Yoongi recién iniciaba en el mundo de la mafia. Su padre lo había entrenado desde los 15 para que pudiera estar al mandato recién cumplidos los 21.
Y así fue.
Yoongi se estaba encargando de todo perfectamente justo como su padre lo había planeado.
Un día antes de salir a una misión, uno de sus guardias tocó a su puerta. Yoongi le dio la orden para que entrara.
—Señor—hizo una reverencia.—Afuera hay un chico diciendo que quiere hablar con usted.
El pálido frunció el ceño.—¿Un chico? ¿Está limpio?
—Si señor, yo mismo me encargue de ello.
—Bien, hazlo pasar.
Después de unos segundos, un chico algo delgado, cabello castaño y joven entro a la oficina de Yoongi.
Los ojos de el peli negro escanearon al menor, se veía muy joven. Yoongi pensaba que no pasaba de los 16.
—Me dijeron que quieres hablar conmigo—el chico asintió.—Bien, habla
—Que...quería saber si puedo...unirme a usted.—murmuro.
Yoongi frunció el ceño.—¿Unirte a nosotros? —el chico asintió.—¿Si sabes en que te estás metiendo?
—Si, lo sé, señor.
—¿Así que quieres pertenecer a este mundo?—Preguntó el señor Min entrando a la oficina de su hijo.
—Así es, señor. Me gustaría formar parte de su equipo.
—¿Se puede saber por que razón? Eres joven, no tiene sentido que desperdicies tu vida iniciando en este mundo.—dijo Yoongi
—Mi madre...ella está muy enferma y necesito el dinero para poder operarla.
El señor Min observó a su hijo.—Bien, te daremos la oportunidad de demostrarnos que realmente mereces un lugar aquí. Pero eso si, muchacho, nada de errores.
—Entendido señor.
Los siguientes días se basaron en la preparación de Hoseok, Yoongi lo observaba, notando su determinación. El chico tenía potencial pero aún era muy torpe en algunas cosas.
El pálido se sentó detrás de su gran escritorio de caoba, con los ojos parpadeando mientras observaba los torpes intentos de Hoseok de demostrar su potencial dentro de la mafia. El área de entrenamiento era cruda, desprovista de cualquier calor o aliento, reflejando la mentalidad de Yoongi hacia sus ex antiguos alumnos.
Hoseok, decidido y ansioso, ejecutó los movimientos con determinación, su cuerpo moviéndose en movimientos fluidos pero imperfectos. El sudor goteó por su frente, su respiración agitada mientras luchaba por replicar las hábiles técnicas que Yoongi ejecutó sin esfuerzo.
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Fatal Desire
FanfictionDos líderes de mafia, dos hombres dispuestos a luchar por obtener el reinado, dos enemigos que se odian a muerte, dos corazones que laten en unísono. Un peligroso romance florece entre dos enemigos mientras participan en un baile prohibido de amor...