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Abigail

El lunes me despierto ya menos dolorida por la caída en la discoteca, se que Alex no me tiró adrede e intentó disculparse, pero estaba tan enfada con él y su equipo que no quería ni escucharlo en ese momento. Es demasiado engreído y se cree el rey solo por quien en es su padre, pues no siempre se consiguen las cosas por un apellido, muchas veces debes esforzarte a tope con algo para conseguir los resultados esperados, no como él insinuó, en fin que ha sido un fin de semana demasiado largo. Después de la caída del viernes por la noche me vine directamente a la residencia, a pesar de que tanto Abril como Dereck querían que fuese al hospital, pero no tenía ningún rasguño y aunque se rompió todo a mi alrededor, no me hice ningún corte con los cristales; es lo bueno de ser bailarina, al final aprendes a caer para hacerte menos daño.

El sábado me lo pasé en el hospital con Cameron, contándole todo lo que había pasado en un solo día, alucinó bastante, sobre todo con que ahora mi pareja de baile sea Zack, intentó convencerme de que no me sienta culpable, que para él no es ninguna traición bailar con otro porque sabe que no puedo estar sin bailar hasta que él vuelva, y además ambos sabemos que el certamen es muy importante para la universidad y para nuestra futura carrera. Ganar esos certámenes ayuda a conseguir patrocinadores que donan dinero para mejorar las instalaciones, o conseguir mejor equipación; pero, aun así, no puedo evitar sentir cierta culpa, él es mi amigo, mi compañero de baile, ya es como un hermano al que quiero mucho, no puedo evitar ver esto como una traición. 

El domingo fue como todos los domingos desde que entré en la universidad; salir a correr por la mañana, ya que el gimnasio del pabellón está cerrado, después una ducha, y tras hacer una corta videollamada con mis padres, utilizar el día para adelantar trabajos y ver alguna serie.

El lunes por la mañana, tras la clase más larga del mundo sin mi amigo, y bajo la mirada asesina de Regina, todavía debo quedarme mínimo una hora más para ensayar con el insufrible Zack. Es tan arrogante al bailar..., se cree que lo hace todo bien, y al final termina siendo descuidado en pequeños detalles que son los que luego marcan la diferencia, como no estirar los pies en un contra-temp o en un salto, lo que provoca que tengamos que estar más pendientes de detalles que deberían estar superados en vez de poder avanzar; siento que bailando con él me retraso más que avanzo, y me he esforzado muchísimo por llegar hasta este punto, no quiero ahora quedarme atrás solo porque él no quiere reconocer que hay cosas que no las hace tan bien, cuando en realidad solo debería esforzarse un poco y ponerle más ganas, es un buen bailarín cuando se lo propone.

- Zack por favor, reconoce que no lo haces bien y corrígelo de una vez, solo tienes que estirar el pie, sino no, no podemos pasar a la siguiente parte de la coreografía y apenas llevamos un minuto de canción – le digo empezando a frustrarme, me da igual llevarme bien o mal con él, solo quiero que la actuación salga perfecta.

Al fin parece que se centra un poco más, poniendo también de su parte y podemos llegar al trozo en que debe levantarme por los aires, hago un piqué sobre la punta y él me coge de la cintura, frustrada miro por el espejo a Madame Clarisse que detiene la música para explicarle como debe cogerme, aunque ya debería saberlo de sobra.

-Por ahí no Zack – se acerca a nosotros cogiendo sus manos y colocándolas en el lugar indicado mientras se lo explica – una mano en la cintura y la otra en la pierna, tienes q ayudarla a mantener la posición en el aire, ¡otra vez!

Me coloco de nuevo en mi posición y enciende la música, repito el paso y ahora sí que me sujeta correctamente, se pone a dar el giro conmigo por los aires, alcanzo a ver a alguien en la puerta mirando, pero no hago caso, sigo centrada en lo que estoy haciendo, pero no me dura mucho porque de repente las manos de Zack ya no me sujetan y caigo al suelo, apoyo las manos para no darme en la cabeza y me cuesta unos segundos centrar la vista de nuevo y recuperar la respiración por el golpe seco que acabo de tener.

Entre RedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora