Despertar

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Yoyle hospital.

El más famoso de toda la ciudad Yoyle, situado en el centro de esta. Alcanza una popularidad excelente por día y se atiende con el mejor servicio conocido por algún objeto. La población suele hablar de su gran popularidad que tiene, pues además de ser enormemente grande y elegante, es uno de los más hospitales más caros y sofisticados que se encuentra en el país.

Había tantas cosas que por ahora, Pin aun no comprenderia.

Recién se levantaba de su cama, su cabeza daba un poco de vueltas y cada cierto tiempo le entraba una que otra sensación de querer vomitar. . Las suaves telas de las cortinas se movían al mismo ritmo de cada pequeña ráfaga de aire que entraba a la habitación. Unos pequeños rayos de luz se filtraban por los cristales reflejándose en las sábanas.
Por otra parte, Pin pudo notar una pequeña mesita de noche al lado de ella. Había unas cuantas cartas y notas gastadas de otras personas, unos cuantos vasos de cristal ya vacíos, y un pañuelo de algodón.

La tachuela sentía que había estado durmiendo durante un día entero o que tal vez se haiga amanecido de nuevo, ya que le sorprendió no ser capaz de recordad nada de la noche anterior. Agarró uno de los bordes de la manta y delicadamente la apartó mientras se movía al borde de la cama. Era un poco confuso todo lo que estaba pasando, había tardado un buen rato en darse cuenta de que estaba en un hospital, pero había más dudas en su mente ahora mismo para planteárselo.

Apoyo uno de sus pies apara levantarse, aunque al instante, sus piernas empezaron a temblar. ¿Que estaba pasando? Parecía que ni siquiera sabía como caminar. Rápidamente, colocó sus manos en el cabecero de la cama para evitar tropezar por completo, sin embargo, sus piernas parecían no poder aguantar más su propio peso, provocando que Pin terminara desplomándose en el suelo.

Por suerte, no se hizo daño en ninguna parte, pero lo que acababa de pasar solo la preocupo más. Intento mirar sus manos, pero ahora mismo su cabeza estaba dando demasiadas vueltas.

Todo era más borroso y movedizo a su alrededor, podía ver que tenía 4 manos en vez de solo dos que constantemente se balanceaban de un lado a otro. Parpadeo un par de veces hasta que por fin su vista se enfocó.

'(Y esto-?)'

El sonido de la puerta interrumpió los pensamientos de Pin, un bote de pastillas de color rojo entró a la habitación.

Por la manera en la que iba se podía notar que alguien que trabajaba allí, llevaba una mascarilla blanca puesta en su boca y en sus manos, sostenía delicadamente un portapapeles lleno de documentos.

Se quedó un largo rato en la puerta revisando las hojas una tras otra, levantó su rostro para ver a Pin y luego volvió a ver las hojas como si nada. Sin embargo, al instante la realización le llegó como un flechazo en su cráneo, volvió a levantar su cara para ver a la paciente una segunda vez como si le costara comprender algo mientras sus ojos se abrían más.

"...Oh-" Fue lo único que pudo soltar el rojizo bote.

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El mediodía era la hora punta donde hacía más sol en este lugar. Estaban a comienzo de primavera, pero eso no impidió que el inestable y molesto calor llegase mucho antes de su tiempo, cosa que no le gustaba mucho a Coiny.

Ahora mismo la dorada y pequeña moneda descansaba en su cómoda cama contemplando como el tiempo pasaba mientras miraba el techo. Los rayos de sol que pasaban de la ventana apuntaban a Coiny, estos rebotaban por su superficie, dando un efecto que brillaba más con unas chispas de resplandor rodeándolo suavemente.
Habrían pasado 1-2 horas desde que se levantó y se quedó en esa posición.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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