Las crónicas de Dexel (CANCELADO)

prólogo

Ciudad de Ist. Extrarradio del reino de Geram. Año 1056.

Podemos observar la plaza mayor de la ciudad. El lugar con diferencia más concurrido en hora punta. Este hecho es muy beneficioso para vendedores, hosteleros, taberneros, artesanos y músicos que llaman la atención y les prestan sus servicios a la gente a cambio de unas pocas monedas.
Pero, sin embargo, también es un gran lugar para los carteristas. Para gente tan pequeña e insignificante que es casi invisible para la gente de mayor rango que anda alegre por esas zonas. Y ese era el caso de Exel. Una chica flacucha, pálida y ojerosa de pelo castaño claro con el que cubría sus ojos azules. Ella se deslizaba entre la gente como una sombra con saco que se iba llenando de monedas de todos los materiales y tamaños conforme abanzaba. Un rato después, se fue al callejón que más frecuentaba a ver su botín.
-hmp...casi 400 dongs...no es mi mejor día pero no está mal del todo...
Ella comenzó el camino hacia su refugio en lo que hacía cuentas para ver si podía pagarlo todo
-225 dongs para el alquiler, 100 para la comida y 50 para una nueva manta...me sobran 25...bah, de todas formas no creo tener más gastos.

Ella llegó al edificio y le pagó los 225 dongs al señor Heim, su arrendador y subió al pequeño desván donde dormía. Miró el sol. Ya se estaba ocultando, por lo que decidió dormirse.

...

Al día siguiente, se despertó como de costumbre y salió a pasear por las calles. Sin embargo, notó un ambiente extraño. Como un aura pesada que cubría a toda la gente de la calle. Ella se detuvo un momento y le preguntó a una persona al azar.
-son los doblegadores. Van a hacer una criba entre todos los ciudadanos y matarán a los de clase más baja para combatir la sobrepoblación.
-e-eh...?...
Exel se quedó en shock. Era obvio que ella era una gran candidata a morir en esa criba pero ya no podía pararla. Nadie podía. Lo único que fue capaz de hacer fue irse con la cara tan pálida que parecía un fantasma a caminar sin rumbo por las calles mientras veía a comerciantes intentar vender desesperadamente comida, animales e incluso a sus hijos con tal de poder subir de clase y salvar su vida. Había quien vendía perros, crias de hainken (zorros gigantes normalmente utilizados de montura),casas, comida y personas. Había un olor a terror en el aire que era imposible ignorar y todo el mundo estaba tenso por esa zona. Ella no soportaba eso. Esa pesadez en el ambiente y poco a poco se le fueron obstruyendo las vías respiratorias y,con eso, se le fue dificultando respirar. "Mierda...me estoy ahogando..." pensó. Al final, acabó en el bosque sin ni siquiera haberlo pensado. Caminó sin un propósito por horas hasta llegar a un claro. Levantó la mirada y ahí lo vio. Imponente y aterrador. Con esa mirada que ponen todos los depredadores al mirar a su presa