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El haberme ido tan rápido como pude del hogar de Saihara había sido un gran acierto, ahora me encontraba descansando plácidamente en la comodidad de mi hogar, hundido entre mis suaves sábanas y almohadas.

Me siento bastante tranquilo, había hablado algunas de las cosas de las que necesitaba aclarar con Saihara, aunque sé que le tomará tiempo confiar en mí, ya hubo un importante avance.

Ni siquiera me di cuenta de en qué momento había caído profundamente dormido, sólo tuve una idea al momento en que mi ruidosa, y nada esperada, alarma comenzó a sonar y retumbar fuertemente en mis oídos, no quería ni siquiera pensar en ir a la academia, pero por desgracia debía de hacerlo.

Era simplemente horrible que nos hicieran ir a estudiar incluso en fin de semana.

Solo seguí mi rutina de la mañana y llegué como de costumbre al aula, tal como de costumbre mi amigo Amami ya se encontraba ahí.

-. Amami, ¿Cómo puedes llegar tan temprano?

-. Llegarías más temprano si no despertaras tan tarde, aún me sorprende que llegues a tiempo a las clases. Excluyendo el día de ayer, porque directamente no llegaste.

Por un momento pensé en si era una buena idea contarte mi motivo de faltar, pero después de todo es Amami, es una persona más confiable de lo que parece. Así que decidí sólo contarle lo que me parecía relevante, y además sin exponer la vida personal de Saihara.

Y mientras le contaba la situación, vi al último mencionado entrar por la puerta del aula.

-. ¡Saihara! -. Dije lo suficientemente alto mientras agitaba mi mano en el aire.

Pero no recibí un saludo de regreso, sólo me miró de una manera incómoda y me ignoró, pasó de largo.

-. Ouma, no parece que tu nuevo amigo se vea muy feliz contigo, ¿Estaba molesto desde antes? -. Mencionó el peliverde.

Titubeé un poco antes de mi respuesta, antes de ésto yo estaba seguro de que todo estaba bien, no entiendo.

-. No se veía molesto, ni siquiera dijo nada que lo indicara.

-. Tal vez es un malentendido, podría no haberte visto, ¿No?

-. Sí, puede ser eso. -. Respondí, pero sabía que sólo lo decía para hacerme sentir mejor.

¿Qué había pasado, hice algo malo sin darme cuenta? Definitivamente no era mi intención hacerlo molestar, me disculparé con él más tarde y escucharé lo que deba decirme.

Tuve tiempo de formar mi plan en mente, no logré acercarme en el tiempo libre, así que no tuve otra opción más que acercarme al final del día.

-. Saihara -. Mencioné mientras me acercaba detrás de él.

En un inicio parecía que iba a acelerar el paso, así que no tuve otra opción más que interponerme en su camino y colocarme delante de él.

-. ¿Qué es lo qué pasa? Me gustaría saber si pasa algo que te molesta.

-. No ahora, Ouma.

-. Me has ignorado durante todo el día, si no es ahora, ¿Cuándo?

-. ¿Eres siempre tan insistente? No me pasa nada, sólo no me apetece hablar.

-. ¿Fue algo que dije ayer? No era mi intención molestarte, perdóname por favor.

Por un momento la mirada de Saihara cambió, pero después de unos segundos su expresión cambió por completo.

-. ¿Te soy entretenido, Ouma?

-. ¿De qué hablas?

-. No finjas que no sabes de lo que hablo.

-. No estoy fingiendo, no entiendo a que te refieres.

-. Todas esas cosas de los destinados, ¿Te parece divertido intentar jugar conmigo?

-. No estoy jugando contigo, Saihara, te lo expliqué lo mejor que pude, pero puedo volver a hacerlo si te hace sentir más tranquilo.

-. Ya basta Ouma, no puedo creer en lo que dices, ni siquiera me conoces. ¿Sólo te intereso porque según tus propios criterios somos "destinados"?

-. No pido que confíes plenamente en mí, sólo quiero que intentes creer en lo que te digo. Aún si no fuéramos destinados, me interesarías con la misma intensidad.

-. ¿Cómo podría siquiera pensar en confiar en ti? Nunca podría confiar en alguien como tú.

-. ¿A qué te refieres?

-. Lo sabes bien, ¿Sabes lo que las demás personas dicen de ti?

En éste momento comenzaba a tener una sensación extraña dentro de mí, mi garganta picaba y mi vista comenzaba a verse nublada, ¿Iba a llorar?

Aún así, intenté poner mi mejor cara y fingir un poco la voz.

-. Sé que mi reputación no es la mejor, pero mis intenciones son totalmente buenas, te puedo asegurar que estoy siendo totalmente sincero, y mis palabras carecen de cualquier rastro de mentiras.

-. No puedo creerte, debes aceptarlo ya, estás solo Ouma, y siempre lo estarás.

Inmediatamente se dió la vuelta y se fue, y yo sólo pude bajar la mirada.

No lo culpo, ¿Quién podría confiar en mí? Muy pocas personas pueden considerarse amigos míos, y muchas veces pueden verse afectados por sólo serlo.

Pero dolía, duele que la persona que me gusta me dijera esas cosas de frente sin darme al menos un poco de credibilidad.

-. ¿Estás bien?

Levanté la mirada, era Akamatsu, siempre ha sido una chica amable.

-. Claro, ¿Por qué no lo estaría?

-. Estás llorando, jamás te había visto llorar de esa manera.

Toqué mis mejillas y deslicé mis dedos por mi rostro, tenía razón, estaba llorando.

-. Creo que me han roto el corazón.

Mi compañera inmediatamente me rodeó entre sus brazos, y aunque no quería causarle incomodidad, no pude hacer otra cosa más que comenzar a llorar con más fuerza.

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- ¡Hey Delta! - Saiouma/OumasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora