Jack

42 6 1
                                    

¿Acaso puede haber un día más lluvioso que este? No.

Hay un ambiente tal película de terror últimamente, para peor, hoy mi madre fue al colegio, ya que entregarán mi boleta de notas.

La verdad poco me interesa esto, mis padres tiene suficiente dinero como para sobornar a los maestros ¡Incluso a la directora de la institución!

Siempre ha sido así, mis padres casi nunca se encuentran en casa, solo estamos Irma, la empleada de la familia, y yo. Irma ha trabajado con nosotros desde que tengo memoria, o sea como hace 7 años, ella siempre ha sido buena conmigo, dándome consejos y ayudándome cuando lo necesito, incluso me atrevería a decir que la considero como mi madre.

En este momento solo miro televisión y pocos minutos después escucho las llaves de un auto, es mi madre. Apagué el dispositivo rápido y acomodé el pequeño desastre que había causado mientras veía el televisor. La puerta se abrió con brusquedad haciéndome dar un pequeño susto, ella entró a la habitación y fue saludada por Irma, pero mi madre la ignoró mientras se dirigía hacia mí. 

―¡Otra vez lo mismo! ¡Un diez en Lengua! ¡Un nueve en Historia! ¿¡Un cuatro en Matemáticas!? ¿¡Estás bromeando, acaso!?―grita con ira.

―¿Por qué te alteras, madre?―pregunto―Mi padre y tú ya saben que hacer con respecto a mis notas, como siempre lo han hecho.

Ella me miró con el ceño fruncido y desprecio, mientras lo hacía me dijo  «No puedo creer el daño que tu padre y yo cometimos al hacer tal acción, estoy tan arrepentida de haber realizado aquel hecho, pero no es tarde para arrepentirme y cambiar».

No entiendo lo que trata de decir, su seria mirada me hace tragar saliva. Ella me sigue viendo mientras mis ojos tratan de no encontrarse con los suyos.

―¿Qué piensas hacer?―pregunto rompiendo el silencio.

Ella permanece en silencio por un corto plazo, pocos segundos luego su inexpresivo rostro cambia y sonríe leve.

―He escuchado que en tu aula hay un chico muy bueno en todas las asignaturas, sus fallas son nulas― dice

No creo que sea lo que estoy pensando.

―Jack, ya que tu padre y yo no estamos tan presentas en casa para ayudarte en lo que necesites―habla―, siento que lo mejor sería que tengas un tutor personal.

¿Acaso es esto una broma?, pienso.

―¿Te refieres a Michael? ¿El chico becado?―pregunto, a lo que ella solo asiente.

Ah, Michael.

No me he hablado con él que yo me acuerde, es el mejor alumno de nuestro grado. No es un chico tan alto, más bien, es un poco pequeño, tiene gafas redondas y el cabello crespo no tan definido.

―Trataré de contactarme con él para proponerle esto―indica interrumpiendo mis pensamientos-, espero y él acepte la propuesta.

Después de decirme esto, ella me mira y dice.

―Espero y con esto puedas aprender de que no todo va a ser soborno, y también va para mí para dejar de gastar el dinero en cosas innecesarias, ya que tú puedes hacer tu propio esfuerzo.

―Está bien, madre―digo.

Ella me mira y solo asiente, luego de esto se va a su habitación mientras yo también me voy a la mía.

Apenas entro cierro la puerta con seguro y me echo de espalda en mi cama mientras pongo alguna playlist para tratar de no estallar de la ira que traigo.

¿Por qué recién ahora se arrepiente de sus acciones?

Mientras sigo formulando más preguntas empieza a sonar Chamber Of Reflection de Mac DeMarco.

¿Acaso quieren que me ponga a llorar?, pienso.

La respuesta es sí.

No entiendo el porqué les hago caso, tal vez porque son mis padres, pero nunca han hecho nada que me haga creerlo, nunca.

A los pocos segundos de haber pensado eso, siento gotas rozando mis mejillas.

Apenas las noto cambio la dirección de mi cabeza moviéndola a la almohada secando mis lágrimas, agarro el celular para cambiar de canción y veo una notificación de Cristian, mi mejor amigo, donde decía que no pasaría el descanso de la escuela conmigo, ya que estaría con su novia, Katherine. Solo veo la notificación desde la pantalla de inicio más no le respondo.

Vuelvo a dejar el celular en su posición anterior y trato de dormirme. Solo quiero que ya sea el día de mañana y si Michael acepta la propuesta, ojalá no decepcionar a mis padres.

Pasan minutos, los cuales se sienten como horas, y por fin siento algo de sueño. Me cubro con una sábana, ya que no hace tanto frío por ahora, y cierro los ojos esperando un buen día mañana.











Tutor personalWhere stories live. Discover now