cuatro / taehyun

243 39 1
                                    



Taehyun realmente debería irse. Ya mismo.

Había estado tan cerca de matar a ese hombre. Ni siquiera al morderlo o alimentarse de él, sino simplemente por sacarle la vida a golpes. Pero la voz de beomgyu de alguna manera había atravesado la niebla asesina, su demonio se había sintonizado con el chico tembloroso más que con la presa frente a ellos.

Eso en sí mismo era una revelación.

El lado humano racional de él era consciente de que estaba en problemas; que tenía los colmillos completamente afuera, que su demonio se mostraba en sus ojos, y que en cualquier momento, beomgyu comenzaría a gritar y correría hacia las colinas.

Pero su lado humano racional definitivamente no estaba a cargo en este momento.

Dulce. Miel dulce. Nuestro, nuestro, nuestro.

El chico estaba sangrando, y... ese olor. Era el olor rico, cobrizo y tentador de la sangre fresca, pero también el olor de beomgyu, un aroma embriagador de leche y miel. Y aparentemente su demonio estaba tan cautivado por el olor de beomgyu como con el resto de él. Apenas había registrado al atacante escabulléndose en la oscuridad, demasiado concentrado en el chico en sí mismo, en tenerlo a la vista.

El muchacho que actualmente estaba mirando a taehyun, con los ojos muy abiertos, luciendo un poco temeroso pero sobre todo en estado de shock. 

—¿Qué... qué es lo que acaba de suceder? —La voz de beomgyu era apenas más que un susurro.

Taehyun dijo lo único que podía y lo único que importaba. 

—Él te estaba lastimando.

Antes de que taehyun supiera lo que estaba haciendo, alcanzó el cuello de la camisa de beomgyu, tirando de la tela hacia abajo y hacia un lado para revelar el corte sangrante en el hombro del chico. Y entonces no pudo detener el gruñido que salió de él, su demonio y él estaban furiosos porque alguien había lastimado a su niño encantador.

Esperó nuevamente a que su demonio exigiera perseguir, matar, terminar lo que habían comenzado con el atacante del muchacho, o que beomgyu gritara y lo empujara. Pero nada sucedió. El chico seguía mirándolo con los ojos muy abiertos, y el demonio de taehyun estaba concentrado en el corte. Proteger, calmar, lamer, sanar.

Taehyun podría tal vez, solo tal vez, luchar contra ese impulso. Dar un paso atrás y dejar que beomgyu huyera de ellos. Pero no podía encontrar en sí mismo siquiera el desear eso. Él y su demonio estaban de acuerdo en eso.

Cedió.

Antes de darse cuenta, se inclinó y lamió el corte de beomgyu, dejando que su saliva curara la herida, y el sabor más dulce que jamás había conocido llenó su boca.

Acercó a beomgyu a él, y su demonio gruñía tan bajo que prácticamente ronroneaba, presionando al niño contra sí mismo mientras lamía cualquier rastro de sangre en le piel demasiado pálida. La herida superficial se curó en unos momentos.

Apenas fue capaz de evitar succionar con su boca la sangre que había empapado la camisa de beomgyu.

Taehyun hizo una pausa, con los labios apoyados en la piel suave del hombro de beomgyu, y esperó de nuevo a que su demonio exigiera más, más sangre, más mordiscos, más desgarros, pero simplemente continuó ronroneando su aprobación por tener a beomgyu tan cerca, con el sabor del chico en su boca como una recompensa por haberlo protegido, curado.

Taehyun se obligó a levantar la cabeza, inclinándose ligeramente hacia atrás para mirar a beomgyu, que estaba ladeando la cabeza para examinar su propio hombro. Esos grandes ojos marrones se agrandaron aún más, si eso era posible.

Vampire's mate [taegyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora