Margaret Tudor ( La hermana desconocida de Enrique Tudor)

Capítulo VII: El desmayo inesperado de Catalina

Catalina junto a su hermana de ley pasaban a comprar algunas cosas para darle la bienvenida a la partera y curandera de su hermana de ley también tener preparado su cuarto de huesped que queda en la misma,habitación donde se hospeda Margaret, pero querían ambas reinas darles una sorpresa muy bonita al más puro estilo alambra española y claro como no recibirla como corresponde si la curandera de su hermana de ley era de origen musulmán. Claro que esta visita inesperada de estará llena de sorpresas

-Mi reina, aquí le paso todas las telas elegidas.----------------le pasaba con generosidad a ambas reinas

-Gracias, don Eleuterio... ---------------------Contestaba con amabilidad. Margaret.

-A usted mi majestad.-------- le contestó dulcemente el vendedor de aquel puesto de feria.

-No ha cambiado nada este hombre, sigue siendo fiel a su sencillez----- respondía con sinceridad Catalina.

- Eso es verdad cuñada‐--------Replicó su hermana de ley.

-Veamos que más podemos ver aquí si algo más podemos comprar----------------- Vio muy entusiasmada Margaret ya que ve mucho de todo.

- Jajajajajaja... Margaret me recuerdas cuando éramos jovencitas veías algo e inmediatamente lo querías... ----------------------- Siseaba de forma divertida Catalina de Aragón frente al entisiasmo de su hermana de ley.

Pese a la seriedad que aparentaba Margaret no pudo evitar reírse a carcajadas debido a ese comentario y Catalina hizo exactamente lo mismo sin parar después de aquella divertida respuesta que había mencionado Margaret.

Devuelta al palacio Inglés

-¡Bienvenidas su majestades , me alegro verlas nuevamente en casa!---------------- Tomás Moro las recibía con encanto y devoción a sus reinas.

-¿Arnold nos tiene algo para nosotras?-----------Preguntaron apenas lo vieron y les entrega un paquete y un sobre a cada una de sus reinas

-Si acá les tengo unos paquetes y unos sobres.------------------------El soldado más leal de ambas reinas les entregaba con respeto.

-¡Woow! ¡Muchas gracias Arnold te pasaste!------------------- Les respondía con mucha alegría ambas reinas.

-Mi lealtad será siempre para ustedes---------------------------Le respondía Arnold con devoción y agradecimiento hacia sus reinas.

Mientras tanto en el cuarto del rey Enrique aún con todas las cosas revueltas se armó de valor en su escritorio se limpió sus ojos enrojecidos después de haber llorardo todo lo que se supone que debía llorar y solamente recogió sus libros y su copa de oro con agua. Pero antes de ir al jardín donde se suponía que encontaría a su hermana y a su esposa Catalina, se topó con el controvertido y odiado cardenal Wolsey para comunicarles la llegada de ambas reinas a palacio, pero que no sabía donde estaban en aquel momento, en ese momento Enrique agradeció por la información y siguió buscándolas a ambas seguía hasta el jardín principal, pero no estaban ambas reinas. Eso fue hasta que se encontró con una de las damas corriendo para comunicarle que está en su habitación con su hermana ya que se había desmayado.

-¿Cómo que se desmayó? ¿Cómo sucedió esto?------------------ Preguntó alarmado por aquel relato de la dama de compañía Elizabeth Darrell

-Nadie lo sabe a ciencia cierta, solo cumplí con avisarle...-------------- Contestó algo abrumada con lo sucedido.

-¡Voy de inmediato! ¡Quédate con María! ------------ Le expresó aflijido a Elizabeth y apresuradamente en dirección a la habitación de su esposa.