creo que debería retomarlo, ¿ah? La locución me hizo cambiar de prioridades —río.

—Aún te conservas bien...

Lo veo a los ojos. Arriba de su ceja derecha, en la frente, tiene un moretón. Su rostro está rojo y sus ojos siempre parecen cansados. Siento una corriente al observarlo que me indica que es hora de colocarme la camiseta.

—Oye... ¿sigue en pie lo de mañana? Me refiero a nuestra cita. Acordamos que sería sábado —menciono con timidez.

—¡Ah, sí! Sí, está bien. Eh... ¿adónde quieres ir? No he pensado en eso...

En el partido no demostró ser una persona competitiva o desesperado en probar su masculinidad. Hugh y Julian se equivocaron con él.

—¡Pensé en algo divertido! Para estar cómodos. Como... paintball.

—¿Paintball? Nunca lo he jugado...

—¡Entonces vamos! Es divertido y emocionante. ¿Está bien o quieres ir a otro lado?

—¡Está bien! Quiero intentarlo. Espero que me vaya mejor que en el fútbol.

—Yo creo que lo harás bien —sonrío.

—¿Y después del paintball?

—No sé. No pensé que llegaríamos tan lejos —bromeo—. ¿Quieres comer algo? No sé. ¿O ver una película? Tal vez en mi departamento.

Hace una mueca.

—Mejor en el mío. Quiero tener el control total de la situación.

—¿Tienes navajas escondidas bajo la alfombra?

—Y gas pimienta bajo el colchón.

Reímos.

—¿Y qué me vas a preparar? —inquiero.

—No sé cocinar. Podemos pedir una pizza.

—Está bien, yo te prepararé algo si me lo permites.

—Oh, de acuerdo. Compraré un vino entonces.

—¿Qué hacemos ahora?

—Hay un bufete en la casona que rentó Michael —dice—. Podemos ir con ellos. —Hago una mueca—. Sé que no congeniaron mucho en el partido, pero es una buena persona. Es actor. Así son.

—Bien. Sólo... su acento es molesto.

—No te vi quejarte del acento de Spencer. Tú traes algo con los españoles.

—Es mera tradición.

Abandonamos el baño para dirigirnos al bufete.

El libro de los hombres coloridosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora