Nota doce

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- Y como tu no estabas, le dije a ella que lo hiciera y me di cuenta que tu eres mucho mejor- Se quedó en silencio por unos segundos- Aunque no quise molestarte durante mi turno, asi que espere a que ella se fuera, por eso te hable a la hora de descanso.

-Mierda, deja de compararme con ella- Dije molesta. La noche anterior no había trabajo y por consecuencia, no nos habíamos visto.

Ese no fue el gran problema en realidad.

El problema fue lo que dijiste esa noche y me repites ahora.

"Espere a que ella se fuera, por eso te hable a la hora de descanso"

¿Por mi esperas a la hora de descanso y a ella le hablas todas las noches, sin importar el tenerme al lado?

-Y joder, no soy un puto premio de consuelo.- Dije molesta.

Porque asi me había sentido la noche anterior.

Como el juguete averiado que tomas cuando tu juguete favorito se pierde. 

Pero realmente, ¿tengo derecho de sentirme asi?

Mis palabras te obligaron a detener el auto.

Me miraste sin saber que decir y eso me hizo sentir peor.

Joder, de verdad que no sabría como explicar lo insuficiente que me sentí en ese momento.

Trataste de llenar mi inseguridad con besos y abrazos, ¿ayudo?

Algo.

Pero al menos no me volviste a comparar con nuestra compañera.

¿Que ya no es suficiente tener que compartirte con tu esposa, que ahora tengo que compartirte con alguien más?

-No eres un premio de consuelo, eres el jodido primer premio- Me hablaste molesto, cuando ya dije que estaba mejor- No pienses mierdas.

Mi mirada volvió a la ventana y como pude, limpie la lágrima traicionera que recorrió mi rostro.

Un ultimo intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora