CAPÍTULO 22

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NICKI

Él no espera más, sus labios encuentran los míos en un beso lleno de pasión y deseo contenido durante mucho tiempo. Su mano se desliza por mi espalda, atrayéndome más cerca de él mientras nos perdemos en el calor mutuo de nuestro abrazo. El mundo parece desvanecerse a nuestro alrededor, dejándonos atrapados en nuestro propio universo de emociones intensas y anhelos largamente guardados. Cada caricia, cada susurro, nos acerca más, como si finalmente hubiéramos encontrado el equilibrio que ambos buscábamos sin saberlo.

La brisa nocturna de Montecarlo nos envuelve, testigo silencioso de nuestro encuentro apasionado. Mis manos se aferran a él, anclándome al momento presente mientras nos entregamos el uno al otro sin reservas, rompiendo las barreras que habíamos construido con cuidado durante tanto tiempo.

El beso se prolonga, profundo y ardiente, como si estuviéramos tratando de expresar con nuestros labios lo que las palabras no pueden captar. Cada instante es una revelación, un descubrimiento de la conexión que compartimos, reafirmando que este momento es solo el comienzo de algo más profundo entre nosotros.

Cuando finalmente nos separamos, nuestras miradas se encuentran con complicidad y una nueva comprensión mutua.

—Esto no es mantener las cosas profesionalmente. —susurro con el corazón a punto de estallar.

—Tú eres la que quiere mantener esto profesional, no yo.

En mi interior, una batalla se libra entre el deseo abrasador que siento por Logan y las advertencias que resuenan como ecos persistentes. Trabajamos juntos, somos parte del mismo equipo, y la línea que separa lo profesional de lo personal es tan delgada que apenas puedo distinguirla. Mi padre, no solo es el director principal de Aether, sino también el jefe directo de Logan. Si se enterara de lo que ha pasado entre nosotros, podría significar el fin de la carrera de Logan, y quizás hasta complicaciones para mí en el equipo.

Logan, por su parte, tiene sus propios sueños y desafíos. Está luchando por escalar posiciones en el campeonato mundial, ocupando actualmente el cuarto lugar en la grilla de pilotos. Ser campeón mundial es su meta, su obsesión y su motivación diaria. Pero más allá de su ambición, está el hecho de que él y yo estamos entrelazados en una red de relaciones y expectativas que podrían complicarlo todo.

Pero mientras mi mente analiza todos estos riesgos, mi corazón late con fuerza en mi pecho. La conexión con Logan es innegable, intensa, y cada fibra de mi ser anhela más de esos momentos que hemos compartido esta noche. La brisa nocturna juega con mis cabellos mientras me pierdo en sus ojos grises, buscando respuestas a preguntas que no sé si quiero formular en voz alta.

—No pienses demasiado. Te quedarás atrapada en el "qué pasaría si" y el "qué pasaría si no", en lugar de vivir el momento —responde Logan con voz ronca y tentadora. Su aliento cálido roza mi piel, enviando un escalofrío de anticipación por mi espalda. Cada palabra suya es como una caricia en mi mente, avivando un deseo aún más profundo.

Su cercanía es abrumadora y seductora a la vez. Mis manos, temblorosas pero decididas, buscan su rostro. Sus labios están cerca, tentándome con la promesa de lo desconocido. No hay palabras que necesiten ser dichas; el lenguaje no verbal entre nosotros habla más fuerte que cualquier conversación.

Me acerco lentamente, sintiendo su aliento mezclarse con el mío. Nuestros labios se encuentran en un beso suave pero cargado de intención. Es un momento de entrega mutua, unirse en un gesto que trasciende las palabras y encapsula todo lo que hemos estado sintiendo desde el momento en que nuestros caminos se volvieron a cruzar.

El beso se profundiza, nuestras respiraciones se entrelazan en un ritmo compartido. Cada caricia de sus labios sobre los míos envía ondas de calor a través de mi cuerpo, desatando una ola de emociones que no puedo contener. El mundo a nuestro alrededor desaparece, reducido a la conexión palpable entre nosotros en este callejón nocturno. Las manos de Logan encuentran mi cintura, atrayéndome más cerca de él. Nuestros cuerpos se funden en una danza íntima y apasionada, como si estuviéramos destinados a este momento desde el principio. Sus dedos trazan líneas invisibles sobre mi piel, dejando una huella de deseo que quema a través de mí.

Curvas Peligrosas [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora