Capítulo 29- Hymne à l'amour

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Desde hacía varios días, Jungkook tenía una sensación extraña, una intuición en su interior que había ido creciendo hasta pasar a ser una certeza inamovible en su corazón: Amaba a Taehyung. Y podía parecer algo obvio, al fin y al cabo, se habían estado buscando el uno al otro durante meses hasta conseguir estar juntos, y aquellos últimos meses su relación había ido evolucionando más y más. Pero para él, había una diferencia entre querer a alguien y amarlo sinceramente. En realidad, tardó poco en saber que le gustaba Taehyung, prácticamente cuando le vio por primera vez estuvo seguro de ello. Respecto a quererle, aquella realización llegó cuando se besaron por primera vez en Año Nuevo, porque el dolor que sintió cuando el otro salió huyendo iba más allá del rechazo. ¿Pero amar? Amar era algo mucho más profundo y desinteresado, perenne, duradero. Y realmente no estuvo seguro de que lo que sentía era aquel amor incondicional hasta aquel día.

Lo mejor de todo era que no había ocurrido nada extraordinario en aquel instante. Pero lejos de hacer menos hermosa la toma de conciencia, lo hizo aún más especial para él, porque no le hizo falta un momento romántico o íntimo, sino simplemente ver a Taehyung alargando su mano para agarrarla mientras corrían para no perder el autobús. Al subirse, su novio le dedicó una amplia sonrisa mientras recuperaba el aliento entre risas por la espontánea carrera y se dejó caer en uno de los asientos libres.

Y fue ese instante, esa espontaneidad, esa sonrisa, la que hizo que Jungkook supiese que en su corazón ya solo había espacio para el violinista, su violinista, su príncipe de cuento. Y se moría por decírselo, pero... Aunque su momento de lucidez hubiese sido en un momento tan cotidiano, quería encontrar un momento mejor para expresarlo. Puede que no algo espectacular, pero al menos más íntimo que un autobús urbano de camino a casa de Seokjin porque tenía que trabajar y Jun estaba enfermo del estómago.

Pero con el paso de los días, las ocasiones para hacerlo fueron sucediéndose sin que Jungkook sacase el valor para atreverse a contar su verdad. Pero estaba ya cansado de su propia indecisión. Tenía que hacerlo ya, ser honesto sin esperar nada a cambio. Solo quería comunicarlo, sacárselo del pecho. Así que una tarde en la que decidieron simplemente quedarse relajados en casa, vio el momento perfecto para tener un gesto romántico con su pareja. Estaban viendo una película acurrucados en el sofá, las ventanas abiertas de par en par deleitándoles con la brisa fresca con olor a tierra mojada tras una tormenta de verano.

— Hyung, acabo de recordar que quería enseñarte una canción que compuse hace tiempo. ¿Quieres escucharla? —preguntó Jungkook

— ¡Por supuesto! —respondió Taehyung alargando el brazo para alcanzar el mando a distancia y detener la película que estaban viendo.

Rápidamente, Jungkook se levantó de su sofá y sacó de su funda una guitarra acústica, dejándose caer a continuación de nuevo junto a Taehyung. Al ver la guitarra, Taehyung levantó una ceja y una media sonrisa se dibujó en su cara, cruzándose de brazos y girando su cuerpo para mirar a los ojos a su pareja con falsa indignación.

— ¿En serio? ¿Una guitarra acústica? —dijo Taehyung.

— Si, ¿qué pasa? —respondió Jungkook, desconcertado.

— Estuviste meses torturándome con la guitarra eléctrica, ¿y resulta que tenías una acústica para practicar? —dijo Taehyung.

— ¡Venga ya, hyung, no es lo mismo! —protestó Jungkook— ¡No tiene nada que ver tocar la guitarra acústica con tocar la eléctrica, hay muchas cosas que no podía practicar con esta guitarra! Sería como si... ¡Como si practicaras tus piezas de violín con un ukelele!

— O querías molestarme a propósito porque eres más terco que una mula.

— ¡Déjalo ya! ¿Quieres que te enseñe la canción o no? —dijo Jungkook poniendo morritos.

Entre notas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora