La casa Nidhögg es una estirpe tan antigua como los mismos hijos del bosque. Estos primeros hombres, cuyos nombres resuenan en las leyendas susurradas por las nanas durante las noches de insomnio, libraron una eterna batalla contra los amos de drago...
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Los últimos días habia despertado en el bosque, y después en una carreta. Ahora, devuelta en la cama de una difunta.
¿Dónde despertaré mañana?
Empezaba a pensar que todo habia sido un sueño, después de todo, los sueños extraños la abordaban todas las noches. O quizás era una alucinación, o algo peor.
Pero, ¿es posible que uno se canse en sueños? Porque a mí me sucede. Su fatiga llega hasta la médula, a cada músculo y cada nervio. Y su corazón es sin duda una herida más, que aún supura a causa de la traición y el fracaso. Cuando abro los ojos, mi hermana muere pese a que su única culpa era crecer en aquella jaula de oro y hielo. A mí padre lo decapitan como a un cerdo. Mi madre quizás haya terminado de la misma manera, o peor. Mis amigos, quizás nunca pudieron encontrarse, nunca pudieron huir. Mi abuelo... también murió cruelmente, para proteger a su gente, a nuestro propósito, a mí.
En la última masacre cayeron más todavía.
El recuerdo de la sangre oscura lastima, pero el de la roja también. Octavia, una amiga, una amante, una roja de buen corazón, fue ejecutada como un ciervo más, debido a que no pudo elegir.
No, no pudo.
Muchos fueron sacrificados por la causa. Casi da náuseas su recuerdo, su sonrisa ahogada en las olas de un mar rojo.
Muchos decían que quizás se cruzaron con lo que no debían. Pero, los cuervos son demasiado perversos para que haya sido una simple coincidencia. Dudaba que les importara arrojar algunos cadáveres más a la hoguera, así haya sido solo para convencer al mundo de que estas tierras...mis tierras, están formadas por monstruos. Ahora sus pensamientos vuelven al reflejo en el espejo, a esos ojos fríos y azules, y es donde comprendo que esa encantadora sonrisa ocultaba a una fiera.
El dolor de cabeza siempre retorna, y late con la pulsación de la magia de Yennefer. Era un firme recordatorio de que allí no habrá paz.
No todavía, no mientras queden tantas cosas por hacer.
Sus sueños habían estado llenos de las voces de las brujas.
Morirás, le repetían.
El Norte. Los hombres, mujeres y niños.
Busca la alianza entre el invierno y el lobo
Lobo... ¿Qué simbolizaba al lobo detrás del muro?
Busca al cachorro del lobo decapitado, la orden resonó en su mente.
Debo hallarlo. Debo bajar y buscar la casa con el lobo en su blasón.
Sintió que el rostro se le calentó y cómo la piel se enrojece cuando rememora cada una de sus palabras. Cuando cada rostro conocido golpea en un remolino su cabeza, un registro de personas que luchan por su vida.
