Capítulo 5: Encerrada en cuatro paredes.

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Me despierto y me veo en otra habtitación, esta vez es blanca y más luminosa tiene dos ventanas con barrotes negros. Me intento poner en pie pero un dolor agudo me recorre desde el cerebro hasta la punta de mis pies y hace que me caiga de culo. Empiezo a mirar alrededor y veo una especie de televisiones, de estas de seguridad y me fijo en que una apunta al instituto, otra al restaurante y otra... ¡En la casa de Ian!

— Que coño es... ¿¡ESTO?! — El grito me lastimó la garganta. 

Desde un lugar remoto en la habitación salió la voz de Damen.

— Veo que despertastes querida Chloe, ¿Estás bien?

No sé muy bien que responder porque no quiero que me tomen por loca pero no hay nadie así que grito a todo pulmón.

— ¿CÓMO CREES QUE ESTOY DESPUÉS DE HABERBE DROGADO? Gilipollas.

— No te conviene insultarme querida, mira a la primera pantalla.

Giro la cabeza en esa dirección y veo que esta pantalla es más grande y en color. La imagen muestra otra habitación igual que la mía y hay un cuerpo con una melena rubia... ¡Dios mío es Pallina!

— ¡Maldito bastardo déjala! ¿Por qué me haces esto? Joder. Yo no te he echo nada. Y Pallina menos, joder.

— Shh, relájate Chloe. 

— No me pidas que me relaje — Lo interrumpo con voz tosca y aunque soy de esas personas que aguardan a su turno de palabra, esta vez lo hago y me da igual.

— No me interrumpas. Verás todo se remonta a hace unos dos años aproximadamente, yo vivía en España e Ian vino de vacaciones. Yo llevaba 5 meses enamorado de una chica y le pedí consejo a Ian, sabrás que el es muy popular entre las chicas ¿No?, bueno el caso es que me dio consejo pero en cuanto la vió se arrepientó y digamos que se la tiró. Me enfadé. — Su voz muestra como le duele hablar de esto, pero no le hace callarse y sigue. Tenía que vengarme y no lo hice en su momento porque quería esperar a que Ian se enamorara de una chica, se enamorara de verdad. ¿Ya sabrás lo que quiero decir?

— Sí, pero Ian no está enamorado de nadie — Digo esto deseando que sea verdad que no esté enamorado de nadie.

— Claro que está enamorado idiota, está enamorado de ti, pero no creo que te quiera ni que te perdone cuando le diga que ya no eres virgen y que la has perdido con su querido primo Damen ¿No?

— Serás... — Omito la palabrota porque sé que tengo todo que perder. Yo no lo hice contigo ni jamás lo haré. Eso tenlo por seguro.

— Ja-ja. Ya se verá. Pero si no te dejaras a quien hiba a creer ¿A ti? Una chica que se supone que es virgen, buena y guapa o ¿A mi? Que soy su primo.

— No te has fijado en una cosa, si le dices que lo has echo conmigo te odiará.

— Por favor, no soy idiota. Le diré que me rogastes o cualquier cosa así, además es demasiado orgulloso para admitir que te quiere. Ahora me voy, nos vemos después, querida.

Se me queda en mi mente el sonido de la palabra ''querida'' es su boca, tanto que me da escalofrios. Pero ahora el cómo esté yo no es importante necesito saber cómo está Pallina. Giro de nuevo la cabeza y la veo, esta vez de rodillas levanta la cabeza y le veo sus ojos azules que no tienen ese brillo natural, parece que está hablando con Damen. Es raro, ella no tiene televisores como yo.

Giro de nuevo la cabeza y esta vez me quedo parada en una tele en donde aparece Sadla, parece preocupada y de repente recuerdo el sms que le mandé piediendo ayuda. Miro en mis bolsillos gastados haber si encuentro en móvil.

Se lo que piensas. [Parada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora