Capitulo 39

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Dion se acercó a Cassis, que acababa de matar al monstruo y escapó.

Cassis estaba en un estado de no poder escapar de la picadura envenenada del monstruo debido a un acercamiento urgente para salvar a la madre de Roxana.

Así que su movimiento fue claramente más aburrido que antes.

Frente al cadáver del monstruo, estaba la madre de Roxana, que tenía un rostro deslumbrante. Al ver que tenía las piernas aflojadas, se sentó en el suelo sin pulso.

Sin embargo, Dion atacó inmediatamente a Cassis sin darle una sola mirada.

—¡Guau!

Cassis no tuvo más remedio que tropezar ante el poderoso impacto que golpeó el costado de la cabeza.

Mientras tanto, trató de levantar su cuerpo con el arma que tenía en la mano como apoyo, pero al momento siguiente pateó su barbilla y cayó.

—Dion, Agriche...

Una voz acalorada escupió como un mordisco con un diente feroz.

La sangre que fluía de su frente cayó sobre la hierba verde.

Dion giró la lanza que golpeó la cabeza de Cassis, y esta vez apuñaló una parte de la restricción con una rejilla rota.

En ese momento, un dolor terrible penetró en todo el cuerpo de Cassis.

—¡Oh, eh...!

La bola de contención anticancerígena se activó en 5 etapas, el nivel más alto en un instante.

Cassis luchó con un dolor intenso que le penetró los huesos. Los pies de Dion lo aplastaron sin piedad.

Los ojos desenfocados de la madre de Roxana, Sierra Agriche, los miraron fijamente.

Ella los miró un tanto vagamente, como si estuviese muy sorprendida por lo que había sido hace un tiempo.

Luego, como si finalmente reconociera lo que estaba sucediendo frente a ella, sus ojos se abrieron de par en par.

Sierra respiró hondo por un momento y se tocó los labios temblorosos. La respiración comenzó a acelerarse gradualmente.

—Tía Sierra, ¿tienes alguna herida...?

—Ahhh... No...

Una vergüenza surgió en el rostro de Jeremy cuando se acercó para verificar el estado de la madre de Roxana.

—Para, para...No lo mates.

—Oh, espera un segundo. No me gusta esta situación.

—No mates a Achille...

Maldita sea.

Mirándolo a los ojos, parecía que la madre de Roxana no estaba en un estado de pensamiento normal.

No solo sus manos sostenían su rostro, sino que todo su cuerpo estaba temblando. Sin embargo, su mirada estaba clavada en Cassis bajo los pies de Dion.

Al ver eso, Jeremy no tuvo más remedio que usar malas palabras.

Dion miró a la madre de Roxana con ojos de hielo.

—¿Qué haces allí ahora?

En ese momento, apareció la única persona que pudo aclarar la situación.

—¡Sana, hermana!

Jeremy felizmente la llamó por su nombre.

Roxana, con un rostro inexpresivo, estaba con Emily detrás de él.

Como proteger al hermano mayor de la protagonista #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora