Nota quince

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- Necesito que me lleves a un hospital- Dije a penas me subí al auto.

Justamente esa noche, no habia sido la mejor para ambos, el tenía sus problemas en casa y yo tenia los mios propios.

Lo que causo que no nos habláramos en toda la noche.

-¿Estas bien?- Te acomodaste en el asiento y me miraste preocupado.

-No, por favor, llevame al hospital.

Suplique, sin querer dar mayor explicación.

Fueron menos de 10 minutos los que nos demoramos en llegar al hospital mas cercano.

-¿Necesitas- No lo seguí escuchando.

Baje lo mas rapido que pude y entre al establecimiento, me acerque a la recepcionista y le dije el motivo de mi llegada.

-No puedo respirar y me duele mucho el corazón.

No pasaron mas de 2 minutos para que yo estuviera en una camilla, llena de cables.

Porque a diferencia de otras veces, esto no era un ataque de pánico o ansiedad.

Era mi corazón el que estaba fallando.

Creo que en un momento mi celular sonó tanto, que la doctora me lo dio y vi que era mi mejor amigo.

Le contesté y le conté donde estaba, luego le envie un mensaje a él.

"No te vayas por favor, te necesito"

Y entregué mi celular de vuelta a la doctora.

Despues de dos horas, el enfermero me preguntó si habian familiares mios esperando a fuera y que si los habia, solo podia entrar uno.

-Si, hay dos, pero por favor, que entre el chico que trabaja conmigo- Le suplique.

Cerré los ojos un momento y cuando los volví a abrir, mis manos ya estaban tomadas por las de él.

-¿Por qué no me dijiste que te sentías mal antes? ¿Estas consciente de lo que ocurrió verdad?- Su rostro, que normalmente era moreno, esta vez estaba pálido, y sus ojos que siempre que me miraban brillaban, ahora estaban llenos de lagrimas.

-Lo siento, no fue una buena noche.

-No se como mas hacerte entender que importa una mierda todo, podre tener una mierda de noche, pero te quiero tanto, que por ti correria... Por favor, no dudes de ello.

-No lo hago-Admití- Pero no quiero ser una molestia.

-Para mi nunca seras una molestia- Siguió acariciando mi mano- Afuera habia un chico, dijo que era tu mejor amigo pero se fue cuando entre yo a verte, dijo que lo llamaras cuando estuvieras en tu casa.

-Gracias- Le medio sonreí.

-Te quiero- Me beso los labios aun con el enfermero ahí.

Y por primera vez, me di la libertad de ignorar el anillo dorado en su dedo anular izquierdo.

Después de todo...

Casi muero esa noche.

-Yo también te quiero- Le devolví el beso.

Un ultimo intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora