Andrea sabía lo que se avecinaba, su yerno caminaba hacia ella, si iba a ofenderla, estaba en su total derecho, se lo merecía, por su culpa es que su hija se puso mal, no tenía cara para hacerse la digna, después de todo si no hubiera comenzado esas acusaciones hacia Travis, Donna tampoco la hubiera confrontado y, por lo tanto, Taylor.
Kelce no tenía ni idea si iba a ser un sujeto prudente al hablar con ella, pero si no ponía un alto a todo lo que la señora ha hecho, odiaría que todo terminara en una pelea innecesaria o una desgracia.
—¿Se encuentra bien Taylor? — Andrea le ganó la palabra.
—Sí, está bien, tan solo... Debemos pasar la noche aquí para que descanse y mañana temprano volaremos para Kansas— respondió.
—¿Qué es lo que le pasó? — ella sabía, pero necesitaba que le confirmara sus sospechas.
—Estrés— pasó la mano por su cabeza para tratar de autorregular sus emociones, debía recordar que era una señora y de algún modo al ser la madre de su esposa le debe cierto respeto.
Ella cruzó los brazos involuntariamente, no quería parecer que ella era la molesta, porque realmente, un poco de conciencia tenía. —Está bien— le daba pena admitir su crimen. —¿Puedo ver a Taylor? —
—Señora Swift— trató de reunir las palabras menos punzantes, no estaba seguro de si lo iba a lograr. —Me temo que no—
—¿Qué?, pero... ¿Por qué no? —
—Hay demasiadas cosas que no me quedan claro en este preciso instante, como el hecho del porque se puso tan mal estando con usted, es obvio que algo debió decirle para que se alterara así, ni siquiera le puedo preguntar a Tay que pasó, sin pensar en que se pondrá alterada de nuevo, no deseo que las cosas con el embarazo y ella misma se compliquen, me es importante que esté tranquila— se quedó en silencio un momento. —Siendo honesto, me gustaría saber cual es el problema que tiene conmigo, porque ese es el punto de todo, yo— le preguntó sin más rodeos, ya no se iba a callar más ese problema, porque no era una simple molestia, se volvió un problema gigante que ha crecido como una bola de nieve debido a los miedos raros de Andrea Swift.
Andrea se quedó congelada, ¿Se dio cuenta?, claro, claro que se daría cuenta, si ella no ha sido nada discreta, la viva prueba era Donna confesándole en pleno vuelo las cosas que observó, ¿Cómo confesarle dichas teorías raras que su cabeza maquinaba?, pensando que Travis fuera un hombre que no tratara bien a su hija, apenas caía en cuenta que era una locura bastante infundada, todas las pruebas señalaban que ella se equivocaba, porque Kelce, mostraba ser un buen padre, eso lo veía al analizar a sus nietos y Taylor, quien denotaba el amor interminable que le tiene a su esposo, la pena le ganaba, se sentía tonta, todos tendrían la mirada acusatoria para crucificarla, Scott, Austin, Donna, Ed, Travis, y la misma Taylor.
La señora Swift se talló el brazo apenada, tratando de reflexionar lo más pronto posible como es que todo llegó a ese punto, era irreversible el daño que hizo, pero trataría de reservarse comentarios dolientes para su hija, con respecto a su esposo, es solo que le dolía que las cosas ya no fueran como antes que se sentían como mejores amigas, tenía que entrarle en la cabeza, son madre e hija, no más, la rubia no tenía la obligación de contarle hasta el mínimo detalle de su vida, debía entenderlo, aunque le costara.
—Travis yo... Yo lo siento— buscaba el modo de no sonar tan desgraciada, todas las cosas horribles que ha dicho de él a Taylor eran vergonzosas. —Pero tengo que ser honesta contigo, tu madre se dio cuenta de todo—
Eso ya no lo estaba entendiendo Travis, no vio a su madre charlando con Swift, su cara era de confusión.
—Donna me enfrentó, no la culpes, es toda mi responsabilidad, se dio cuenta de lo mal que te he estado viendo, lo lamento mucho, es solo que... Sabes de primera mano todo lo que Taylor ha sufrido en el pasado, todas esas parejas con las que estuvo resultaron ser un montón de patanes, odiaba a cada uno de ellos por hacer sufrir a mi hija y lo peor de todo, es que ella no quería dejarlos, ¿Sabes lo mal que la pasé con eso?, ver a mi hija llorar todo el tiempo, humillada, triste, decepcionada, ella ha dominado perfectamente el arte de lucir feliz mientras está depresiva, así que... Me entró la desconfianza, y empecé a sospechar más cuando se desapareció un tiempo, creí que algo malo le pasaba, pero solo estaban teniendo problemas de fertilidad, perdón... He metido mi nariz en sus asuntos privados de pareja, me es complicado pensar que mi hija ya es una adulta que ha decidido tener una vida contigo, no te odio Travis, no me desagradas, has tenido mi aprobación desde el primer momento que te conocí, contigo vi un cambio enorme en Taylor, en tan poco tiempo hizo de todo junto a ti, con tu compañía, que con ese rubio de mente perturbada— dijo refiriéndose a Joseph Alwyn, a ese hombre, lo tenía en un rincón de su cerebro aprisionado como el peor de todos. —Se comprometieron en menos de cinco meses, tuvieron hijos, se casaron a escondidas, hicieron una boda después, ahora van por su tercer bebé, es un cambio enorme y radical para ella y para mí también... Lo tengo que admitir, yo siempre voy a velar por mi hija, a pesar de la edad que tenga, tu mejor que nadie debes saberlo, ya eres padre—
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Eres mi juego final
أدب الهواةTaylor y Travis, después de un año de relación, se han convertido en padres de sus mellizos Evie y Charles, encontrándose con nuevos retos ante una paternidad bastante sorpresiva pero muy deseada, ¿Qué es lo que le depara a la famosa cantante y el j...