LOVE IN HELL~Angel Dust × OC

05. EL VENENO DE ANGEL

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CASSANDRA MORNINGSTAR

Vaggie se acercó a Charlie y la ayudó a levantarse.

—Vale—esta se animó—¡Podría ser tan amablemente agresiva con el jefe de Angel que podría convencerlo de que dejara a Angel pasar más tiempo en el hotel!

—Claro, lo que te motive, cariño—asintió Vaggie y Charlie ya había salido por la puerta

—Espérame—le quité a Husk la botella de la mano y seguí a mi melliza, dándole un trago

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Llegamos al estudio de Angel y abrimos la puerta.

Nos encontramos a Angel tirado en la cama del escenario con un tío grande encima. Angel me vió de reojo.

—¿Nena?—se alteró

—Eh...soy un chico—replicó el hombretón sobre él

—A nadie le importa—Angel lo empujó y se puso de pie

Me sonrojé al verlo desnudez y aparté la mirada.

—Así que aquí es donde se creo la magia—sonrió Charlie detrás de mí

Angel, ya con un albornoz rosa puesto, me agarró la mano.

—¿Qué mierda hacen aquí?—replicó mirándome con reproche

—Somos las princesas del infierno, Angel, y vamos donde queremos—replicó Charlie y luego susurró—Venimos para que te den unos días libres. ¿Y tu jefe?

—No, no, no os podéis acercar a Val—negó Angel alterado y alcé una ceja

—Angel, ¿cuál es tu puto problema?—replicó un hombre con traje de pelusa, sombrero y gafas de corazón

—Ya voy—respondió Angel—Por favor, esperad a que termine y hablaremos, lo prometo.—me extrañé al oírlo asustado—Pero primero tenéis que iros.

—Sus majestades— al oír la voz de Val a sus espaldas, Angel perdió el color

—Mierda—susurró, agarrando más fuerte mi mano y me extrañé

—Bienvenidos a mi mazmorra sexual —sonrió Val —¿Qué puedo hacer por semejantes y preciosos ejemplares?

Angel no lo dejó acercarse a mí y lo miré sin entender.

—No quieren un papel, ¿no?—cuestionó su jefe—Podría convertiros en estrellas. Podría haceros más ricas que...Bueno, que vuestro papito.

—Una mierda—negué, apartando a Charlie de Val

—Lo siento—se disculpó esta nerviosa—Venimos a hablar agresivamente amable con Angel. Después, claro, no quiero interrumpir su trabajo.

—Genial, entonces—Val se acercó y me acarició la mejilla—Pónganse cómodas, sus majestades, y disfruten del show —Angel miró aterrizado la mano de Val sobre mi cara y yo no pestañeé hasta que dejó de tocarme, manteniéndole la mirada—Bueno, sigamos con esta mierda.