୨ ♡ ୧ - Después del nacimiento de sus tres cachorros, el Omega obtiene prominentes pechos llenos de leche para amamantarlos. Del mismo modo, ve un cambio en sus colmillos. Pequeñitas perlas filosas que duelen en su boca y necesita algo para morder...
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—¿Por qué Jaehyun está allí? —La pregunta de Jisung hizo que el aludido le viera con el ceño fruncido y las mejillas infladas, gotitas de lágrimas se habían secado en sus mofletes y el moco que le bajaba completaba la faceta rebelde y berrinchuda del cachorro.
Seungmin se mofó un poquito antes de colocarse al lado de su amigo para ver a su pequeño encerrado en el corral con una mueca de niño regañado, intentando manipular al chico de cabellos rubios que vino a visitarlos ese fin de semana, tal vez él podía hacer algo para sacarle de ese infierno lleno de juguetes chillones y peluches mordisqueados por sus hermanos.
—No tuvo una buena mañana y le pegó varias veces a Jaemin con el biberón, podría haber sido sin querer pero luego empezó a morder a Jungwoo... —Jisung se apartó lentamente del corral— No sabemos qué le pasa, Bangchan dijo que tal vez necesite atención pero recibe la misma que todos...
—Jaehyun es el mayor, ¿verdad?
Jisung casi suelta una carcajada.
—Si lo dices por el orden, sí. Hyunie fue el primero en salir, treinta segundos después Jungwoo le acompañó y un minuto más tarde Minnie se les unió... —Ambos se movieron a la cocina y las voces de los Alfas resonaban como murmullos suaves, los dos estaban muy cerca diciéndose algo entre susurros.
—A Jaehyun se le ha adelantado la adolescencia...
Los dos cachorritos de vampiro restantes estaban sentaditos en sus tronas pegados a la mesa, Bangchan les había dado un plátano a cada uno y cada cual lo comía a su manera. Jaemin era muy delicado con la comida, casi parecía un niño mayor queriendo comer como los adultos con ayuda de tenedores o palillos, pero al ser peligroso, no se los dejaban. Así que él sostenía firmemente la fruta, apretando tanto que podía hacer puré. Jungwoo no se dejaba vencer por un simple plátano y había machacado todo en la tabla, comiéndolo directamente sin usar las manos, toda su cara, parte de su cabello y hasta detrás de las orejas. Tenía plátano por todos lados.
—¿Te refieres a eso? —Señaló a los cachorros.
Jaemin tenia una tirita en la frente por los golpes que su hermano le dio con el biberón, la primera vez no había llorado y mantuvo la compostura frente al bruto de su mellizo, pero luego se repitió y no le quedó otra que delatarlo. Jungwoo volvía a ser diferente, sintió los dientes de su hermano en su brazo derecho y rápidamente se defendió tirándole del pelo. La segunda vez que le mordió no pudo hacer nada y se soltó a llorar desconsolado. Tenía una tirita en su brazo derecho y Seungmin había aplicado algo de crema en su pie por la última mordida.
No solían pelear porque se les daba lo mismo a partes iguales, tenían todo de sus padres y cualquier capricho que quisieran así que pelear por algún juguete era ilógico, incluso cuando se trataba de compartir al mismísimo Seungmin, esperaban pacientemente su turno y nunca había peleas.
—¿El corral es un castigo? Pobre cachorro, lleva allí toda la mañana... —Minho quiso defender a Jaehyun pues los tres bebés le parecían pequeñas bolitas tiernas y ver a uno de ellos castigado tras las rejas le parecía una hazaña muy cruel de parte de sus padres— Anda que castigarlo siendo tan pequeño...
