Thirty-Eight. Confesión a dios

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Jimin va y viene con Jungkook.

Jungkook lo persigue a todas partes, escucha todo lo que Jimin dice, cumple cada capricho que tenga; no importa lo que sea: si Jimin lo dice, es casi un llamado a que Jungkook atreviese paredes por conseguirlo si hace falta.

Jin compara su existencia a la de Jungkook. Jimin es el dios de Jungkook. Tal vez por eso Jimin se tan creído hacia Namjoon: ambos son dioses que son adorados y queridos tal como son. No obstante, es diferente. Es terriblemente diferente. Porque Jimin hace lo que esperaría de un dios consecuente con su seguidor.

No mira a Namjoon de la forma en que ve a Jungkook.

No trata a Namjoon de la forma en que trata a Jungkook.

No quiere a Namjoon de la forma en que ama a Jungkook.

Namjoon no expone ninguna diferencia entre su persona y Jimin cuando ¡Debería! ¿¡Cuánto más le debe demostrar para que se dé cuenta de lo mucho que lo adora!? De todo lo que es y será capaz de hace por él. Ya es una Altered. Mata a gente. Espía a gente. Hace todo lo que Namjoon pide, hasta lo más repugnante y aun así...

No es su favorito.

A tal punto que solo tuvieron una salida.

Vuelve a lo mismo: estar encerrado las veinticuatro horas del día trabajando y Namjoon, saliendo de aquí para allá, fingiendo que está en Corea, tantear el terreno y verse con Seokjin.

Como si no fuese suficiente desgracia.

—Deberías tener cuidado con Jin—Namjoon levanta una ceja, encontrando extraño el comentario de Jackson—. Sé que lo tienes controlado, tal como a Jimin o Hoseok, pero él me parece un poco inestable esto días.

—Define inestable.

—No ha dejado de llorar. Hace su trabajo, pero la cantidad de choques eléctricos que ha causado no tienen nombre—dice Jackson y Namjoon rueda los ojos ¿Ahora que pasa? Francamente le empieza a costar seguirle el ritmo a las crisis emocionales de Jin. Son muchas—. Llévalo a pasear de nuevo o algo así. El pobre debe estar al borde de la locura siempre metido en cuatro paredes.

—No sabía que fueses de los que miman a sus parejas. —burla Namjoon dejando caer la cabeza a un lado. Jackson sufre une escalofrió.

Namjoon luce sombrío en este momento. Sabe que no le gusta que hable de Jin, pero sintió necesario advertir. No creyó que recibiría esto en específico.

—Hay que mantener un cuidado especial con todos tus Altered... sobre todo cuando es tan importante como Jin—señala lo obvio y Namjoon da un bufido burlista—. Anda, ten un mínimo de corazón con él... deberías imitar a tu gato. Estuvo con él mientras lloraba. Siempre lo hace.

Namjoon pasa de Jackson, quien sufre otra retahíla de escalofríos. Quisiera no tener miedo de la mirada de Namjoon, pero cuesta demasiado ¿Dijo algo tan malo? Namjoon llega a la habitación donde está Jin, que se limpia la cara con las manos y sigue con lo que hace en la computadora. Namjoon se asoma, todo ahí luce bien. Nada de lo que pueda quejarse y que sea peligroso.

— ¿Por qué estas llorando? Jin.

—Nada. Solo me arden los ojos. —replica Jin. Namjoon cierra lentamente el laptop.

— ¿Qué tienes? —Insiste Namjoon.

Jin aprieta los labios y las manos entre sus piernas, encogiéndose de hombros y apretando los ojos, con las lágrimas saliendo a borbotones.

— ¿Por qué no me amas?

—Por favor, Jin, esta conversación no podría estar más gast-

— ¡NO ME HAGAS PENSAR QUE ESTOY LOCO! ¡NO LO ESTOY! ¡NO ESTOY LOCO! ¿¡SEOKJIN TE CONVENCIÓ A TI TAMBIÉN DE QUE LO ESTOY!? — grita Jin, histérico, levantándose de golpe y encarándolo. Namjoon parpadea repetido—. ¡SÉ LO QUE VEO! ¡SÉ LO QUE HACES Y NO ES JUSTO! ¡NO ES JUSTO NO ES JUSTO NO ES JUSTO! —grita llevándose la manos a la cara, dando constantes zapateos. Se escucha una explosión no muy lejos.

Mastermind | NamJin || BOOK 3#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora