El collar

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Mi nombre es clara no recuerdo cómo me hice amiga de juliana fue todo tan rápido que todavía sigo un poco confundida…fue el después de la muerte de su madre que al darle el pésame comenzamos a hablar. Ella siempre fue algo rara, en el curso nadie le quería hablar. Decían que su familia llevaba una maldición o que su madre era una bruja pero yo nunca imaginé que fuese verdad y creía que eran prejuicios que da la gente.

Ella también vivía con una tía, la verdad nunca la vi, Juliana decía que sufría de una enfermedad del sueño y que solo pasaba durmiendo en el día y despierta de noche o algo así.

Un día le comente que me iría a pasar un fin de semana en la playa y me rogó que por favor la llevara conmigo que no conocía el mar. Hablé con mis padres y aunque ellos se negaron, les dije que por favor la lleváramos con nosotros y que no daría problemas. Al día siguiente me dijeron que habían hablado con la tía de juliana y que no había ningún inconveniente.

Estuvimos entusiasmadas toda la semana hasta que llegó el gran día. Nos levantamos muy temprano, mi padre alisto todo en el auto y pasamos a ver a Juliana, ella nos esperaba en la puerta de su casa con un pequeño bolso negro pero su tía nunca salió a despedirse.

Después de algunas horas de viaje llegamos a una casa muy linda junto al mar que mi padre había alquilado para el fin de semana. Entramos a la casa , mis padres empezaron a desempacar las cosas del auto, nosotras nos colocamos los trajes de baño y directo al mar luego. Paseamos un rato por el bulevar y Juliana encontró algo que brillaba en el suelo: era un collar plateado con un pequeño diamante color azul. Me dijo que lo cogiera pero yo le dije que no, ella me dijo que era como obsequio en gratitud de traerla y lo acepte, ella lo coloco en mi cuello y nos apresuramos en llegar a casa porque estaba comenzando a oscurecer.

Al llegar a la casa todo estaba a oscuras, empuje la puerta y no había nadie. Exclamé los nombres de mis padres pero nadie me contestó. En un momento me encontré sola, Juliana había desaparecido así que caminé hacia una de las habitaciones para solo llevarme una amarga sorpresa: Ellos estaban muertos, la habitación se encontraba llena de sangre, estaban acostados en la cama como si un monstruo les hubiera arrancado los órganos a cada uno. Me comencé a sentir mal entonces Juliana apareció y dijo: “Gracias no solo cumpliste mi sueño, sino que me concediste mi mayor deseo. Mi madre fue declara paciente terminal por un cáncer y para poder salvarse, hizo un pacto con el diablo pero a la hora de finalizar el sacrificio se murió y este también se llevó su alma. Busque muchos medios para contactar con ella, pero convencer al diablo es muy difícil así que mandé a cremar sus restos, demore 3 meses en lograr que el diamante de aquel collar se forme con los restos de mi madre solo necesitaba un cuerpo y sacrificar a dos personas.”

Cuando terminó de hablar, sentí que mi cuerpo se debilitaba más y más hasta que algo me poseyó…mis labios se movieron sin que yo lo pudiera evitar y musité: – Juliana mi amor lo hiciste muy bien cariño-.

Cuentos de la MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora