Kendall no tenía idea de que demonio la poseyó durante su plática con Khloe, pero lo que sí sabe es que se sintió maravilloso.
Su relación con sus hermanas está en un buen lugar, nada malo sucede entre ellas nunca, son unidas y están para la otra siempre que sea necesario. El peso que se fue de los hombros de Kendall fue asombroso, Khloe y Kylie lo sabían, el resto de la familia no tenía idea, según Khloe, pero tuvo la sensación de que todo mejoraría pronto, y si su padre la dejara volver al trabajo, entonces no habría cosa que la hiciera más feliz en el mundo... a excepción de que cierta chica y ella dieran un paso más.
— Se que aún estás molesta por lo del trabajo, cariño. —
Kendall está de brazos cruzados al igual que de piernas en el despacho de su padre en casa.
— Pero si te es de consuelo, Naomi dice que... —
— ¿Me vas a dar esperanzas nada más? — Kendall gruñe casi como una niña pequeña, Bruce sonríe hacia su hija.
— Hay un evento, y la compañía necesita ser representada. Puedes ir, encantar a algunos ejecutivos, ya sabes, como recompensa de que no has intentado sabotear tus sesiones con Naomi. —
Para Kendall eso significaba algo, claro que era mínimo, pero era algo.
— Es informal, le diré a Rose que te envíe los detalles, es mañana. —
— ¿Mañana? —
— ¿Ah? Oh, tienes planes. Está bien, puedo enviar a... —
— No, claro que puedo, papá. Estoy libre. — sonríe. — Gracias. —
— Anda, tu madre debe estar esperándote. — Kendall sale de la oficina en segundos para encontrar a su madre haciéndose cargo de su jardín en el patio.
— Oh, querida. ¿Todo en orden con tu padre? —
— Sí, creo que mis semanas de espera dieron resultado. —
— Ya sabes cómo es, hay que tenerle algo de paciencia... — sonríe. — ¿Estás viendo a algún chico? —
— ¿Eh? — Kendall dice en un genuino gruñido. — No mamá, no estoy viendo a ningún chico. —
— Oh, te veo... brillante. — la mujer se quita los guantes y con sus manos toca las mejillas de su hija. — quizá son las vacaciones, ¿no? — deja un beso en su frente y sonríe. — te quiero mucho Kendall. —
— Lo sé, madre. — sonríe ligeramente. — tengo un compromiso, pero probablemente pase por aquí mañana después del evento. Cuídate, madre. —
(...)
— Eso suena divertido. —
— Para mí tal vez, no he trabajado en semanas, es horrible no tener nada que hacer. —
— Ah, siempre puedes venir a mi acogedora suite en el Ritz a mirar una película... ¿cómo les llamas? Claro, quema cerebros. —
— No creo que sea bienvenida, si soy sincera.—
— ¡Falacias! Gigi tiene su propia suite, y puede estar tan molesta contigo como cualquier ser humano, pero respeta mis decisiones... no va a golpearte ni a matarte, no a menos que tú lo provoques. —
— En ese caso, tal vez tome en cuenta tu invitación. —
— Excelente. — Kendall sonríe. — ¿Qué te pondrás? —